En “El Ágora” entrevistamos a Marcos Joakin, director, y a Lucía Manrique, actriz, de “Rey Lumpen”, obra que se estrenó el domingo pasado en “Teatro de las Nobles
Bestias” de Temperley.
La palabra “Lumpen” remite a una persona o sector social que pertenece a sectores marginados, que sobreviven, muchas veces de del trabajo informal, “changas” o actividades delictivas.
Este grupo social es el que está representado “Rey Lumpen”, obra que es dirigida por Marcos Joakin, y que cuenta con la actuación de Lucía Manrique, que interpreta a “Claudia”.
En “El Ágora” dialogamos con ambos sobre la temática de la obra y el estreno de la misma, que fue el domingo 20 de Agosto en el “Teatro de las Nobles Bestias” en Temperley. “El énfasis está puesto en las actuaciones, crudas y descarnadas, en la singularidad de los personajes que nos transportan a un entorno que sabemos que existe, pero del que huimos”, resume Marcos Joakin.

EA- ¿Con qué propuesta se encuentra el público que va a ver “Rey Lumpen”?
MJ: La propuesta es un teatro realista, un teatro del actor. El énfasis está puesto en las actuaciones, crudas y descarnadas, en la singularidad de los personajes que nos transportan a un entorno que sabemos que existe, pero del que huimos. Es un desclase, espiar por fuera de la burbuja en la que nos movemos para ver qué queda de lo humano en la periferia social.
EA-¿Qué sensación les dejó el estreno?
LM: Me dejó muchas sensaciones. Por un lado la satisfacción de poder entregar un trabajo enorme en todo sentido junto a un equipo increíble. Por otro lado, está todo lo fuerte que nos resulta contar esta historia, y lo que puede provocar en el público. Sentirlo presente en esto que vivimos y transitamos en escena tiene una fuerza que te remueve todas las emociones, se transforma en colectivo, potencia lo que sucedió en cada ensayo. Hoy a pocos días en realidad me cuesta describirlo, es como si todavía esas sensaciones se me estuvieran acomodando en el cuerpo.
AE-¿Qué rol juegan la marginalidad y el olvido en la obra?
MJ: La marginalidad y el olvido son los polos que tensionan el universo de esta obra. En la marginalidad que nos muestra, todo el tiempo resuena la pregunta sobre el olvido. Sabemos que ese mundo está todos los días y, que incluso, no cambia con el tiempo ni con los gobiernos. Nos lo cruzamos en alguna esquina todas las semanas, sino es que todos los días, sabemos que ese margen corre junto los renglones de nuestros días pero hacemos el forzoso ejercicio de olvidarlo permanentemente. La clase media necesita olvidar, la diferencia, la desigualdad, la clandestinidad, para cambiar el celular o para planificar las vacaciones, para
aprovechar las ofertas del martes, para disfrutar su democracia capitalista. La obra es en sí una tortura al olvido. Nos muestra la marginalidad durante una hora veinte. Nos muestra gente que vive en ese lugar; nuestro olvido.
EA-¿En qué contexto se desarrolla la obra?
MJ: El contexto de la obra es engañoso. Un poco porque no nos importa, y otro poco porque nos importa mucho. Suenan cumbias viejas mientras se habla de un rapero ambulante en el tren. Suena una cumbia actual mientras en una radio AM un locutor habla de patacones. Estas contradicciones temporales buscan una atemporalidad adrede, porque en estos lares el tiempo no pasa. Aquí no llega el progreso ni la igualdad social. La deconstrucción o la posverdad. El tiempo va y viene, porque es cíclico. Todo vuelve a pasar, todo se vuelve a derrumbar. Siempre vuelve a haber resaca y devaluación, todo se repite como los lunes. Y otra
vez es 2001. Todos los días gana Milei.

EA- Lucía, ¿cuál es y cómo es tu personaje?
LM: Yo hago a Claudia, pareja de Marcelo, que interpreta Fabio Quinteros. Ella es de Santiago del Estero pero hace 20 años que vive en el conurbano de Buenos Aires, desde que él le propuso ser su compañera. En el presente, Claudia convive con un hombre al cual todas las noches espera y recibe borracho cada vez, en una casa alquilada que se cae a pedazos, sin un mango, en un barrio hostil en el cual tiene todavía que soportar, entre tanta indiferencia y desprecio, a un vecino que la acosa cada vez que tiene que ir a buscar a su marido porque se queda dormido en el cuarto de una prostituta. En la obra, Claudia está por rebalsar como el pozo de su patio, y transitará el desenlace de su situación.
EA-¿Cuánto tiempo de ensayo y preparación les llevó?
LM: Podemos decir que estamos trabajando esta obra desde 2020, cuando en el contexto del Festival Festibardo, que integraba poesía y teatro, al director y dramaturgo, Marcos Joakin, le toca trabajar con el poeta Fabio Quinteros. La obra debió ser cortometraje a causa de la pandemia, y entonces nos propuso a Fabio y a mí actuar. Lo que se contaba partía del mundo de la poesía de Fabio Quinteros, de su historia, su contexto. Una vez que se estrenó, decidimos los tres volvernos a juntar para continuar la historia o encontrarle otras facetas. Trabajamos generando un ida y vuelta entre nosotres que improvisábamos y Marcos que escribía. En 2021, se estrena “Cotidiano y vulgar”, un unipersonal que interpreta Fabio que continúa con la historia. Y en 2022 nos volvimos a reunir y seguir explorando el mundo. Así, descubrimos a dos nuevos personajes que luego interpretarían Raquel Pardo y Leandro Menéndez. La obra encontró su texto final recién a principios de este año. Tres años después del corto, estrenamos ahora “Rey Lumpen”, una nueva mirada sobre este universo.
EA-¿Hasta cuándo va a estar en cartelera?
LM: Todos los domingos a las 19, hasta el 7 de Octubre inclusive.
El elenco de “Rey Lumpen” está conformado por Lucia Manrique, Fabio Quinteros, Leandro Menéndez y Raquel Pardo, y cuenta con la poesía de Fabio Quinteros, la dirección de Marcos Joakin, la asistencia en dirección, diseño gráfico y operación técnica de Nani Combes, Carolina Posse (Producción), Grupo Pulpa (Escenografía), y Germán Romeo Pena (Fotografía).