Según el semáforo de Economías Regionales que elabora Coninagro, la la miel es una de las economías productivas que se encuentra en estado de “crisis”, además de las producciones de algodón, leche, vino y mosto, y granos, estos últimos producto por la sequía y con precios de un mercado deprimido.
El Semáforo es una herramienta para que el productor agropecuario pueda hacer un seguimiento de los indicadores que se analizan. Mirá en detalle el relevamiento de las 19 economías regionales monitoreadas por el área de Economía de la entidad, con cifras que surgen del análisis realizado durante marzo de 2023.

Respecto a lo que ocurre en el mercado mielero el productor agropecuario Carlos Frank, de la Cooperativa apícola San Javier, de la localidad San Javier en Santa Fe, explicó como emprendedor en ese sector que “el sector apícola está muy castigado. Creo que de las economías regionales somos de las que estamos más relegadas. En esta región hay familias enteras de apicultores que si se la rebuscan viven; ya sea del fraccionamiento, del menudeo, pero hay mucha competencia de los jarabes”,a lo que agregó que el impacto de las inclemencias climáticas trastoca y distorsiona la actividad.
“Los costos se han elevado mucho. Por combustibles y tiempos, no es lo mismo llegar a buscar colmenas con camioneta y un acoplado que ir hasta las islas donde se produce este tipo de miel, en lancha, trasbordar la mercadería, es muy complejo. En el 2018 sacábamos miel de esa manera pero ahora se complicó todo. El cambio climático influye, además China abarata los costos y productores no solo de Argentina sino incluso de Europa o Estados Unidos ven mermado el valor del producto bruto”, se explayo Frank.
“Estamos produciendo 30 kilos de miel por colmena y para poder tener rentabilidad deberíamos producir 100 kilos“, ejemplificó y reconoció ómo dentro de la misma región, cada ecosistema está impactado de manera específica: “Algo de miel de monte hubo, que comienza habitualmente en agosto/septiembre y se extiende hasta mediados de diciembre, algo se obtuvo pero no como el año pasado. Los fríos tardíos y heladas aletargaron todo. En la zona de costas, hubo miel hasta diciembre, luego las altas temperaturas fueron catastróficas para las plantas, para el pasto, estaba todo prácticamente quemado. Las colmenas se plantaron pero fue un año entre regular y malo. En zona de isla ahora está el rio un poco alto, los arroyos se volvieron innavegables, tomemos en cuenta que la altura llegó a ser de 2,20 metros cuando lo normal es 4,30 metros, fueron 3 años muy malos por la sequía y la falta de niveles de agua en el río. Hubo un año, casualmente fue el de la pandemia, donde pudimos sacar miel, esa miel se vendió a 3,10 dólares, ese fue un buen año, pero ahora es diferente”, sostuvo.
Frank, en tanto, ejemplifica cómo se establece el valor del producto: “Históricamente un productor de miel percibía entre 1,80 y 2,20 dólares. Hoy se toma el dólar de Banco Central que es ficticio para nosotros porque los insumos están dolarizados y la miel en dólares bajó un 300%. Inclusive hay productores que dejaron su miel sin cosechar porque el valor que reciben por su producto es insignificante, 250 pesos o 280 pesos a granel, cuando el valor de un tambor nuevo cuesta entre 15 a 18 mil pesos, más un 10% de sala de extracción, ni siquiera llegas a cubrir gastos, a eso hay que sumarle el valor de la cera estampada, alambres, cajones de madera, marcos, entre otros insumos, y todo aumentó a valor dolar blue mientras nosotros cobramos la miel a un valor incluso menor que el dólar oficial. Así, la apicultura no es una actividad”, reclamó.