En el cierre de su visita al país, con motivo de las celebraciones por los 40 años de democracia. la científica estadounidense Mary-Claire King que desarrolló el ‘índice de abuelidad’ que permite identificar genéticamente a los nietos apropiados durante la dictadura, ratificó su compromiso con la Argentina y confirmó que colaborará con el Banco Nacional de Datos Genéticos para introducir nuevas tecnologías que puedan restituir la identidad a bisnietos.
“La parte más sorprendente de mi visita es la calidad del trabajo que hacen en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), declaró King durante el recorrido por el Parque de la Memoria. “Sabía que era bueno, pero no sabía que era tan bueno”, declaró sorprendida la genetista en relación a la calidad del Banco Nacional de Datos Genéticos. King caminó a lo largo del Monumento a las Víctimas del Terrorismo de Estado compuesto por cuatro estructuras inmensas de hormigón que contienen miles de placas de piedra de pórfido patagónico que rinden homenaje a todas las personas detenidas, desaparecidas y/o asesinadas por el accionar represivo estatal. “Conozco muy bien sus genes”, dijo la investigadora mientras acariciaba las primeras placas que llevan grabadas el nombre y edad de las víctimas y señalan los casos en que eran mujeres embarazadas.

A cada paso, King leía apellidos y explicaba al instante algunas de sus características genéticas, en una muestra evidente de que su memoria es un banco vivo de datos que se cruzan con emociones e historias familiares. King fue la única genetista que se atrevió a desarrollar a pedido de las Abuelas de Plaza de Mayo el “índice de abuelidad”, un cálculo estadístico que, a partir de material genético, permite probar con un 99,99% de certeza el parentesco entre nietos y abuelos, sin tener datos de los padres. Durante el recorrido, se repitieron los abrazos de King con Victoria Montenegro, diputada de la Ciudad y nieta recuperada, y con Guillermo Pérez Roisinblit, también nieto recuperado de Rosa Roisinblit, actual vicepresidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.

“¡Qué bueno que este país ahora tiene vidas normales!”, manifestó la científica, quien también se destaca por haber identificado los genes del cáncer de mamá y demostrar que los seres humanos y los chimpancés son genéticamente idénticos en un 99%. Tras una amplia agenda, que incluyó la visita al BNDG, a la Universidad de Buenos Aires para recibir el título de Honoris Causa y también al Centro Cultural de la Ciencia acompañada por los ministros de Ciencia, Daniel Filmus, y del Interior, Eduardo ‘Wado’ de Pedro, y la titular de Abuelas, Estela de Carlotto, King admitió que lo notable de esta visita es que le permitió entender que logró el objetivo que le propusieron las Abuelas cuando fueron a buscarla más de cuatro décadas atrás.
“Encontramos a estos niños, restauramos su identidad y son personas que están integradas en el renacimiento de este país”, señaló. En relación a cómo expandir el uso del índice de abuelidad, King confirmó que es posible restituir la identidad biológica a partir de los bisnietos, en caso de que los nietos fallezcan sin saber su verdadero origen. “La estadística es completamente flexible en este punto. Para la tecnología experimental, hay muchas características que son igualmente útiles para la bisabuelidad y la abuelidad”, sostuvo.
“La directora del BNDG, Mariana Herrera, y yo esperamos hacer un proyecto juntas para introducir al Banco Nacional las tecnologías genómicas más nuevas”, agregó. En este sentido, indicó que la secuenciación genómica de lecturas muy largas permiten ver toda la cadena de ADN y comparar los genes de parientes lejanos.
Sobre la importancia del índice de abuelidad para la comunidad científica, King apuntó que “la combinación de las Abuelas, el Banco Nacional de Datos Genéticos y el Equipo Argentino de Antropología Forense ha cambiado la ciencia forense y los derechos humanos en todo el mundo. Son tres instituciones argentinas y es un legado increíble”. Y repasó que durante los años 80 aplicaron los avances en Guatemala, en Estados Unidos con restos de soldados de la Segunda Guerra Mundial, en Ruanda y en países de “todos los continentes, excepto en la Antártida. King aseguró que su relación con el país es como “una promesa a la siguiente generación de que la ciencia está ahí para ellos, para su uso y pueden controlarla en el futuro”. Y subrayó: “tengo toda la esperanza de que continúen en ese camino de construcción de la democracia”.