Los representantes de la Mesa Ovina Nacional se reunieron por videoconferencia con el subsecretario de Ganadería de la Nación, José María Romero para llevarle la preocupación por la grave situación que atraviesa el sector.
“En ese marco la desaparición de la Dirección de Ovinos como tal, y la baja de categoría de esta dependencia en la nueva orgánica del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca aparece al menos como contradictoria”, expresaron en una comunicación a la prensa.
La Mesa transmitió al funcionario nacional “que se transita una tormenta perfecta en donde coinciden, el derrumbe de los precios y mercados nacionales e internacionales de todas las lanas y de la carne ovina, productores en emergencia tapados de nieve en la Patagonia y con sequías extremas en el norte, industrias paradas, ventas casi nulas, dificultades propias del Covid para el trabajo y la logística, y la ayuda de la emergencia que no llega”. Y advirtió: “La cadena está rota, se sintetizó. A todo eso se suma, la incertidumbre del futuro de la ley ovina, así como la continuidad de los planes, acciones y proyectos que se venían llevando a cabo en conjunto con el equipo de la Dirección de Ovinos”.
Es por ello que solicitaron la restitución del área por resultar “al menos inoportuno este cambio”. Con mucha preocupación, los dirigentes le plantearon los reclamos de los productores ante la grave situación por la que están atravesando producto de la sequía en algunas regiones y de las tormentas y temperaturas bajas en la patagonia.
Para ellos “la ayuda oficial no llega y las mortandades de animales ya se muestran muy importantes. Así, no sólo está seriamente afectado el presente sino además hipotecado el futuro inmediato. Por ahora se sobrevive con la ayuda solidaria de otros productores, instituciones del lugar y apoyos locales”, y advirtieron que “hay demoras en la gestión y financiamiento del Prolana, en los desembolsos de proyectos de la Ley ovina, de promoción de carnes, así como incertidumbre con los fondos para las emergencias, por ahora ausentes”.
El potencial de toda la cadena es muy importante: los productos ovinos tienen alta demanda, son de rápido impacto económico, y cumplen todas las exigencias productivas, sociales y
ambientales. La oveja genera arraigo y agregado de valor, ocupa espacios vacíos más alejados e inhóspitos, y es un importante empleador rural e industrial.
“Llevamos años elaborando diagnósticos, aportando planes y propuestas concretas, ofreciendo manos e ideas; sin embargo sistemáticamente nos cruzamos con decisiones erráticas y la falta de visión estatal estratégica y de largo aliento”, expresaron los dirigentes rurales.