Con solo 19 años, Marcelo Cappiello se inició en una de las curtiembres de Avellaneda, como delegado de base. Aquella etapa la recuerda “Con muchas más mano de obra intensiva, poca o nula atención por el cuidado ambiental, escasa inversión en actualización de maquinarias y precariedad en los ambientes laborales”. Hoy, como secretario General del Sindicato de Empleados, Capataces y Encargados de la Industria del Cuero, admite que el Covid 19 encontró a su sector tratando de recuperarse de la primera pandemia, en alusión a los cuatro años del gobierno cuya gestión, “produjo un industricidio de difícil reversión”, describe categórico.
Salvo las curtiembres que fueron declaradas como actividad esencial (por presión de los frigoríficos a fin de recibir los cueros y evitar que el precio de la carne en los minoristas se incremente) el resto de las actividades que refieren a la manufactura del cuero, están paralizadas desde el 20 de marzo. Las excepciones quedan sujetas a los acuerdos, según cada municipio.

¿Cómo fueron evolucionando los días dentro del rubro?
Por tratarse de una pandemia mundial, las empresas exportadoras vieron canceladas la gran mayoría de sus pedidos y las dedicadas a proveer al mercado interno paralizaron sus actividades en un 80/90%. A medida que los días de cuarentena fueron avanzando, con escasez o nula producción, aumentó la incertidumbre respecto del cobro de salarios e incluso de la continuidad de las fuentes laborales, particularmente en la pequeña industria.
¿Cuál fue la relación de las empresas con el sindicato?
La actitud difiere entre las grandes empresas y las restantes. Las de mayor respaldo económico establecieron canales más fluidos y trabajaron de manera mancomunada a fin de establecer los protocolos necesarios que garanticen la salud de los trabajadores. En cuanto a las otras, en su mayoría pequeñas, hoy se hace muy difícil lograr el pago en tiempo de los salarios y establecer mínimos protocolos de seguridad, lo que llevó a nuestro Sindicato a oponerse a la continuidad laboral de las empresas bajo esas condiciones.
¿Qué casos específicos le llamaron la atención, en cuanto a seguridad, protocolos y pagos de parte de los empresarios?
Señalar un caso en particular sería injusto, nuestros compañeros viven en su mayoría en barrios y/o municipios donde las deficiencias estructurales de vivienda, hacinamiento, falta de cloacas o provisión de agua, hacen que se deba considerar factores que exceden al ámbito laboral y donde el transporte público adquiere vital importancia. Por esto se acordó con las empresas turnos especiales, cuidados específicos con los compañeros que integran grupos de riesgo, y garantizar los alimentos de aquellos que por la caída en las actividades y la composición familiar se les hace difícil complementar.

¿Cómo fue su desempeño condicionado por la cuarentena?
Si bien las disposiciones legales obligan a realizar la mayoría de las tareas de manera remota, ante la aparición de algún conflicto hemos estado presente, a pesar de no existir autorización de libre tránsito para los dirigentes gremiales, solicitado reiteradamente por la CTA Autónoma ante las autoridades nacionales.
¿Qué destaca de las decisiones políticas y cuáles fueron los mayores déficit en tal sentido?
Sin lugar a dudas existió un firma decisión de preservar la salud y los ingresos de los trabajadores (a través del otorgamiento de los ATP), la existencia de la pandemia dejó al descubierto las carencias y desmantelamiento del Estado sobre todo en los últimos cuatro años de la gestión macrista. Y por supuesto, las fallas estructurales de muchísimos años en los sistemas de salud, habitacionales y también el funcionamiento de la justicia de manera precaria que es en definitiva el último resguardo de los derechos de los trabajadores.

¿De qué modo imagina el día después?
Cuesta imaginarlo, porque fundamentalmente depende de lo que hoy estemos haciendo. Si la cuarentena se extiende, por inobjetables criterios epidemiológicos, será muy difícil la subsistencia de muchísimas empresas. Encontrar las herramientas necesarias para evitar el desmantelamiento de gran parte de las pymes es un desafío transcendental, y esa tarea es para el hoy. El día después depende fundamentalmente de ello.


Muy buena descripción de la situación de la industria. Sobretodo de la posibilidad de la supervivencia de las Pymes. El estado subvencionando durante 30 años a curtiembre Yoma (con cualquiera de sus denominaciones) y poniéndole un pie en la cabeza a las Pymes. El modelo or de industria curtidora italiana es el inverso. X eso exportan 7000 millones de Dólares contra 1000 de Argentina. Casi sin tener cueros propios.
Lo importante en este contexto es ampliar la visibilidad de las dificultades, a fin de buscar respuestas, argumentos y alternativas que colaboraren con esa supervivencia. Gracias x tu opinión