Los dos encuentros en el escenario entre Raly Barrionuevo y Jorge Rojas y la visita de La Sole al espacio del trovador santiagueño, simbolizaron durante la sexta velada del 63° Festival Nacional de Folclore de Cosquín, una suerte de grieta sellada entre artistas que desde los 2000 encarnaron la renovación del género eligiendo diferentes caminos estéticos.
“En algún momento éramos de otros mundos#, aceptó Raly en la conferencia de prensa posterior a su actuación, complementando así un sentir que había expresado en escena cuando dijo “siempre hemos cantado todos juntos en Cosquín y eso no se puede perder jamás, jamás, jamás”.
Feliz y tranquilo tanto arriba como abajo del escenario Atahualpa Yupanqui, Barrionuevo trajo al Festival un rincón melómano rodeado de guitarras, un piano, una máquina de sonidos y un bombo legüero y en esa suerte de living que define su presente musical, fue capaz de recibir tanto a Rojas como a Soledad.
El primer encuentro con el exLos Nocheros (a quien después visitó durante la actuación de cierre del cantautor neuquino) fue en la segunda parte de ‘Zamba de usted’ ejecutada desde el piano y se coronó con un efusivo abrazo ovacionado por las personas que le pusieron el marco más masivo hasta ahora a la edición 2023.
“Raly, el país te agradece tu música y ha sido un honor cantar con vos”, lo saludó Rojas como moño de ese momento compartido que se replicó dos horas más tarde con el de Cutral Có desde el bombo y con el fríense a su izquierda y guitarra en mano.
“Primero nos conocimos, después fue un poco más y nos empezamos a juntar. Bajo el algarrobo de su casa, bajo el algarrobo de mi casa y fuimos encontrándonos en el camino. Ahora por primera vez vamos a cantar en la casa del folclore, en nuestra casa, y a compartir nuestra esencia con ustedes”, relató Jorge.
Con las guitarras sanjuaninas del Dúo Saypa, compartieron versiones de ‘Mañanitas loretanas’ y ‘Chacarera de las piedras’ y sumando a Manolo Herrera con su sacha-guitarra hubo un homenaje a Elpidio Herrera .

Esa parcela marcó una excepción en el pulso pop y romántico que marca el andar de Rojas y dominó un extenso recital con unas 25 canciones (‘Mi cantar’, ‘Entre espinas y flores’, ‘No saber de ti’, entre otras) que se extendió hasta pasadas las 4 de la madrugada, estirando el horario de cierre habitual del Festival este año.
En tanto, el cálido y celebrado cruce de Barrionuevo con Soledad Pastorutti se dio en el tramo final de ‘Zamba y acuarela’ mientras él tocaba el requinto y para el que ella irrumpió cantando, incluyó un gesto pícaro de Raly cuando La Sole cantaba la estrofa ‘Quiero hacerte el amor en las mañanas de Santiago’ y para el final la de Arequito se despidió diciendo “gracias, me honraste”.
“Con Jorge somos amigos, nos visitamos y cocinamos juntos, pero nunca habíamos coincidido en la misma noche de Cosquín y lo que hicimos con La Sole fue una proyección de lo que pasa en su casa cuando la visito y, de hecho, ella eligió una zamba mía para su próximo disco”, naturalizó Barrionuevo ante los medios acreditados.
La sexta luna comenzó entregando el tradicional poncho coscoíno al bailarín Juan Saavedra e incorporando por primera vez este año a la música cuyana de la mano de Pocho Sosa quien lució su porte amasado en 60 años cantando y tocando tonadas, cuecas y gatos como ‘Mendoza quédate niña’, Pa’l comisario, ‘Póngale por las hileras’, por citar algunos títulos.