Las economías regionales son un importante motor en la Argentina ya que emplean mano de obra en diversos lugares del país y generan ingresos fiscales y muestra la diversidad productiva argentina. Los cítricos, el arroz, la caña de azúcar, la vid, el algodón, el tabaco, la yerba mate, son producciones intensivas en donde el aeroaplicador también es una parte importante para la rentabilidad de la cadena agroindustrial.
Desde la Federación Argentina de Cámaras Agroaéreas (Fearca) destacaron las posibilidades de manejo productivo de su actividad, como lo detalla el aeroaplicador de la Cámara del NOA (CANOA),Santiago Seiler, que realiza trabajos en plantaciones de cítricos y porotos.
“Las aplicaciones aéreas sobre limón se realizan para controlar el minador”, contó Seiler que “es una importante plaga en cultivos de cítricos por los daños en los brotes nuevos de las plantaciones”. Además, sostuvo que para la aplicación “es muy importante la limpieza de todos los tanques, aviones y ollas de trabajo que participan del proceso ya que el producto final no debe tener ningún residuo que no sea aceptado por las certificadoras tanto para el consumo interno como externo”.
Las aplicaciones en limón se realizan en la provincia de Tucumán durante las primeras horas de la mañana, entre las 6h y las 10h, ya que se prioriza las buenas condiciones de humedad; los volúmenes de aplicación son de 10 litros por hectárea. “En comparación con otros tipos de cultivos lo más importante es tener muy claro el protocolo de limpieza que requiere todo el proceso y respetar horarios óptimos para la obtención de los mejores resultados”, opinó Seiler y destacó que “en la actualidad estamos realizando aproximadamente unas 30 mil hectáreas y la rentabilidad es muy similar a cualquier otro cultivo, como soja y maíz”.
Tucumán, Salta, Corrientes y Jujuy aportan más del 98% del total nacional de la producción de limón en el país. Entre los años 2008 y 2018 las exportaciones de los productos limones frescos, jugo y aceite esencial de limón, promediaron los USD550 millones anuales con un valor mínimo del orden de USD399,4 millones (año 2014) y un máximo de USD734,2 millones (año 2018). La tendencia, entre el año 2008 y el 2018, es alcista, con un crecimiento de 27% durante el período. Asimismo, se destaca que entre los años 2015 a 2018 los valores exportados superaron al promedio.
Es importante destacar que con avión se hace el 20% de la producción de cítricos. Seiler aseguró que “el avión se utiliza por una cuestión de oportunidad ya que la logística de las terrestres no permite resolver rápido muchas situaciones urgentes que se presentan”.
Caña y tabaco: trabajos organizados
Tucumán, Jujuy y Salta representan el 99,5% del total de la producción de azúcar del país, el resto se distribuye entre Misiones y Santa Fe. En Tucumán, el cultivo se concentra en la franja este del pedemonte de las Sierras del Aconquija. Los principales departamentos son Leales, Cruz Alta, Simoca, Burruyacú, Monteros, Chicligasta y Río Chico. Tucumán cuenta con 15 ingenios y 8 establecimientos de bioetanol.
Para aeroaplicador de la CANOA, Belisario D’asburgo, “son trabajos programados y, en su mayoría, herbicidas o pre emergentes cuando la caña está chica y el surco todavía está abierto” y sostuvo que “al ser un cultivo con riego, tiene problemas de malezas aun cuando no llueve”. Normalmente, las aplicaciones se realizan a la mañana temprano para no tener problemas de deriva y se debe tener mucho cuidado con la calidad y el PH del agua ya que los fitosanitarios utilizados son muy susceptibles a un PH alto.
“La diferencia con un cultivo extensivo es que son lotes y superficies más chicas y, al ser trabajos programados con tiempo, se aplican pocas hectáreas por día”, contó.
La cantidad de superficie aplicada varía entre las 10 mil y 20 mil hectáreas por campaña y la rentabilidad es mucho más baja comparada con un cultivo extensivo, como la soja o el poroto. Se realiza con aplicación aérea el 50% del total de la producción por una cuestión de costos. “No es más eficiente en cuanto a la aplicación, pero es imprescindible cuando los lotes están con agua y la terrestre no entra”, sostuvo D’asburgo y agregó que “en el caso del madurador (que se aplica antes de cosechar) la caña llega a tener entre tres a cuatro metros de altura y es imposible entrar con una pulverizadora terrestre”.
La producción tabacalera está concentrada en el NOA y el NEA de nuestro país. El NOA está en manos de agricultores altamente tecnificados cuyo objetivo es cuidar la calidad del tabaco. Se puede resaltar que los campos de más de 30 hectáreas producen más del 50% del total. A nivel nacional aportan más del 60% del total de tabaco producido.
El caso del tabaco es similar al de la caña de azúcar ya que también se trabaja con superficies muy chicas, promediando las 25 hectáreas por lote. “Es muy importante aplicar lo más temprano posible porque algunos fitosanitarios, con el calor, afectan la hoja y bajan su calidad”, explicó D’asburgo. A los tres meses, el tabaco supera los 1,5 metros de altura y, al igual que la caña, se hace imposible entrar con pulverizadora terrestre. Suele tener momentos explosivos cuando hay algún ataque de gusanos o alguna enfermedad virósica que afecta al desarrollo de la hoja. “El tratamiento más importante es el de inhibidor de flor, que regula el crecimiento de la planta y mejora la calidad de la hoja”, opinó y contó que, a diferencia de otros cultivos, “hay que ser muy prolijo y estar muy atento porque es una zona rural llena de cables y antenas; es un vuelo muy estresante”.
Arroz, la aplicación aérea logra mayor rinde
El arroz es un cultivo de ciclo anual que requiere determinadas condiciones ecológicas para su desarrollo, en cuanto a temperaturas, agua y luminosidad. Su producción tiene la particularidad de necesitar agua de riego. En nuestro país se requieren grandes volúmenes de agua ya que se aplica principalmente el sistema de riego por inundación. La producción primaria está concentrada en el litoral argentino, por el tipo de clima y de suelo de la región, que favorece la inundación necesaria para el cultivo. Las principales provincias productoras son Corrientes y Entre Ríos, representando el 81% de la producción total del país, mientras que el 19% restante se reparte entre las provincias de Santa Fe, Formosa y Chaco.
Sobre las caracteristica en esta actividad del trabajo del aeroaplicador el piloto de la Cámara de Aeroaplicadores de Entre Ríos (CEAER), Francisco Romero sostuvo que “se aplica un herbicida presiembra y después del nacimiento va un selectivo y, ocasionalmente, hay que hacer un insecticida en los primeros días”, contó Romero y agregó que “a los 30 o 40 días se aplica un fertilizante y, si las condiciones lo requieren, un fungicida, después de la cosecha se suele hacer una siembra de ryegrass”.
Las aplicaciones pueden ser aéreas o terrestres de acuerdo a las condiciones ambientales y de riego del arroz, Romero aclaró que “lo más riesgoso es hacer las aplicaciones de herbicidas porque siempre hay áreas que se pueden afectar por deriva, por eso hay que estar muy atentos a las condiciones ambientales, sobre todo la inversión térmica que es el fenómeno más difícil de identificar”.
Romero dijo que el servicio en arroz “depende del criterio del productor ya que algunos utilizan el aéreo en la mitad de las aplicaciones y otros hacen todo terrestre” y que “es muy importante el momento en que se aplican los herbicidas y fertilizantes (por ejemplo, antes de una lluvia) que, combinados con el riego, logran un buen rendimiento del mismo”.