El Gobierno decidió este domingo con una comunicación firmada por Javier Preciado Patiño, subsecretario de Mercados Agropecuarios del Ministerio de Agricultura de la Nación, cerrar las exportaciones de aceite y harina de soja, dos productos en los que Argentina ocupa el podio mundial con una industria que agrega valor a la materia prima.
Las Bolsas de Cereales y Comercio que integran la cadena comercial de cereales y oleaginosos, expresan su “profunda preocupación” porque “dicha medida trae aparejado un potencial aumento de las retenciones, su consecuencia será incentivar a la desindustrialización, desalentar la producción y frenar el ingreso de divisas de uno de los sectores que más aporta a la economía del país”.
Desde la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias (CEEA) rechazaron también el cierre del registro de exportaciones de harina y aceite de soja y sostuvieron que “la historia reciente marca que, después de este tipo de medidas, viene un nuevo esquema de retenciones”.
Por estas razones la CEAA convocaron “a las fuerzas políticas legislativas a poner un orden institucional sobre la legislación en materia de impuestos a la exportación”.
Al respecto, el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Horacio Salaverri, aseguró hoy que el campo “no puede soportar” un nuevo aumento de las retenciones y consideró que la decisión del Gobierno de suspender las exportaciones de harina y aceite de soja “no tiene otro sentido que no sea el de incrementar la recaudación. Juntar dinero y nada más”.
A su criterio, Salaverri dijo que con esta medida “hay dos situaciones para analizar: una, la suspensión de la exportación de los dos productos donde la Argentina es líder en el mundo. La otra, es que si esto tiene como destino el incremento de retenciones, es difícil en el sector pueda soportarlo”.
En la misma sintonía, desde la Sociedad Rural de Río Cuarto consideraron que “en momentos en los que el precio de las commodities se sostienen en niveles muy elevados, la estrategia del Gobierno no es intentar aprovecharlos sino todo lo contrario: bloquear la posibilidad de vender al exterior”.
En este caso, “la decisión tiene un doble efecto porque no sólo se frena la posibilidad de exportar estos dos subproductos de la soja sino que también se espera un alza en las retenciones que se le aplican tanto al aceite como a la harina que pasarían del 31 al 33 por ciento. Eso eliminaría el diferencial con el poroto, una brecha que tuvo como fundamento incentivar el agregado de valor. También se eliminaría ese incentivo”, aclararon desde la entidad rural cordobesa.
En un contexto mundial de máxima incertidumbre sobre la oferta de los alimentos, “la Argentina debería avanzar decididamente en ampliar su capacidad de producción para aprovechar los mayores precios. Ya en el plano energético se observó que el país perdió otra oportunidad al no haber incentivado las inversiones necesarias por ejemplo en Vaca Muerta y tener hoy lista una capacidad de producción no sólo para cubrir la demanda interna -que hoy no logra hacerlo- sino para capturar los elevados precios internacionales fruto del conflicto entre Rusia y Ucrania”.
Desde Río Cuarto agregaron que “hoy la Argentina debe importar petróleo y gas, teniendo una de las reservas más importantes del mundo en shale gas en la cuenca neuquina. Y hoy cierra exportaciones de sus productos estrella en el comercio internacional para sumarle presión tributaria, algo que claramente desincentiva a quienes invierten”.