La pieza teatral La Débil Mental, cuya autoría pertenece a Ariana Harwicz, se ofrece en la sala Área 623 (Pasco 623, CABA), los martes desde las 20. La obra cuenta con la adaptación de Cristina Banegas, Ingrid Pelicori y Claudia Cantero, la dirección de Carmen Baliero y las actuaciones de Ingrid Pelicori y Claudia Cantero.
La obra gira en torno al deseo femenino, los mandatos, la maternidad no deseada, la relación arrasadora y dañina de una madre con su hija y la pesadilla con todas sus consecuencias del anhelado amor romántico.
Intensa y por momentos asfixiante, la obra transita una historia que recurre a los anuncios de hechos consumados y a una narrativa que bordea la decepción y siempre la vida queda al borde del precipicio. Ambas –madre e hija- esgrimen argumentos para sostener la vida pasada cuyos frutos amargos se hacen presente en el hoy y ahora, pero las dos intentan una y otra vez proyectar un futuro que, a todas luces, siempre permanece incierto.
Desde los gestos –impactantes algunos- hasta los monólogos / diálogos la tragedia asoma amenazante frente la ausencia de amor verdadero y cabal, anhelado por una de ellas como una tabla salvadora y soslayado por la otra que sólo ve la conveniencia burda de lo material. Esa misma conveniencia conlleva la desesperación por el sustento diario, siempre jaqueado por la incertidumbre.
Los mutuos reclamos, descubrir el pasado de la madre que se contraponen a los miedos de una niña tomada de la mano de una persona a la que no conoce. La pulsión sexual encaramada en un utópico e imposible amor verdadero, choca de frente con el mero y burdo disfrute momentáneo. En vuelo rasante aparecen los odios y los amores postergados, las desdichas y lo superfluo.
En una suerte de monólogo a dos voces, la obra se sumerge en esta siempre insondable relación. Una madre que no sabe, no puede, no quiere ser madre. Madre e hija encerradas en un vínculo tan asfixiante como adictivo. Una relación simbiótica, indiscriminada, donde no hay lugar para un tercero. Un amor sin salida, que no puede sino desembocar en lo trágico. Hombres que sobrevuelan como fantasmas. Precariedad social y económica.
Una dramaturgia llevada al extremo de la actuación casi en forma posesiva y un lenguaje que no se queda en el texto, sino que se extiende a lo gestual y corporal de manera –como no podría ser de otra manera- intensa.
En una escenografía mínima que sostiene la temática y que define a los personajes junto a su vestuario que las termina de perfilar. Todo acompañado por una adecuada coreografía, un juego de luces que transita con las actrices y que sin duda dan lo mejor de sí, con actuaciones sublimes.
Para esta obra trabajaron: Diseño lumínico, Fernanda Balcells y Eli Sirlin. Diseño sonoro y entrenamiento vocal: Carmen Baliero. Diseño gráfico: Laura “Chichi” Rosemberg. Fotografía: Alejandra López. Asesoramiento en maquillaje y peinado: Luar Pepe. Redes: D&D. Productora ejecutiva en Argentina: Rosalía Celentano. Productora ejecutiva en Chile: Valentina Varela. Asistente de dirección: Ana Kowalczuk