Bajo la consigna “Reconstruyendo la soja con nutrientes”, Fertilizar Asociación Civil realizó un desayuno de prensa virtual para presentar el impacto de la fertilización en la productividad de la soja.
En Argentina, la soja se fertiliza con dosis bajas, en parte, porque a la aplicación de nutrientes en este cultivo la rodean algunos “mitos” entre los productores, los cuales fueron abordados por en este encuentro virtual. “Son conocimientos antiguos y que no permiten avanzar en un mejor tratamiento del cultivo”, sostuvo el presidente de la entidad, Jorge Bassi, y desarrolló “Los 7 mitos de la fertilización de soja”.
El primero, “La soja no responde a la fertilización nitrogenada”: Esta premisa es verdadera, ya que “la disponibilidad de nitrógeno (N) en el suelo inhibe la actividad de los nódulos y es por esa razón que se desestima la incorporación de N a través de fertilizantes”. Sin embargo, Bassi apuntó que se trata de “una verdad relativa”, porque la nutrición nitrogenada del cultivo depende de la FBN (inoculación). “La soja requiere de N y es a través de la inoculación que debemos garantizar ese nutriente indispensable”.
El segundo mito, “La soja no responde a la fertilización fosfatada”: es falso, porque “si falta fósforo en el suelo, se limita el rendimiento”, dijo Bassi. Por el contrario, afirmó que “hay respuestas, bastante generalizadas ya, a la fertilización fosfatada superiores en algunos casos, al 20% en rendimientos”.
El tercero, “El Azufre (S) y los micronutrientes no son necesarios”: Esto también es falso, ya que “al igual que las gramíneas, la soja requiere de un balance de nutrientes y las evidencias actuales indican importantes respuestas a la fertilización con S, y a los micronutrientes Zinc (Zn) y al boro (B)”.
El cuarto, “No vale la pena fertilizar la soja con antecesor maíz”, tampoco es correcto. “La soja necesita un nivel de nutrientes para optimizar rindes. Sin dudas la rotación con maíz es saludable ya que permite balancear un nutriente como el carbono (C), pero claramente esto no es suficiente para maximizar el rendimiento en soja. Es fundamental cubrir los requerimientos de los nutrientes mencionados y es difícil lograrlo sin fertilizar la soja”, aclaró el presidente de Fertilizar y enfatizó que “no es el antecesor, es el diagnóstico de suelo el que indica el nivel de nutriente a aplicar”.
El quinto mito, “Fertilizar soja en campo alquilado no tiene repago”: Falso. “Se puede lograr un repago más que interesante en el mismo año de la fertilización”, consideró Bassi y explicó que el consejo es el mismo del caso anterior, tener un diagnóstico del lote y concretar una fertilización balanceada y con la suficiente disponibilidad de nutrientes.
Respecto al anteúltimo y sexto, “Fertilizar con dosis bajas es más eficiente”, “es el mito más desafiante que nos toca derribar porque el productor de Argentina se ha quedado en la aplicación de dosis bajas” sostuvo el referente de la asociación civil. Y agregó: “Hay una mala interpretación de la eficiencia, ya que analizamos la mitad del concepto “producimos más kilos de soja por unidad de nutriente”, porque hay que analizar la otra mitad del concepto que es que “producimos pocos kilos de soja porque faltó más nutriente”. “Se debe comprender muy bien el concepto cuando hablamos de eficiencias ya que, hasta la sustentabilidad del sistema debe estar considerada dentro de la eficiencia”, recalcó.
El último mito, “La nutrición de soja limita la producción de soja en Argentina”, es verdadero. “La limitante nutricional es hoy la más importante”, acentuó Bassi porque la red de Fertilizar en los campo de productores muestra evidencia de limitaciones al rendimiento de un 15% en promedio, y cuando se comparan diferentes sistemas, el manejo que hace el productor promedio logra resultados más cercanos al testigo sin fertilizantes que a los que se lograrían con manejos adecuados de la fertilización.
Sin embargo, Bassi alentó que “hay un paulatino aumento del área fertilizada de soja, y es un progreso que queremos destacar, aunque en dosis de ‘arrancador’”. De una encuesta realizada recientemente por Fertilizar AC, entre 700 productores que hacen soja de primera en la región pampeana, surgió que fertilizaría el 74% de la superficie sembrada.
En ese mismo relevamiento, el 12% de los productores manifestaron realizar una fertilización anticipada con dosis altas de fósforo y azufre. “Son aquellos productores que innovan y apuntan a dosis de reposición, ajustando el momento de la aplicación. Esta es una estrategia que venimos difundiendo hace muchos años desde Fertilizar”, sumó Bassi.