El presidente Elbio Laucirica, en una recorrida por la Federación más austral de Coninagro, ubicada en General Roca, Río Negro, conversó con los integrantes del Consorcio PAI que trabaja bajo el concepto de cooperativa para comercializar frutas, vinos los pequeños y medianos productores de la región.
“Los productores agropecuarios muchas veces estamos adentro de los campos y en las chacras pero es interesante que demos continuidad a esto de recorrer los territorios para atestiguar la realidad productiva de nuestros productores, federaciones y asociados. En el 2050 habrá que alimentar a más de 9 mil millones de bocas. Ese desafío nos interpela directamente, porque Latinoamérica en general y Argentina y Brasil en lo particular, están llamadas a ser las que puedan satisfacer esa demanda”, sostuvo el presidente de Coninagro Elbio Laucirca tras tres días de trabajo en la Patagonia argentina.
PAI, un consorcio exportador con espíritu cooperativo
En la apertura de la agenda, el presidente de Coninagro se dispuso a conocer la planta del Grupo PAI (Productores Argentinos Integrados) que es un consorcio de exportación fundado en 1974 con la intención de facilitar y permitir que pequeños y medianos productores puedan llegar con sus productos al exterior, garantizando acceso a los mercados, a casi 50 países con marca única y control de calidad. PAI exporta aproximadamente el 30% de lo que se produce en el Valle.

“El consorcio PAI comenzó como modelo asociativo Productores Argentinos y aunque técnicamente somos una S.A, en la práctica somos una cooperativa porque nos regimos bajo esos principios y valores”, coincidieron los dirigentes de la administración del grupo.
“Aplicamos un modelo que procura maximizar el retorno de sus frutas hacia los socios, desintermediando el proceso, lo que permite proyectar al productor porque al haber menos intermediarios hay también más acceso a la información”, sostuvo Sergio Riskin, presidente de Primera Cooperativa que integra a 55 productores cooperativos y es uno de los socios del grupo PAI, quien a la vez indicó que: “de la superficie cultivada, aproximadamente el 50% es orgánico y de ese subtotal, se comercializa como orgánico el 25%”, a lo que agregó: “Nuestro fuerte en materia de exportación tiene más que ver con la exportación de peras que de manzanas. Nuestros principales competidores a nivel global son Chile, Sudáfrica y Nueva Zelanda”.

Riskin, en tanto, comentó que” la pera del Valle de Río Negro es la mejor del mundo, de una calidad y sabor inigualable, las manzanas son muy buenas pero Chile produce manzanas de mejor calidad por un tema de altitud. En Brasil químicamente producen más manzanas que en Argentina a través de la tecnología. En el Valle de Río Negro, hemos resignado calidad en los productos por falta de financiamiento, que es un tema que no podemos delegarlo en bancos privados y las economías regiones lo necesitan”.
Acerca de la competitividad de la economía regional, Humberto Canale, representante de la Bodega Canale en el grupo PAI, fue categórico al comentar: “la ecuación tipo de cambio-inflación de los últimos dos años nos partió al medio”. Vale remarcar que el sector vitivinícola tiene mucho espíritu cooperativista, hay 12 bodegas en Río Negro y algunas en Neuquén.
Fruta orgánica
El grupo PAI ha sido pionero en Argentina y uno de los adelantados en la región, en materia de exportación de frutas orgánicas certificadas a nivel de chacra y de empaque, donde casi el 30% se exporta a países de alto poder adquisitivo, como el norte de Europa y Estados Unidos.
Al respecto Gustavo Isla sostuvo que “muchos productos que exportamos son de síntesis orgánico, de laboratorio y alta complejidad. Hay fruta convencional con baja aplicación de productos y también tienen demanda. Hay un mercado segmentado, y cada vez menos global. Cada vez el esquema tiene jugadores menos grandes y está diagramado de forma más atomizada por este esquema de segmentación de mercado”. Acto seguido, indicó: “Hay dos dimensiones, peras y manzanas orgánicas: chacra orgánica, empaque con reglas, normativas y certificaciones de prácticas de trabajo, en lo referido a inocuidad. Esto nos da un diferencial quizá no tanto en precio sino en acceso a mercado. Para esto tenemos un equipo especializado que aplica casi 20 controles anuales para minimizar daños al medio ambiente, y a la persona que lo produce y lo consume y a todo lo que está involucrado”.