A veces la relación con los números resultan tan azarosas como el azar. Otras, en cambio, resurgen como cálculos específicos y describen datos concretos. En el caso de Escalandrum, el grupo que componen Daniel “Pipi” Piazzolla (batería), Nicolás Guerschberg (piano), Mariano Sívori (ontrabajo), Gustavo Musso (saxo alto y soprano), Damián Fogiel (saxo tenor) y Martín Pantyrer (clarinete bajo y saxo barítono) el 11 de marzo parece ideal para que la cifra confluyan tantas variables como expectativas. Y no es para menos, sucede que ese día sirve para conmemorar los cien años del nacimiento de Astor Piazzolla. También el número ‘100’, tal como dieron nombre a su último disco editado por Warner, emula por supuesto a la obra del creador de ‘Libertango’. Once y cien, entonces, serán la intersección de una celebración respecto de quien supo dividir las aguas como expandirlas por todo el planeta con magia y arte.
Ni más ni menos, el proximo 11 la banda presentará nada menos que el trabajo que les llevó más de tres años , en el teatro Colón, cuna de don Astor durante lo diversos homenajes que se realizarán a lo largo de todo el año, entre músicos y artistas en general. ‘Cien’ se destaca no sólo por el propósito de reversionar algunos temas incunables del músico, si no además exhibir temas como “La muralla china” en su primera versión instrumental nunca antes grabada. Melómanos, atentos.
El pianista Nicolás Guerschberg es uno de los primeros en celebrar el hecho de encarar este trabajo y que el mismo haya llegado en tiempo y forma en el momen to justo. “La verdad es que disco fue todo un trabajo de deconstrucción”, asume en relación a la búsqueda que les significó para los artistas del material y también cómo se desarrolló su elaboración. “De alguna manera hubo un sentido antropológico y recuperador pero también, todo un desafío poder traer su espíritu a nuestros días y traducir aquella impronta al lenguaje Escalandrum”, confía Nico quien asimismo destaca el hecho de haber podido contar con material de primera mano, como las partituras, los manuscritos y hasta la grabación inédita de Piazzolla tocando la introducción y la cadencia del tema bandoneón la Suite Troileana. “Realmente fue una emoción muy grande”, describe haciendo extensiva sus sensaciones al momento de escucharla en estudio.
Y no es para menos. El disco transitó la primera parte durante el 2017 en los estudios de Abbey Road, pero quedó demorado por la pandemia, hasta concluirlo el mismo 2020. Sincero, Guerschberg reconoce que los momentos separados entre una grabación y otra incidieron en la propuesta. “Comparto que el disco se vio afectado, cuatro temas fueron grabados hace tres años y un poquito más en Londres, mientras que la última parte se hizo en los estudios ION que es nuestro Abbey Road porteño. Tal vez eso acentúe la diferencia y la distancia. De todos modos creo que gracias al enorme trabajo de nuestro técnico e ingeniero de grabación, Facu Rodríguez, pudimos masterizar y unificar ambos materiales”, dice elogiando la mano de uno de los protagonistas silenciosos de Escalandrum.

No necesita ser explícito o conmoverse para referirse a Piazzolla. “Personalmente este homenaje en su centenario es especial porque se le da la relevancia que siempre tuvo y que en algunos casos Astor no pudo verla reflejada. Este es un momento de reivindicación”, destaca. El músico se respalda en los numerosos eventos que incluyen al Colón, el CCK y la Fundación Konex, con conciertos y clínicas, pero también adelanta una conmemoración que se proyectará en todo el planeta. “Todo lo que se organice y celebre en su nombre servirá para reflejar aquello que gira en torno de su figura. Piazzolla es un gigante de nuestra cultura, de nuestra música y, sobretodo, de la música del mundo. Sin dudas Piazzolla se ha transformado en uno de los grandes artistas del mundo del siglo XX”, concluye.