La presentación de la novela El Último Bandoneonista del actor y escritor Luis Longhi, tuvo lugar en el Salón de los Angelitos de la Academia Nacional del Tango. Sin duda un evento que fue un verdadero reencuentro de muchas figuras del tango. Músicos, cantantes, letristas, actores, periodistas y amigos del autor que departieron entre risas, sonrisas y abrazos.
La apertura y micrófono en mano, Luis Longhi se erigió –y con justa causa- en un “tanguero actual y de esta época” y con el compromiso de transmitir y ofrecer al público lo que sucede en la presenta actualidad. Con su histrionismo a flor de piel y su cuota de humor, mandó a todos los tangueros a hacer terapia.
Luego se puso en movimiento una “perfomance” con artistas invitados en el que se sucedieron en forma armoniosa pasajes del libro, con tangos cantados y música de fondo de piano y bandoneón hacia el final. Sin duda, toda una originalidad en cuanto a lo que es la presentación de un libro.
Fueron invitados, para la lectura y para cantar: Guillermo Fernández, Nicolás Cócaro, Emma Longhi, y Gabriel Almirón; en el piano estuvo Federico Mizrahi y en bandoneó Luis Longhi, el autor de este intrigante policial negro entreverado con buena parte de la historia del tango y de la Argentina.
El último bandoneonista es una novela de Luis Longhi; un policial negro que revela que además de talento para la música, también en el alma de un hombre puede caber la violencia y hasta el desprecio por la vida.
Editada y comercializada por la Editorial La Docta Ignorancia, El Último Bandoneonista está inspirada en parte en el bandoneonista Eduardo Arolas, talentoso músico que le dio al instrumento un sonido y un fraseo que terminó de perfilar al tango, pero que también era un hombre de armas llevar.
De esta manera y en tándem la música y toda su belleza va de la mano de una crueldad inusitada. Y en ese rumbo Anselmo Irusta –nuestro protagonista- que es uno de los bandoneonistas más iluminados que ha dado esta tierra, pero además de su arte, es poseedor de una crueldad despiadada. Sus crímenes y su música van juntos e inseparables. En 2010, a punto de cumplir 100 años, un azaroso reportaje deja expuesta una vida plagada de sangre y belleza.
Durante la presentación de esta novela, se leyeron dos tramos opuestos. Uno de ellos transcurre en los años 30 del siglo pasado, cuando el tango comenzaba a remontarse hacia su época dorada y Anselmo es uno de los grandes protagonistas de ese posicionamiento y signo de una época de máxima expresión del genero ciudadano, pero al mismo tiempo es un ser despiadado frente aquello que no está dentro de lo esperado.
“El bandoneonista levanta la cabeza sin disimular su furia. Deja el fueye a un costado. Se pone de pie. Abre el saco. Sobre un costado de su pecho una funda expone un arma. Avanza dos pasos hasta el borde del escenario mirando en dirección al origen del crujido que detonó el naufragio. El muchacho es un muñeco desvencijado paradito en el medio de su desventura. Su mano sangra. El cuerpo le convulsiona. El alma se le desgarra. Las miradas del tigre hambriento y de la presa herida se entrecruzan. Los ojos de Anselmo escupen cuchillos. Son la bala que sabe su destino. Extrae el arma con tal parsimonia, con tal expresividad que dan ganas de llorar ante tanta belleza teatral. Lástima grande no sea teatro. Le apunta a la entreceja. Lo más lentamente que se lo permiten las articulaciones lleva con su dedo pulgar el gatillo hacia atrás”.
Longhi abunda en detalles que no solo dan color a la lectura, sino que logra perfilar a los protagonistas de esta historia que por momentos –como el que se lee más arriba- se torna denso y expectante; una tragedia que nadie puede frenar. Está escrito ese destino.
Otro de los pasajes leídos durante esta original y aplaudida performance transcurre en los años 60, época de crisis del tango y al que los creía muerto como a Julio Sosa, mientras el público ponía su atención y daba sus aplausos a otros géneros como el Pop, el Rock y hasta el Folklore.
“- Gracias Maestro. Mi nombre es Roberto Di Filippo ¿El suyo? La mano buscando estrecharse queda colgada de la nada. Anselmo toma la caja con mecánica cortesía, sin responder, sin saludar, sin reaccionar, así como se mantuvo durante todo este episodio: serio, hermético, herido, misterioso ¿Emocionado?, seguramente haya algo de eso también en su interior. Imposible saberlo. Está shokeado. Tal la hesperidina. Sí, seguramente sea la hesperidina. Algo gira a su alrededor. La calesita levita sobre su cabeza. Un montón de animales sueltos aprovechan la volada para escapar cada uno por su lado. Él también quiere hacerlo, le cuesta hacerlo, le cuesta arrancar, pero luego de algunos intentos que su esbelto cuerpo pueda pivotear sobre sí mismo. Como si un hierro lo girara desde arriba. Cuando recupera algo de conciencia se descubre caminando medio enclenque rumbo a la avenida Corrientes.”
Longhi indaga en el alma y el corazón de su personaje al que pinta de cuerpo en cada detalle y lo viste de hombre rudo sin dejar de lado su desconcierto que lo acecha en cada encuentro con el otro, con ese otro que lo ve como un árbitro que lo interpela.
Una novela tanguera, que describe y muestra a uno de sus personajes que dejó su estela, su marca en la música, pero que además abunda en situaciones límite cuya frialdad frente al sufrimiento ajeno, es una constante en Anselmo, un hombre carente de sentimiento y a veces de humanidad.
Sobre el autor
Luis Longhi (La Plata, 1965) es escritor, actor, director teatral y músico. Una de las figuras más destacadas y originales del teatro, la literatura y el tango de la actualidad.
Tiene 5 libros publicados: sus obras de teatro en Activismo Teatral en Tiempos de Desamparo (2021), las Novelas Cabareteras. Registros de Santiago Solís (2008) y El Pulpo o La Muerte del Tango (2012), el libro-disco de tangos para chicos El Tango es Puro Cuento (2011) y el libro de relatos Yo Conocí a Perón (2014).
Su actividad teatral viene cosechando una gran cantidad de reconocimientos en los últimos años: el Premio Hugo por su obra Enrique, el Premio Tablas por su trayectoria, más una gran cantidad de nominaciones por sus obras El tango es Puro Cuento, Gardel. Teatro Musical Argentino, El Regreso de Mario Cárdenas, Enrique y Eternidades. Té Póstumo en Hall de Cine.
En 2018 fue declarado personalidad destacada de la cultura de la ciudad de La Plata y ss miembro de número de la Academia Porteña del Lunfardo.