Una medida que distancia a Armenia de la influencia rusa. El Parlamento del país del Cáucaso ratificó este martes 3 de octubre el Estatuto de Roma, el tratado fundacional de la Corte Penal Internacional (CPI), por lo que se acoge a la jurisdicción del tribunal de La Haya.
El proyecto de ley fue aprobado por 60 votos a favor y 22 en contra en la Asamblea Nacional, donde el partido Contrato Cívico, del primer ministro Nikol Pashinián, cuenta con la mayoría absoluta, por lo que la iniciativa fue avalada después de tres rápidos debates.
Ahora, la decisión debe ser expuesta al presidente de Armenia, quien tendrá que preparar un documento de ratificación para presentarlo ante el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU). La medida entrará en vigor, 60 días después de esa validación, explica la prensa local.
Armenia ya había iniciado el proceso de adhesión a la CPI hace más de 20 años, pero en 2004 su Tribunal Constitucional dictaminó que el Estatuto de Roma contradecía la Carta Magna del país, lo que dejó el proceso en pausa.
Pero desde entonces, la Constitución ha sido modificada dos veces y el pasado marzo la Corte Constitucional dictaminó que las obligaciones de los signatarios descritas en el Estatuto de Roma están en consonancia con la Constitución vigente.
Crear “garantías adicionales para Armenia”
Los funcionarios armenios argumentan que su decisión está motivada por lo que llaman la “agresión” de Azerbaiyán.
Y es que el Parlamento dio este paso luego de que tras más de tres décadas de que Ereván disputara frente a Bakú la región separatista de Nagorno Karabaj, el enclave cayó en manos de las fuerzas de azerbaiyanas el pasado 20 de septiembre. Un momento histórico, que representa el fin de una convulsa independencia y ocasionó el éxodo de casi toda la población, de mayoría de etnia armenia.
Unirse a la CPI “crearía garantías adicionales para Armenia” contra Azerbaiyán, argumentó Eghiche Kirakosian, funcionario armenio responsable de asuntos de Justicia internacional, en la apertura de los debates este martes.
Ratificar el Estatuto de Roma garantiza que una posible invasión de Armenia “caerá bajo la jurisdicción de la CPI”, lo que tendrá un “efecto disuasorio”, agregó Kirakosian.
Ereván ha señalado que su medida aborda lo que considera crímenes de guerra cometidos por Azerbaiyán en un conflicto de larga data, aunque la jurisdicción de la CPI no será retroactiva.
Pero adherirse al tribunal de La Haya también significa el acercamiento hacia Occidente por parte de la exaliada de Moscú en la desaparecida Unión Soviética y que el presidente ruso, Vladimir Putin, pueda ser detenido en territorio armenio.
Sobre el líder del Kremlin pesa una orden de captura de esa corte, que lo acusa de crímenes de guerra, por las llamadas “deportaciones”, el traslado forzoso de niños ucranianos hacia suelo ruso, en medio de la invasión que ordenó contra Ucrania desde el 24 de febrero de 2022. Moscú desestimó la jurisdicción de la corte, cuyo dictamen de arresto fue emitido en marzo de 2023.
“Tenemos cuestionamientos sobre los actuales líderes de Armenia”
La decisión del Legislativo de Armenia suscitó la furia de Moscú, tradicional aliado de Ereván, pero con el que las relaciones se han vuelto considerablemente tensas, especialmente en las últimas semanas, tras los hechos ocurridos en Nagorno Karabaj.
Rusia tenía desplegadas fuerzas de paz en la zona, pero Armenia acusó a la potencia militar de “abandono” y no actuar frente a la sorpresiva ofensiva de 24 horas que terminó el pasado 20 de septiembre con la rendición de las fuerzas locales.
“Armenia es nuestro aliado, un país amigo, nuestro socio (…) Pero al mismo tiempo, tendremos preguntas adicionales para los actuales dirigentes de Armenia. Seguimos creyendo que esta es una decisión incorrecta”, aseguró este martes el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
El Gobierno ruso subrayó que el solo hecho de considerar la adhesión a la CPI ya era un acto “extremadamente hostil”.
Este no es el tipo de decisión que esperamos de un aliado (…) Tenemos cuestionamientos sobre los actuales líderes en Armenia, añadió Peskov.
Los lazos ruso-armenios atraviesan una etapa de turbulencias. Ereván, que se había acercado a Occidente en los últimos meses, insiste en que se sintió decepcionada durante la reciente ofensiva de Azerbaiyán en Nagorno Karabaj, algo que el Kremlin niega.
Además, Moscú culpa a Ereván por dañar los vínculos entre los dos países, al abrazar a Occidente, incluido el alojamiento de tropas estadounidenses para ejercicios militares conjuntos.
Aún no está claro si el Gobierno armenio también podría sacar a su país de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, dominada por Moscú, un grupo de varias naciones exsoviéticas y de otras alianzas lideradas por Rusia.
Armenia también alberga una base militar rusa y guardias fronterizos de Moscú ayudan a patrullar la frontera de Armenia con Turquía.
Con France24, Reuters, AP y EFE.