El alto contenido de agua en los suelos de la región cerealera, sumado a lluvias más abundantes respecto al año pasado, auguran una muy buena cosecha fina, consignó el informe agroclimático trimestral de la cátedra de Climatología de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba).
Según la cátedra de la Fauba, “avanzada la siembra del trigo, las muy buenas condiciones de humedad del suelo y las expectativas de mejores niveles de precipitación que en la campaña anterior hacen prever una gran cosecha de cereales de invierno”.
Para Veliz, casi toda la región triguera tiene reservas de agua superiores a lo normal -excepto el extremo sur de la provincia de Buenos Aires-, lo cual implica que el trigo arrancará esta nueva campaña con humedad más que suficiente para asegurar una buena implantación y atravesar las primeras etapas en inmejorables condiciones.
Por otra parte, señaló que la disminución superior a 11% en la cosecha de soja que acaba de finalizar se debió principalmente a que “ese cultivo transitó gran parte del inicio de la campaña en condiciones de La Niña”.
“Con respecto al fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENOS o ENSO), los modelos dinámicos y estadísticos indican que existe 72% de probabilidad de que las condiciones neutrales continúen durante el resto del invierno y principios de primavera”, dijo Veliz.
Por su parte, María Elena Fernández Long -otra de las autoras del trabajo- estimó que “para julio, agosto y septiembre, las precipitaciones serán inferiores a lo normal en el norte del Litoral, en Cuyo, en La Pampa y en el oeste de Buenos Aires”.
“Serán normales o inferiores a lo normal en el centro y el norte del país, en el sur del Litoral y en el este de Buenos Aires, mientras que en el sur de la Patagonia serían de normales a superiores a lo normal; en el resto del territorio nacional, las lluvias estarán dentro de los valores normales”, agregó.
Además, indicó que las temperaturas medias serían superiores en la Patagonia y de normales a superiores a lo normal en Cuyo, en el NOA, en La Pampa y en el oeste de Buenos Aires. Mientras tanto, en el resto del país, los valores serían normales.
Por otra parte, la condición de sequía extrema que afecta a toda la cuenca del Río Paraná provoca una tendencia descendente en los niveles del río, que “está llegando a niveles históricos”, alertó Liliana Spescha -coautora del informe-.
Para finalizar, las docentes coincidieron en que todos los indicadores y forzantes de escala global y regional indican un mejor comportamiento de las lluvias con respecto al año pasado, lo que, sumado al elevado contenido de agua del suelo, hace vislumbrar una muy buena cosecha fina.