Juanjo Mosalini acaba de lanzar su registro fonográfico Entre Pliegues, su nuevo disco ya disponible en las plataformas y que deja asentado y comprobado, las grandes posibilidades sonoras y tímbricas que posee el bandoneón; un instrumento emblemático para la interpretación del tango.
Compositor argentino radicado en Francia, el lanzamiento de Entre Pliegues, su nuevo trabajo discográfico formado por quince obras que, con extrema profundidad, reflejan toda la intimidad de este artista que ha logrado este músico con su bandoneón. Y es en esa relación íntima y única que se forja con años de estudio, en que Mosalini recorre un camino de melodías y cadencias ciudadanas creadas desde un estado de perfecto conocimiento del instrumento, como una prolongación de su alma y de sus sentimientos.
En ese rumbo, el genial músico se embarca en una aventura musical cuyo destino, seguramente, fue descubierto a medida que las notas surcaban por el pentagrama, pero atento a las propuestas de los músicos e intérpretes invitados. Es que Entre Pliegues es un disco que propone, pero es el bandoneón el que dispone.
Con melodías de temas propios y otros ajenos o prestados, Mosalini hilvanó una propuesta musical e interpretativa que lo muestra de cuerpo y alma enteros. Sin duda que Entre Pliegues lleva en su esencia la música del tango y con él, su historia, sus personajes, sus pequeñas geografías barriales y que no sólo de Buenos Aires; el tango de Mosalini tiene lugar en cualquier ciudad del mundo.
Por lo tanto, se puede afirmar que Entre Pliegues es esencialmente un disco tanguero y un material que se muestra como una suerte de resumen de la carrera artística de este músico que suele hablar con “el fueye” y lo acompaña con “vino y tabaco” y en ese devenir de la charla, ese fueye se coloca el nombre de Troilo, de Piazzolla, de Ciriaco Ortíz y de Mosalini y allí se entremezclan músicas propias con las de numerosos colegas con los que ha compartido escenarios en sus más de treinta años de trayectoria.
Entre Pliegues también evidencia, con notable solidez, esa impronta tan particular que de inmediato se trasluce en la ejecución y composición de este autor, aquella que ha logrado posicionarlo como uno de los artistas más relevantes de la vanguardia musical argentina en Europa.
Su participación en este trabajo, a dúo con su padre, Juan José Mosalini, se ofrece como un testimonio sumamente especial, ya que terminó por convertirse en el último registro en estudio de este artista antes de su fallecimiento.

Se suma a esta participación, la del Le Quator Danel, formación con la que viene compartiendo escenarios desde hace 25 años. Al respecto cuenta: “La suite de bandoneón y cuarteto de cuerdas que compuse revela también uno de los grandes motores que ha venido impulsando mi carrera: la música de cámara. Se trata de una obra que en realidad no es para bandoneón y cuarteto de cuerdas sino más bien para quinteto, donde mi instrumento se mezcla de manera orgánica con los otros cuatro”.
Por último, es la cantante Sandra Rumolino quien aparece para acompañar al artista y ofrecer con toda la delicadeza de su voz el único tema con letra de este disco. Cabe destacar que Entre Pliegues ha sido presentado el pasado 25 de septiembre en una de las salas más prestigiosas de París, el Théâtre de la Ville.
En charla a través de las redes sociales con El Ágora, Juanjo Mosalini contó sobre este trabajo fonográfico y su concepción.
¿Cómo nació esta idea de hacer una propuesta musical, casi en solitario?
Vengo gestando la idea de hacer un disco solo desde hace mucho tiempo. Tenía ganas de expresar mis experiencias alrededor del bandoneón. Además de composiciones propias, elegí interpretar las de tantos compañeros con los que tuve el honor de tocar todos estos años en Europa, como Gerardo Le Cam, Leonardo Teruggi, Néstor Díaz o Tomás Gubitsch, cuyas músicas me han influenciado notablemente: sin duda, han repercutido en mi escritura y en mi manera de posicionarme frente al instrumento. Me he formado con grandes maestros, pero las personas con las que me crucé durante mi travesía artística y sus magníficos universos sonoros, han forjado también el músico que soy hoy.
Un tango que surge de la diáspora europea…
Podría decirse que se trata de una especie de acento extranjero con respecto al tango. Si bien me considero un músico del género, me he dado cuenta qué desde aquí, del otro lado del océano, las cosas se oyen y se ven de otra manera.
Si bien Entre Pliegues es un proyecto en solitario, convocaste a otros artistas.
Sí, es cierto; cuando pensé en quiénes podían acompañarme, el primero que se me ocurrió fue mi padre. Es muy fuerte y conmovedor—añadió—. Tengo el regalo de tener en mi disco sus últimos gestos con el bandoneón. Entre Pliegues convida además un segundo dúo de fuelles, el que conformé junto a Carmela Delgado. Es para mí una de las jóvenes bandoneonistas europeas más talentosas que además conoce muy bien mi estilo y el de mi papá: yo sabía que se iba integrar totalmente en este proyecto.
Hubo otras propuestas de exponer al bandoneón en solitario…
Hasta la década del 70, no había discos de bandoneón solo…. mi papá decía que el disco que él grabó en el 78 fue el primero. Después de eso, muchos bandoneonistas hicieron el trabajo de exponer un disco solista con el instrumento. Parece haberse convertido en una etapa esencial en la vida del bandoneonista. Y así fue madurando la idea de Entre Pliegues.
Y luego de esa maduración ¿en qué derivó el álbum?
Yo quería un disco que tuviera una cierta uniformidad en el concepto, entonces esperé a tener realmente la experiencia y el material suficientes para lograr una unidad dentro de todo el proyecto, y para que, a su vez, existiera una rica variedad que me permitiera mostrar todo lo que a mí me gusta hacer con el bandoneón. El trabajo se fue gestando durante más de diez años y de esa forma llegó a su madurez y lo pude producir el año pasado.
Sin duda que Entre Pliegues es un álbum conceptual, pero luego de diez años de maduración, lleva dentro su propia historia.
Existe un concepto único que es la transmisión, todas las músicas se van pasando de profesores hacia los alumnos y nosotros crecemos con modelos que recibimos y admiramos. Es como una herencia paternal, maternal y eso creo que es una permanencia. Pero hasta qué punto, depende también de la relación del alumno y del profesor, hay muchos casos en los que existe muchísima complicidad y ósmosis entre ambos, o inclusive a veces nacen escuelas a partir de un profesor. En el caso de ser “hijo de”, hay además una intensidad, porque hay un cotidiano, es mucho más pronunciado.
¿Qué destacarías en este trabajo fonográfico?
La particularidad que me gustaría destacar de este trabajo es que realmente es el espejo de mis ganas de ir un poco hacia todos los rumbos. Siempre que siento que algo me provoca atracción, sigo el primer impulso y me gusta ir con el instrumento a ver qué hay. En Entre Pliegue quise justamente intentar exponer todos los rumbos que me interesaron tomar durante mi vida o que incluso, me llegaron de casualidad, así como por ejemplo la experiencia con Gerardo Le Cam, que me hizo descubrir la música de Europa del Este: hay una obra suya en el disco que está basada en un ritmo rumano. También puedo hablar del tema que me dedicó Tomás Gubitsch, con quien compartí tanto… él suele decir “yo no sé si hago tango, pero hago mi tango”. Otra cosa que quisiera destacar, robándole el dicho a Tomás, es esa… este disco es algo muy personal, es muy mío, una manera de ver las cosas, una manera muy propia de ver la música, la escritura y la interpretación. Y ese es el motor que apareció impulsándome durante todo el proyecto.
El álbum
El registro fonográfico contiene los temas Entre Pliegues (F. Canaro & J.A. Caruso); La última copa (arr. L. Teruggi). Entre pliegues (J.D. Filiberto). Quejas de bandoneón (arr. J. Mosalini). Zamba del Adiós. Casi dos tangos (feat. Carmela Delgado). Canción para un hijo (arr.J.Mosalini) (feat. J.J Mosalini y T. Gubitsch. Don Juanjo, L. Teruggi. De otro bando, G.J. Le Cam. De costalete,J.J. Mosalini. Evidencias repentinas 1 (feat. Le Quatuor Danel). Evidencias repentinas 2 (feat. Le Quatuor Danel). Evidencias repentinas 3 (feat. Le Quatuor Danel). Evidencias repentinas 4 (feat. Le Quatuor Danel). Evidencias repentinas 5 (feat. Le Quatuor Danel). Va y ven (feat. Sandra Rumolino).
Músico y docente
Juanjo Mosalini nació el 29 abril de 1972 en Buenos Aires. Intérprete, compositor y profesor con 30 años de carrera y radicado en Francia, es hoy uno de los principales representantes del bandoneón a nivel internacional. Formado primeramente con su padre, Juan José Mosalini, estudió también piano, armonía y composición con Gustavo Beytelmann.
Comenzó su carrera a los 18 años y, desde entonces, toca regularmente como solista de grandes orquestas, presentándose en las más reconocidas salas europeas: Filarmonía de Paris, Filarmonía de Berlín, Filarmonía de Rotterdam, Barbican Center Londres, Teatro Massimo di Palermo, Academia Chigiana Siena, Accademia Nazionale di Santa Cecilia de Roma, los teatros romanos de Athenas y Orange, Mozart Saal de Viena, Salle Gaveau, entre otras.
Ha colaborado también con prestigiosos solistas como Romain Descharmes, Ophélie Gaillard, Adélaïde Ferrière, así como con importantes conjuntos y orquestas: Orchestre de Radio France, London Symphony, Rotterdam Philharmonic, Israel Symphony Rishon Le Zion, Seoul Philharmonic, Symphonique de Berne, Symphonique de Winterthur, Orchestre de Bretagne, Orchestre de Picardie, National des Pays de Loire, Camerata de Bourgogne, Orchestre de Santa Bárbara, Orchestra del Teatro Massimo Di Palermo, Budapest Concert Orchestra y Orchestra della Magna Grecia.
Compartió además escenarios con Toots Thielemans, Mino Cinelu, Gotan Project, Cirque du Soleil, Catherine Lara, Julien Clerc, Eli Medeiros, Juliette, I Muvrini, Julia Miguenes. También fue parte de las músicas de numerosas películas: Wings of Courage de Jean-Jacques Annaud (junto al compositor Gabriel Yared), Léon de Luc Besson (junto al compositor Eric Serra) y Jeanne et le garçon formidable de Olivier Ducastel y Jacques Martineau (como intérprete y compositor, junto a Philippe Miller).
Ha creado los siguientes conjuntos: el dúo Bögeholz/Mosalini, con el guitarrista Vincente Bögeholz, un segundo dúo con el contrabajista de jazz Olivier Sens (explorando la música electrónica interactiva) y el Mosalini Teruggi Cuarteto, con el contrabajista y compositor Leonardo Teruggi, el pianista Romain Descharmes y el violinista Sébastien Surel. Desde el mismo año en que esa clase fue creada, ha enseñado bandoneón en el CRD de Gennevilliers y, a partir de 2019, comenzó adirigir también la orquesta de tango de la institución. Es además el director del CRD Edgar Varèse, que se ha convertido en la actualidad en el centro más importante de Europa para el aprendizaje del bandoneón y el tango. Resulta regularmente invitado, por otra parte, a brindar cátedras alrededor del mundo: Avignon, Cagliari, Seúl, Estados Unidos, para mencionar algunos ejemplos.