La nueva Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea (UE) entrará en vigor el próximo 1 de enero de 2023 después de que la Comisión Europea haya aprobado los 28 planes estratégicos, uno por cada Estado miembro y dos para Bélgica, con un total de 307.000 millones de euros de cofinanciación europea y nacional para el periodo 2023-2027.
Tras extensas negociaciones entre el Parlamento Europeo, el Consejo de la UE y la Comisión Europea, se alcanzó un acuerdo sobre la reforma de la PAC y la nueva PAC se adoptó formalmente el 2 de diciembre de 2021.
La nueva PAC marcará un cambio importante en las explotaciones de la región con muchos interrogantes, acentuados por la crisis energética y alimentaria a causa de la guerra de Ucrania. Se considera la segunda reforma de la PAC más profunda de sus 60 años de historia y la más ambiciosa en cuanto a objetivos verdes pero llega tras un año de transición especialmente duro por un panorama inédito que ha derivado en una coyuntura de inflación.
Su presupuesto es de 307.000 millones de euros, 268.000 de los fondos comunitarios, a los que se suma la aportación de los países; España percibirá más de 47.000 millones; según el MAPA, los productores recibirán 7.150 millones de euros anuales. España, donde las subvenciones suponen el 20% de los ingresos agrarios, será el tercer beneficiado por la PAC, detrás de Francia y de Alemania.
Mientras, otros programas que entran dentro del ámbito de la PAC pero fuera de los planes estratégicos, como el programa para las regiones ultraperiféricas, el plan escolar de la UE o los programas de promoción se beneficiarán de una financiación adicional de la UE de hasta 6.000 millones de euros.
Para afianzar el papel de la agricultura europea en el futuro, la PAC ha ido evolucionando a lo largo de los años en respuesta a circunstancias económicas cambiantes y a las exigencias de los ciudadanos.
En junio de 2018, la Comisión Europea presentó propuestas legislativas para una nueva PAC. Las propuestas esbozan una política más sencilla y eficiente que incorpore las ambiciones sostenibles del Pacto Verde Europeo.
La PAC afecta a diez millones de empresas en la UE y tiene dos pilares, el primer pilar de apoyos directos y medidas de mercado, y el segundo, dedicado al desarrollo rural, con programas cofinanciados por los Estados miembros para potenciar en el campo actividades distintas o complementarias a la agricultura.
Entre las prácticas ambientales que se priman figuran la rotación de cultivos y las obligaciones de barbecho, ahora interrumpidas, dentro de las medidas especiales en reacción a la invasión rusa y a las estrecheces de oferta.
Entre las críticas internas figuran la “complicación” y lo “farragoso” de los eco-regímenes, la falta de protección frente a la competencia de países terceros o, como argumentan las cooperativas, la ausencia de mecanismos de mercado frente a la volatilidad de los precios o a las crisis internacionales.
Con información de la Comisión Europea, EFEAgro y Europa Press,