Olibò lanzó un nuevo blend de aceite de oliva extra virgen, denominado Meu realizado en coautoría con los clientes, quienes eligieron junto a la empresa dentro de la selección de aceites preparados para esta nueva marca, el de su preferencia. Además la firma presentó la cosecha 2020 de sus productos premium.
Meu, del catalán Mio, hace referencia al proceso de elección de este corte, “para que nuestros clientes lo tomen como propio, ya que son ellos los que eligieron y seleccionaron el perfil de este aove”, comentó la gerente comercial de Olibò, Gisela Rossell y adelantó que este aceite se caracteriza por ser frutal, equilibrado con persistencia agradable y duradera.

Portfolio 2020

Elaboran aceites de oliva extra virgen mono varietales: Arbequina, Frantoio y Arauco.
Además, tienen una edición limitada del aceite nuevo sin filtrar. Nuevo, proviene del catalán NOU que hace referencia al primer aceite del año, obtenido de diferentes variedades de olivas recolectadas verdes a comienzos de la cosecha. Al elaborarle sin filtrar, preserva toda la esencia natural de la aceituna, sus características organolépticas y la máxima expresión de todos sus atributos y propiedades antioxidantes.
El Nou la vista es de color verde, algo turbio y opaco por la presencia de partículas de aceituna en suspensión. En boca se puede sentir la fruta recién cortada con amargo intenso y acabado picante, con mayor textura. En nariz es frutado intenso debido a la presencia de micropartículas de aceitunas. Aromas vegetales que recuerdan a pasto recién cortado, hojas de olivo, manzana verde y tomate fresco.
Otra propuesta es el Olibò Orgánico, un blend o coupage de los tres varietales. La composición varía según cada cosecha. Este aceite es a la vista es amarillo dorado, reflejos verdes. Con aroma frutado medio con toques de manzana, tomates y pasto recién cortado. Y su sabor es a aceituna fresca, con un regusto dulce y algo picante.
Detrás de la etiqueta
La firma OliBò, integra la empresa familiar Agroindustrias Don Miguel que posee una importante diversificación con más de 70 años de experiencia en agricultura, comercio y transporte en Argentina.
Al respecto, Rossel explicó que la propuesta empresarial “surge de nuestra pasión por el aceite de oliva, legada por nuestros abuelos junto a los valores, sentimientos y tradiciones de la cultura mediterránea, y a nuestro presente mendocino ligado a tierras de condiciones inmejorables para la olivicultura”.
“La marca se compone de las palabras de origen catalán OLI: aceite y BO: bueno, sugiriendo así sus bondades organolépticas y sus beneficios para una sana alimentación. Olibó es la esencia de un trabajo bien hecho, destinado a deleitar, con su cuerpo, sabor y aroma a los consumidores más exigentes”, desarrolló la representante comercial.
Como en el país “la olivicultura cambió a fines de los años 90, donde se pasó de un sistema tradicional de cultivo y elaboración a procesos agrícolas e industriales modernos”, la firma apostó a este producto milenario con una mirada moderna “combinando la experiencia de nuestros padres con la nueva visión que teníamos con mi hermano César para hacer un producto de calidad, con respeto a la naturaleza y al consumo responsable, por eso desde los inicios estamos ligados a los sistemas de cultivo orgánico”, aclaró la Gerente comercial.
La visión de la empresa es la adhesión a la inversión en tecnología agrícola a fin de obtener la mejor materia prima, cuidar todas las etapas de su elaboración y conservación, con la conciencia de que sólo así se obtiene un producto exclusivo, en series limitadas, y con alto valor agregado, dirigido tanto al consumo interno como a la exportación.
Poseen 30 hectáreas de olivares, ubicadas en Jocolí viejo, departamento de Lavalle, en la provincia de Mendoza (límite con San Juan). Es una zona ideal por su clima y suelo para este tipo de cultivo. Además controlan otras fincas en la región de Maipú (zona de olivicultura y plantación tradicional).




