Desde el jueves 25 de marzo, el 72% del territorio chileno se encuentra de nuevo bajo una estricta cuarentena que afecta a casi 14 de los 19 millones de chilenos. El sábado 27 de marzo se unirá el resto de la Región Metropolitana, de nuevo en confinamiento total y más comunas en el país, que supondrán el encierro del 84% de los chilenos, el mayor hasta la fecha.
Este viernes, Chile reportaba la cifra más alta de contagios diarios desde el inicio de la pandemia: 7626, cuando el país ya lleva varias semanas con una ocupación de camas UCI en torno al 95% y tras varios días de casos en alza. El país roza el millón de contagiados y más de 22.000 fallecidos tras más de un año de pandemia.
A pesar de su exitosa campaña de vacunación, que como se sabe no generará, como ha ocurrido en otras partes del mundo, el efecto inmediato que muchos esperan de darle fin a la pandemia, para muchos expertos Chile atraviesa en la actualidad el período más crítico: en dos semanas más, cuando la tasa de contagios de estos días se traduzca en un 15% de ingresos en hospitales, estos podrían encontrarse completamente rebasados y sin personal médico disponible para tratar la complejidad de las urgencias.
Preocupa, además, que las camas UCI en esta ola estén siendo ocupadas por pacientes más jóvenes y por lo tanto permanezcan más tiempo ingresados.
“Estamos viviendo un momento epidemiológico muy complejo con un alza no solamente de casos, sino también de la velocidad de transmisión del virus, en una muy peligrosa de las camas críticas y con problemas para poder transmitir el riesgo a la población”, dijo a France 24 María Paz Bertoglia, académica de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile y presidenta de la Sociedad Chilena de Epidemiología.
“El riesgo epidemiológico actual necesita un compromiso de estrategias que son estructurales y de la necesidad de disminuir la movilidad de las personas, eso es sumamente importante, no pasa solamente por un tema de autocuidado”, señala la experta.
Si continúan “estas tendencias de ocupación de camas críticas, aumento de casos, de velocidad de transmisión y de positividad, lamentablemente nos enfrentaremos a una saturación” del sistema hospitalario. “Y eso hace que vaya aumentar la letalidad de los casos no solo de Covid-19; un país que se queda sin camas críticas (UCI) tampoco puede dar atención a otros casos graves”, apunta Bertoglia.
Un país en cuarentena total
Las cuarentenas estrictas parecen una medida inevitable, pero muchos expertos cuestionan la adhesión de los chilenos a las mismas. Según datos difundidos por las autoridades en el primer día de la cuarentena, en 38 comunas de Santiago tan solo se logró disminuir la movilidad en un 14%.
Las cuarentenas de Chile “deben de ser de las más malas del mundo”, dijo a los medios locales el secretario general del Colegio Médico, José Miguel Bernucci, señalando la necesidad de rediseñarlas citando el caso de Punta Arenas, que en cinco meses de confinamiento salió con cifras más altas de contagios y el hecho de que en una ciudad de 150.000 habitantes se concedían 70.000 permisos para trabajadores “esenciales”.
Son cuarentenas muy flexibles, se alargan y no cumplen su objetivo. Y además tenemos una debilidad en la estrategia de TTA (testeo, trazabilidad y aislamiento). Estamos trazando a 2,4 contactos de media por positivo, lo cual es subóptimo claramente”, explica a France 24 Mercedes López Nitsche directora del programa de Inmunología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y miembro del Colegio Médico.
El Gobierno ha pedido a los alumnos de último año de medicina que se incorporen, solicitado el regreso de médicos jubilados y también flexibilizado el acceso de médicos extranjeros.