La disputada región continúa siendo foco de enfrentamiento entre Armenia y Azerbaiyán casi dos años después de la guerra que enfrentó a los dos países y que finalizó con la invasión de las tropas azerbaiyanas sobre una parte importante de esta región.
La tensión incrementó en los últimos días en el territorio de Nagorno Karabaj, entre Armenia y Azerbaiyán. El pico de la escalada se registró el 3 de agosto, cuando las tropas azerbaiyanas intentaron cruzar la línea de contacto y desplegaron operativos de ataque con morteros, lanzagranadas y drones.
Uno de los antecedentes de este hecho se registró el 28 de julio y consistió en el ataque a los poblados de Karmir Shuka y Taghavard, ubicados en la región de Martuni. Los tiroteos se extendieron por 20 minutos y el impacto de las balas afectó a las zonas residenciales, sin embargo, no se registraron víctimas civiles.
Ante este hecho, el defensor del Pueblo de Nagorno Karabaj, Gegham Stepanyan, aseguró que “el comportamiento agresivo de la parte azerbaiyana tiene como objetivo interrumpir la vida normal en las comunidades y aterrorizar a la población civil”.
Días posteriores, las ofensivas del Ejército de Azerbaiyán se dirigieron hacia la frontera norte y noroeste. En esa dirección, las tropas intentaron cruzar la línea de contacto y avanzar sobre la región de Martakert. El ministro de Asuntos Exteriores de Nagorno Karabaj, David Babayan, certificó que la situación estaba bajo el control de las Fuerzas Armadas e instó a los ciudadanos a seguir las noticias oficiales y no ceder a las provocaciones.
Algunas horas antes de estas agresiones, Armenia entregó un soldado azerbaiyano que había cruzado la zona fronteriza en la provincia de Gegharkunik. Según las averiguaciones, el militar se había perdido.
Actualmente, la parte armenia no tiene prisioneros de guerra en cautiverio, ya que fueron reintegrados a su país poco después del fin de la última guerra de Nagorno Karabaj en 2020; no obstante, aún se registran más de 80 soldados armenios detenidos en Bakú desde entonces.
En el orden de la diplomacia, el 2 de agosto, el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, mantuvo una conversación telefónica con el presidente ruso, Vladimir Putin. En su diálogo, discutieron sobre la implementación de los acuerdos tripartitos firmados por los líderes de Rusia, Armenia y Azerbaiyán en diferentes oportunidades, 9 de noviembre de 2020, 11 de enero y 26 de noviembre de 2021.
En consonancia con el acuerdo que marcó el cese al fuego entre las partes, Armenia debía retirar sus unidades militares del territorio de Nagorno Karabaj.
De hecho, el proceso de repliegue de las Fuerzas Armadas armenias inició hace unas semanas y de acuerdo a las autoridades armenias, culminará en septiembre. Esta medida fue calificada por la oposición como un intento de desproteger a Nagorno Karabaj.
En el presente, el Ejército de Defensa de Nagorno Karabaj custodia el terreno y hace frente a la pretensión de desarme completo exigido por las autoridades azerbaiyanas. A su vez, las fuerzas pacificadoras rusas supervisan la región desde el fin de las hostilidades de 2020 con la misión de garantizar su estabilidad.
Reciente escalada de violencia preocupa en la región
Como consecuencia de las últimas agresiones, dos soldados armenios murieron y 19 fueron heridos, de los cuales cuatro se encuentran en estado de gravedad. Ante esta escalada, el presidente de Nagorno Karabaj, Arayik Harutyunyan, convocó al Consejo de Seguridad y firmó un decreto por medio del cual declaró una movilización militar parcial.
Algunas horas más tarde, la tensión escaló en la región de Berdzor (Lachin), donde se extiende el único corredor que conecta a Armenia y Nagorno Karabaj. Esta carretera se encuentra bajo la intervención de las tropas rusas de mantenimiento de la paz, quienes resguardan los asentamientos poblacionales armenios – Berdzor y Aghavno – rodeados de territorios ocupados por Azerbaiyán en 2020.
En este contexto, la parte azerbaiyana desató operativos militares con el fin de controlar el corredor. Utilizó artillería e intentó tomar posiciones en el terreno elevado adyacente. Según la información oficial, la carretera continuó funcionando normalmente. De lo contrario, se habría bloqueado la comunicación entre Armenia y Nagorno Karabaj, provocando el total aislamiento del segundo.
El acuerdo tripartito plantea el reemplazo del corredor de Berdzor por una ruta alternativa en un plazo de tres años. Así, esta zona pasaría a estar bajo el control de Azerbaiyán, quien, desde hace un tiempo, ha comenzado la construcción de un camino que funcionaría a finales de este año.
Por su parte, el Gobierno de Armenia guardó silencio en torno a este tema durante un largo periodo, hasta que el primer ministro Nikol Pashinyan confirmó el reemplazo de la carretera y el desalojo de los pueblos de la zona. Frente la presión de Azerbaiyán para que Armenia haga lo suyo, el ministro de Administración Territorial e Infraestructura de Armenia, Gnel Sanosyan, aseveró que la construcción de una nueva ruta por la parte armenia finalizará en la primavera.
Ante el asalto de esta zona estratégica, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Armenia acusó a la parte azerbaiyana de cambiar unilateralmente el régimen jurídico del corredor de Berdzor.
De acuerdo a la declaración de fin de la guerra, la construcción de la nueva carretera se decidirá entre las partes dentro de los tres años, como así también la redistribución adicional de las tropas rusas de mantenimiento de la paz.
“A la fecha no existe tal plan aprobado en formato trilateral y hacemos un llamado a todas las partes del acuerdo a adherirse a sus compromisos”, reivindicó el comunicado y expuso que la razón del incumplimiento de los puntos de la declaración tripartita gira en torno a las interpretaciones arbitrarias de Azerbaiyán.
La atmósfera tensa del conflicto aún mantiene en vilo a la región del Cáucaso.
Con información de France24.