Las autoridades de Ucrania y Turquía acordaron hoy el traslado de 16 buques a través del corredor humanitario abierto en el mar Negro, y dos de esas naves, cargadas de cereales, ya salieron, pese a la suspensión del pacto por parte de Rusia, cuestionada por la Unión Europea (UE), mientras Moscú reclama garantías de que Kiev no usará la zona para ataques militares.
El ejército ruso dijo que pretende “compromisos” por parte de Ucrania de no utilizar el corredor destinado a las exportaciones de cereales con fines militares, después de un ataque a la flota rusa en Crimea.
“No se puede garantizar la seguridad de ningún objeto en esta zona mientras Ucrania no contraiga compromisos adicionales de no utilizar esta vía con fines militares”, señaló el Ministerio de Defensa ruso en Telegram.
Moscú llamó a la ONU, garante del acuerdo sobre los cereales ucranianos firmado en julio, a ayudar a “obtener garantías por parte de Ucrania de que no empleará el corredor humanitario y los puertos designados para la exportación de productos agrícolas para actos hostiles contra Rusia”.
Casi en paralelo, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, le garantizó al secretario general de la ONU, António Guterres, que su país está decidido a “seguir siendo garante de la seguridad alimentaria mundial” y a proseguir con las exportaciones de grano.
“Hablé con el secretario general de la ONU, António Guterres. Le confirmé el compromiso de Ucrania con el acuerdo cerealero”, escribió Zelenski en la red Twitter.
Todo ocurrió apenas horas después de que Turquía y Ucrania anunciaran un acuerdo, mediando por la ONU, por el que doce embarcaciones saldrán de puertos ucranianos.
Dijeron además que ya hay seis barcos navegando en la zona, aunque no todavía en el corredor humanitario, mientras otras 21 naves esperan el visto bueno para transportar unas 700.000 toneladas de grano desde Ucrania.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró que los trabajos para exportar grano “seguirán adelante a pesar de la suspensión rusa”, según la agencia de noticias Anatolia.
El Ministerio de Exteriores ruso confirmó el sábado la suspensión del acuerdo tras acusar a Kiev de llevar a cabo una serie de ataques con drones contra su flota en el mar Negro, y ya ayer se había anunciado que pese a ello 14 barcos tenían diagramada una ruta de salida.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, alertó hoy que “sin Rusia es difícil imaginar un acuerdo para exportar el grano desde Ucrania” y juzgó que “en las condiciones actuales y con Rusia imposibilitando la garantía de seguridad de navegación en esas zonas, este tipo de pacto es poco factible y se vuelve mucho más peligroso”.
Peskov acusó a Ucrania de “socavar la atmósfera de seguridad” y de haber puesto “en tela de juicio el acuerdo”, según reportó la agencia Interfax, aunque reconoció que “los contactos continúan con la parte turca, así como con la ONU y otros departamentos diplomáticos”.
Dijo que no era “una respuesta fácil” la chance de recuperar el entendimiento. “Solo puedo decir que las conversaciones continúan”, afirmó.
Por la mañana, el portal de seguimiento Marine traffic, citado por la agencia AFP, dio cuenta de la salida de dos buques cargados de cereales hacia Turquía, el “Admiral de Ribas” y el “Mount Baker”.
El pacto alcanzado en julio para desbloquear las exportaciones de granos es clave para aliviar la crisis alimentaria global provocada por el conflicto.
“Los buques civiles nunca pueden ser un blanco militar o ser tomados como rehenes; los alimentos deben circular”, dijo en un tuit este lunes Amir M. Abdulla, coordinador de la ONU para la Iniciativa de Granos del mar Negro.
El acuerdo, que establece un corredor seguro para que los buques puedan navegar hasta Estambul para ser inspeccionados, permitió que nueve millones de toneladas de granos ucranianos fueran exportados y debía ser renovado el 19 de noviembre.
Turquía mantiene su rol central en la cuestión, y a las palabras de Erdogan se sumó el ministro de Defensa, Hulusi Akar, quien le manifestó a su par ruso, Sergei Shoigu, la importancia de mantener el acuerdo.
Akar afirmó durante la conversación con Shoigu que espera que Moscú reevalúe su decisión.
El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Martin Griffiths, cuestionó las razones de Moscú para suspender el acuerdo.
“Cuando los buques de la Iniciativa no están en el área, el corredor no tiene un estatus especial”, precisó en una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, en la que advirtió que no hay “cobertura ni protección” de cara a “acciones militares tanto ofensivas como defensivas”, según informó la agencia Europa Press.
A la polémica agregó su voz la UE, que acusó a Rusia de usar el hambre y la comida “como armas” en la guerra.
“La Unión Europea condena la suspensión de Rusia de la Iniciativa de Granos del Mar Negro e insta a Rusia a revertir su decisión y reanudar de inmediato la implementación de la Iniciativa de Granos del Mar Negro de la ONU”, remarcó el Alto Representante de la Unión Europea para Política Exterior, Josep Borrell, en un comunicado.
Para Borrell, Rusia es “la única responsable de la crisis de seguridad alimentaria mundial”.
El diplomático acusó a Moscú de obstruir un pacto que ha hecho “una diferencia significativa”, ya que permitió la exportación de cereales en un contexto de “crisis alimentaria mundial”, a los países más necesitados, incluido el Cuerno de África.