El río Paraná incrementó su altura en diferentes ciudades de Entre Ríos durante los últimos siete días, pero continúa lejos de sus niveles normales para junio, y muy por debajo de su nivel de aguas bajas, se informó hoy oficialmente. El Instituto Nacional del Agua (INA) apuntó que julio será “especialmente crítico”, y alertó que en Paraná podría llegar a -30 centímetros a fines de mes.
Fue anunciado la decisión de declarar la “Emergencia Hídrica” por la bajante del río Paraná. La resolución contemplaría la influencia de los ríos Paraná, Paraguay e Iguazú. Están afectadas las provincias de Formosa, Chaco, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y Buenos Aires, sobre las márgenes de los ríos Paraná, Paraguay e Iguazú. La medida es por 180 días.
En la capital entrerriana presenta hoy una altura de -22 centímetros (debajo del nivel del mar), la peor situación hídrica detectada desde 1944; y lejos de su nivel de aguas bajas (2,30 metros) y de su altura promedio en julio (3,10 metros). Además, indicó que la tendencia descendente “continuará predominando en los próximos tres meses” al menos, y espera impactos en “las tomas de agua para consumo urbano, para refrigeración de centrales de generación eléctrica y de procesos industriales”.
INA detalló sobre problemas en “la navegación fluvial, fauna íctica, estabilidad de márgenes” y una “exposición a incendios en márgenes e islas”.
En Diamante, la altura del río subió y tiene 5 centímetros, pero sigue lejos de los 2,40 metros del límite de aguas bajas y de los 2,91 metros promedio para esta época del año.
En La Paz, el río Paraná también creció el fin de semana y alcanzó los 37 centímetros, muy por debajo de los 3,20 metros de límite de aguas bajas y de los 4,08 que la Prefectura Naval Argentina (PNA) registró como promedio entre 1996 y 2020.
Allí, el INA espera que la altura “continúe aumentando durante la semana” hasta los 43 centímetros, pero volverá a descender luego, “acentuando la condición de aguas bajas hasta una altura próxima a 5 centímetros en agosto”.
En tanto, en Victoria bajó al metro de altura, lejos de los 2,60 metros que marcan las aguas bajas y de los 3,81 metros de promedio histórico para julio, y 1,04 metros menor al promedio de julio 2020.
La bajante actual ya superó las marcas de 1971 (0,50 metros), las de 2020 y 1970 (0 metros), y hay que remontarse a 1944 para registrar una situación peor que la actual. Ese año el río marcó -1,40 metros frente a Paraná, al igual que en Diamante (-1,38), Victoria (-41) y en La Paz (-1,11).
El secretario de Agricultura y Ganadería de Entre Ríos, Lucio Amavet, afirmó a Télam que la bajante “impactó fuertemente en acopiadores, fileteadores, transportistas y más de 3.000 familias de pescadores que viven de eso”, registrando “el cupo de exportación más bajo de los últimos 15 años”.
Emergencia
Los ministerios de Desarrollo Productivo y de Trabajo establecerán las acciones pertinentes para la preservación de la actividad productiva y puestos de trabajo; Obras Públicas dispondrá y monitoreará la realización de obras de infraestructura; Seguridad, a través del Sistema Nacional de Alerta Temprana y Monitoreo de Emergencias (SINAME), planificará las medidas de apoyo y toma de decisiones, y por intermedio del Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo (SINAGIR), asistirá las poblaciones ribereñas.
En esa línea Ambiente y Desarrollo Sustentable mantendrá el control de incendios.
En tanto, el Ministerio de Transporte «observará las posibilidades de navegación y acceso a puertos; el Instituto Nacional del Agua brindará sus servicios técnicos con relación a la emergencia; la Secretaría de Energía, asegurará el abastecimiento de energía eléctrica y el Ministerio del Interior se encargará de la coordinación con las provincias afectadas».
Por su parte, el Banco Nación y la AFIP dispondrán la asistencia en materia crediticia e impositiva, respectivamente. Asimismo, se define la suspensión de plazos administrativos en las regiones afectadas, según informó el Gobierno.
Cabe mencionar que la bajante actual del Paraná es la más importante en el país en los últimos 77 años. El déficit de precipitaciones en las cuencas brasileñas del río Paraná y del río Iguazú y la sequía son factores determinantes.