El portavoz del Vaticano Matteo Bruni pone al día a los periodistas en la Sala de Prensa vaticana sobre el estado de salud del Pontífice, ingresado en el hospital romano para el tratamiento de una infección de las vías respiratorias. Francisco no dirigió el Ángelus, siguiendo la indicación del personal médico de «reposo absoluto». Pero una gran multitud de fieles se congregó ante el hospital con la esperanza de una sorpresa y para rezar por la «buena recuperación» del Papa.
El Papa durmió bien, «una buena noche de sueño», desayunó y leyó los periódicos como hace habitualmente, y continúa con su terapia. Estas son las actualizaciones que el portavoz vaticano, Matteo Bruni, ofreció a los periodistas presentes en la Oficina de Prensa de la Santa Sede sobre el estado del Papa, hospitalizado desde el pasado viernes en el Hospital Gemelli para tratar una infección de las vías respiratorias. Ya ayer una nota oficial de la Oficina de Prensa informaba de la mejoría de la salud general de Francisco, que no ha presentado episodios febriles, y de algunos valores certificados por pruebas de laboratorio.
Hoy Bruni, reunido con los periodistas -algunos de los cuales se han quejado de la difusión de noticias falsas sobre la salud del Papa, por parte de periódicos que ni siquiera tienen corresponsales en Roma o informadores vaticanos-, ha confirmado lo que ya se había dicho ayer, añadiendo el detalle de una mañana de «rutina» para el Pontífice, que, sin embargo, como se anunció ayer, no ha dirigido el rezo del Ángelus dominical «para facilitar la recuperación» y seguir las prescripciones del personal médico de «reposo absoluto».
El pontífice en un mensaje escrito para la Misa Jubilar de los Artistas recordó “la importancia del arte como lenguaje universal que difunde belleza y une a los pueblos, contribuyendo a traer armonía al mundo y a silenciar todo grito de guerra”, se lee en el texto escrito por el pontífice. Y agradeció “el afecto, la oración y la cercanía con que me acompañaron en estos días, como también quisiera agradecer a los médicos y al personal de enfermería de este Hospital sus cuidados: realizan un trabajo muy valioso y muy fatigoso, ¡sostengámoslos con la oración!”.
En el Gemelli, sin embargo, antes de las 12 del mediodía, hora del Ángelus, una gran multitud se ha detenido bajo un sol que hacía días que no se veía en Roma, en el lado derecho de la plaza del hospital, donde se alza la gran estatua de Juan Pablo II. Hay unas cincuenta parejas, grupos, familias, sacerdotes, en el Policlínico para una visita o el ingreso de un familiar, que se han asomado a la barandilla con la esperanza de ver una señal desde las ventanas de la décima planta. Detrás de ellos hay cámaras y periodistas de periódicos internacionales. Todos están alineados con la cabeza y los smartphones apuntando hacia arriba.