“El hecho de que la labor productiva de la maquinaria agrícola fuera declarada esencial representó un beneficio para el sector, porque si bien hubo un párate breve al principio, en abril se empezó a trabajar y la actividad nunca se detuvo”, indicó el presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de la Maquinaria Agrícola CAFMA), Néstor Cestari. Con un protocolo elaborado en conjunto con los Ministerio de Producción, de Salud y el sindicato de metalúrgicos, las fábricas no detuvieron su actividad y no se registró ningún caso positivo a lo largo de todo el período de aislamiento preventivo y obligatorio.
Las ventas para el mercado interno fueron creciendo: desde marzo en adelante se vivió un primer trimestre neutro, en el segundo trimestre ya hubo un incremento del 6% o 7% y ya en el tercer trimestre, las cifras de ventas subieron más del 20%. Así, la estimación para 2020 es de una suba de entre 25-30% respecto de 2019.
“Hay que considerar que en estas cifras están contempladas las ventas comprometidas hasta marzo/abril de 2021, ya que muchas fábricas están trabajando con pedidos para el primer semestre del año que viene”, aclaró el directivo.
Según el INDEC a nivel de facturación “la venta de máquinas agrícolas durante el tercer trimestre de 2020 alcanzó una facturación de 26.799,4 millones de pesos, que representa un aumento de 78,7% en relación con el mismo trimestre de 2019. Los tractores presentaron el nivel de facturación más alto del trimestre, con 10.204 millones de pesos, lo que representó una suba de 45%, en comparación con igual trimestre del año anterior. La facturación de implementos, sembradoras y cosechadoras aumentó 150%, 103% y 59,2%, respectivamente”.
En el tercer trimestre de 2020, las unidades vendidas de implementos registraron el mayor incremento respecto a igual trimestre del año anterior, con 66,8%; las sembradoras crecieron 5,2%; mientras que las unidades vendidas de tractores y cosechadoras experimentaron una disminución de 7,7% y 7,6%, respectivamente
Cestari también destacó las dificultades para el mercado externo que significó la suspensión de las principales exposiciones nacionales e internacionales que “para impulsar la exportación de maquinaria agrícola, el fabricante necesita establecer contacto directo con el distribuidor, con el cliente en el exterior. No es un commodity, se requiere estar con el productor, mostrarle los avances técnicos que se lograron, las diferencias con respecto a productos anteriores, e incentivarlo con alguna forma de pago”.
Al respecto, señaló que estas muestras son captadoras de nuevos clientes y, además, fidelizan a los clientes existentes. “Este año hemos trabajado en conjunto con Cancillería, que nos facilitó reuniones con embajadas como Egipto, Marruecos, Noruega, Ecuador, y Colombia, entre otras”, remarcó.

Consejo Agroindustrial Argentino
Otro hito de este año fue la adhesión de CAFMA al Consejo Agroindustrial Argentino, y así forma parte de esta iniciativa junto con más de 50 entidades del sector agroindustrial del país, con el objetivo de alcanzar los U$D100 mil millones anuales de exportación y generar 700 mil empleos adicionales tanto en las ciudades como en el interior de nuestro país, generando inclusión social y desarrollo.
“La maquinaria agrícola es una de las cadenas de valor que ya tiene experiencia exportadora, y que generó su mayor ingreso de divisas en 2012 con la exportación de U$D250 millones, en rubros como cosechadoras, tractores, sembradoras y herramientas”, señaló Cestari, quien se mostró optimista en el camino de retomar los mercados para alcanzar esas ventas históricas.
Créditos: una herramienta fundamental
El presidente de la CAFMA resaltó la importancia de contar con convenios con bancos corresponsales para poder exportar maquinaria agrícola a diversos destinos, ya que es el modo en que se financian las compras de un bien de capital de esta magnitud en cualquier lugar del mundo. “Al no contar con esa herramienta financiera, nuestros fabricantes corren con desventaja competitiva con otras ofertas. Nadie discute la tecnología de nuestra maquinaria, pero a la hora de pagar un equipo, también se pone en la balanza la posibilidad de financiarlo”,marcó el titular de CAFMA.
La misma regla vale para el mercado interno: “Si el productor tiene una buena cosecha y el precio sube en el activo, con la disponibilidad de créditos se lo incentiva para invertir en bienes de capital que le permiten mejorar su infraestructura” y agregó que “los fabricantes necesitan ampliar sus plantas, tecnificarse mejor, mejorar sus procesos. Es fundamental contar con ofertas de financiación accesibles”, recordó Cestari.
Es por ello importante el trabajo para impulsar el proyecto de Ley de Maquinaria Agrícola con los tres gobernadores de las provincias donde están radicadas las industrias: Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.
La definición de producto nacional, contemplada en el proyecto, es el punto de partida para ciertas diferenciaciones en materia financiera e impositiva. “Pedimos un sistema espejo, como tiene Brasil o como tiene todo el mundo, donde a la máquina nacional se le dan ciertos beneficios que no se le dan a la máquina importada
“En Argentina los bancos nacionales le dan créditos a las máquinas importadas. El sistema que tiene Brasil es 60/40: integran un 60% en el país y pueden importar un 40% y si no lo pueden producir en el país, lo compran en el país a un productor nacional pero siempre el 60% es nacional. Es lo que le exige Brasil para declararlo producto nacional en Brasil y para acogerse a las ventajas. Eso es lo que pedimos y pretendemos para proteger a la industria nacional”, consideró.