La seguidilla de vandalismos contra la propiedad privada de los productores, y sus silobolsas se repiten variando su intensidad y su frecuencia, pero siguen estando presentes. Según un relevamiento desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), sostiene que hubo al menos, 125 silobolsas afectados; tres dígitos que enciende las alarmas, no solo económicas, sino también las de los estados de ánimo, las intelectuales, y morales; “nos retrotrae a situaciones pasadas, un dejavú, escenario de conflicto, que si bien, obviamente no es el mismo, encuentra ciertas similitudes en el estado de ánimo de los productores y nos encuentra a todo el sector unido en contra que aquello que simplemente está mal”, sostienen desde la entidad rural.
Roturas, cortes, punzados, incendios, abigeatos y robos se repiten constantemente lo vienen sufriendo tanto empresas internacionales y grandes productores, como pequeños y medianos productores familiares; tanto agrícolas como pecuarios. Ataca a ingredientes mayoritarios y esenciales en la cadena de valor agregado para la transformación de los mismos en harinas, aceites, biocombustibles, burlandas, y sobre todo proteína de origen animal, carnes vacunas, avícolas, porcinas, ovinas y leche.
“El vandalismo se comporta como un virus que se expande, sin dirección, sin discernimiento, con la sola premisa de dañar por dañar, con total ignorancia, sin hacerse cargo de las consecuencias de sus actos, y justamente ahí está su ceguera intelectual”, subrayaron desde CRA.

De acuerdo al Departamento Económico de CRA, a cargo del ingeniero agrónomo Matías Lestani, en números, las 125 roturas de silobolsas es equivalente a 12.500 toneladas afectadas y que se podrían haber destinado a: 1.750 jubilaciones mínimas; 3.000 Planes IFE (Ingreso Familiar de Emergencia); 673.000 raciones de comedores comunitarios; 900.000 paquetes de fideos, de harina o polenta; 750.000 litros de leche; 700.000 paquetes de arroz; 110.000kg de asado o 85.700kg de milanesas.
A veces, tener claro el impacto de las acciones nos ayuda racionalizar las mismas. “A veces no es maldad, es simplemente ignorancia, 673.000 chicos podrían haber comido con lo que se perdió”, y analizaron “en la vida, podemos hacer lo que queramos, pero lo que no podemos hacer es evitar las consecuencias de nuestros actos”.
 
			 
		     
                                 
                    




 
							 
							 
							