Bajo el lema “Ciencia y tecnología para la nutrición sustentable” se realizó el Simposio Fertilidad 2021 con la modalidad de tres encuentros virtuales, organizado por Fertilizar Asociación Civil, y la participación de más de 3.200 personas. La convocatoria fue el escenario para actualizarse sobre la necesidad de mejorar la productividad de los cultivos y la calidad de los granos, enfocados en la recuperación de los suelos y el cuidado del ambiente.
En una conferencia de prensa virtual, realizada luego de la última jornada, la gerente ejecutiva de la Asociación, María Fernanda González Sanjuan, anunció la continuidad del Simposio, que se realiza cada 2 años, en Rosario (Santa Fe) en 2023, con el deseo de que vuelva a ser en forma presencial.
Luego, el presidente de Fertilizar, Francisco Llambías, realizó un resumen de los temas que se abordaron en las disertaciones de las tres fechas del Simposio.
En la primera jornada, “Nutrición de cultivos para mejorar la producción de alimentos”, Jorge Bassi, vicepresidente de Fertilizar AC, informó que en 2020 Argentina superó el volumen 5.200.000 toneladas de fertilizantes, registrándose un récord, representa un hito para la agricultura. A la vez que planteó que los actuales niveles de fertilización son insuficientes para reponer la cantidad de nutrientes que se extraen de nuestros suelos, que se ubica en el orden del 35% en promedio.
Por su parte el el coordinador del comité técnico, Martín Díaz Zorita, afirmó que la calidad nutritiva de los cultivos redundará en mayor calidad de los alimentos y planteó que, para poder crecer, desarrollarse y producir, los cultivos requieren nutrientes que deben ser abastecidos por fuentes externas como los fertilizantes. También presentó a los bioestimulantes que son moléculas producidas por organismos vivos o análogas que potencian el crecimiento y la producción del cultivos (hormonas, aminoácidos, moléculas microbianas activas, extractos de algas y promotores de crecimiento), con las cuales se lograron respuestas de hasta un 8% en trigo y similares en soja, con una fuerte interacción con el ambiente.
En este sentido, el coordinador técnico de la Asociación, Andrés Grasso, resaltó la importancia del muestreo, análisis y diagnóstico de suelos como herramienta básica para la recomendación de aplicaciones y afirmó que la agricultura por ambiente es una poderosa herramienta para la fertilización, apoyada además en buenas prácticas (dosis, momento, tipo y fuente más adecuados). A partir de las redes de ensayos de Fertilizar recomiendan que se pueden incrementar el 16 por ciento de los rendimientos con fertilizaciones balanceadas.
Por su parte, de FCA-INTA Balcarce y Conicet, Juan Pablo Monzón, advirtió que hacia 2050 la demanda de alimentos aumentará más del 50% por el incremento de la población y el cambio en las dietas; por lo que advirtió que “si no se intensifica la producción en la superficie cultivable, nos veremos obligados a convertir valiosos ecosistemas naturales en zonas agrícolas”. Mientras afirmó que, en Argentina la brecha entre la producción actual y la alcanzable es de 41% en trigo y maíz, y en soja 32%, por lo que consideró que “el nivel de fertilización actual no es suficiente y los balances indican que hay ‘minado’ de nutrientes”.
Innovaciones e ideas de hoy
De la Universidad Politécnica de Madrid, Victoria Fernández, introdujo el tema de la fertilización foliar, que colabora en la corrección de las deficiencias nutricionales de las plantas, así como favorece el desarrollo de los cultivos con mejores rindes y calidad de las cosechas. La especialista recomendó que la nutrición foliar sea complementaria a la nutrición vía raíz y que se aplique con adyuvantes.
Por su parte, de INTA Castelar, Alejandro Perticari, habló del aporte de los fertilizantes biológicos (inoculantes) con resultados de 1.000 ensayos en todo el país, que reportaron en promedio 8% más de rendimiento de soja. Perticari sugirió hacer las aplicaciones respetando “las tres B”: buen inoculante, buen proceso de inoculación y buena condición de crecimiento de los cultivos.
El representante de Glimax, Julián Muguerza, destacó que en la actualidad hay una gran capacidad de generar datos con las tecnologías 4.0 para agregar valor al campo y a los recursos humanos, intensificando el conocimiento del suelo. Muguerza advirtió que “una muestra de suelos por lote ya no es suficiente para un diagnóstico sitio-específico” y dijo que si se sigue fertilizando en forma deficiente habrá un deterioro del sistema productivo medido en términos de fertilidad del suelo. “El objetivo es aprender y mejorar”, remarcó.
Podemos producir más y mejores alimentos
El especialista del INTA Balcarce, Fernando Andrade, resaltó que “la agricultura argentina representa 10% del PBI, 10% del empleo y 63% de las exportaciones, y produce alimentos para más de 400 millones de personas”.
En este sentido, apuntó que “la demanda de alimentos en el mundo crecerá 47% hacia 2050”, lo que representa una gran oportunidad para la Argentina, que debe plantearse el desafío de “desacoplar incrementos de producción del impacto ambiental”. Y destacó que, en nutrientes, el balance negativo implica una degradación de la fertilidad de los suelos y dan espacio al incremento de dosis de aplicación siguiendo manejos basados en la evidencia cientifica
Los desafíos a los que nos enfrentamos “requieren innovación, colaboración rigor científico y solidez en las argumentaciones”.
Luego, el científico de la International Fertilizer Association (IFA), Achim Dobermann, presentó las 6 premisas de la organización para la nutrición responsable de plantas que sugiere realizar. Habló que hay una interacción entre el ingreso, la productividad, eficiencia y resiliencia con las emisiones y con el ambiente por un lado; con la salud del suelo por otro; con la nutrición y la salud y con los desperdicios y reciclados.
La Asociación Internacional de Fertilizantes enumeró seis políticas para trabajar e ir acoplando iniciativas:
1) Políticas y modelos de negocios sustentables,
2) Nutrición más precisa basada en datos,
3) Recuperación y reciclaje de nutrientes,
4) Agricultura sensible a la nutrición,
5) Fertilizantes de baja emisión,
6) Sistema rápido de innovación.
El último disertante fue Sebastian Senesi, de FAUBA, quien destacó que toda la cadena alimenticia debe mejorar la productividad a partir de mayor eficiencia y de una “agricultura más verde”, para lo cual hace falta mayor inversión en investigación y desarrollo. Enumeró además “3 variables” que van a marcar los sistemas de producción: el equilibrio de carbono; la biodiversidad; y la huella del agua.
También comentó que la comunicación define comportamientos de la sociedad, trabajar con grupos de interés que no pertenecen al proceso productivo generan cambios, y estos cambios exigen planificación, buscar nuevas soluciones, no solamente nuevos productos.