Socióloga y consultora política, Analía Del Franco se destaca en el diseño de herramientas y metodologías dedicadas al análisis de la Opinión Pública. A días de las PASO, comparte con Oxímoron un recorrido que va más allá de nombres y candidatos.
¿Cuáles fueron los últimos relevamientos de la consultora y qué temáticas realizaste durante estos años?
-Desde hace muchos años hacemos únicamente estudios referidos a la opinión pública, tanto en lo electoral, sobre gobierno e institucional. Estamos en esa línea y durante estos dos últimos dos meses realizamos mediciones en relación a candidatos para las PASO, antes de la fecha de cierre de la presentación de listas para ver su posicionamiento. Trabajé en localidades pequeñas y en provincias. En precampaña se hacen estudios cualitativos.
¿La conectividad en pandemia colaboró con tu labor?
-Se ha complicado en relación a los trabajos de campo y estudios de opinión pública que hacemos en la calle. Si es a través de muestras presenciales en eso se complicó, durante el 2020 se trabajó telefónicamente o por las redes. En ese sentido, fue bueno el año pasado porque la gente estaba en la casa y eso ayudó. También el tema de la pandemia sirvió respecto de la participación en diferentes congresos, seminarios, reuniones que no eran habituales hacerlos vía zoom, salvo con encuentros internacionales y que se volvieron frecuentes. Así que para nuestra tarea no fue un problema gravísimo, salvo las encuestas presenciales.
Llevás mucho tiempo en esta tarea ¿podés hacer una breve descripción sobre los distintos momentos políticos?
-Sí, desde 1983, así que son muchísimos años. Digamos que la década del 80 fue el inicio de esta metodología. Por ejemplo para la elección de 1983, la que ganó Alfonsín, todos los estudios de opinión pública que eran innovadores para la UCR los hizo una empresa de investigación de mercado argentino-brasilera IPSA, dirigida por Carmen Zayuelas. A partir de ahí, fue empezar a pensar lo que era el marketing político o las encuestas de opinión. Por supuesto que se hacía todo mucho más lento que ahora, pero fue el despertar de lo que tiene que ver con la comunicación política que en ese momento se decía marketing político novedoso. En ese momento se decía ¿tienen que ir o no los políticos a la televisión? Es como hace dos años cuando muchos se preguntaban ¿tienen que estar los políticos en las redes? Bueno, las mismas situaciones innovadoras que se dan ahora y de las que los políticos deben ir adaptándose con las nuevas modalidades, se daban en los 80 con las modalidades de comunicación masiva a la que los políticos de entonces no comprendían, acostumbrados más al mano a mano o a trabajar en la calle, en los actos.
¿Y qué sucedió durante los 90?
-Los noventa fue una época donde hubo que lidiar respecto de ‘política sí o política no’. No como la antipolítica pero sí diferente. El menemismo no trajo gran apasionamiento por la política. Independientemente de lo económico que era negativo, la política transcurría en un período desapasionado del electorado. De hecho no ha habido movimientos juveniles importantes en los 90. Con la Alianza el 2000 fue un momento bisagra. Su campaña trajo mucha innovación por un lado y por otro, el fracaso de su gobierno trajo una percepción negativa que fue “no se puede vender por vender”.
¿Cómo sería eso?
-No importa que las campañas electorales sean maravillosas si después no se pueden sostener en la gestión. Luego de eso hubo un tiempo que se trataba de sostener el bajo perfil, con campañas bastante austeras como las del 2003, en función de no recordar aquella campaña que a mi gusto fue muy buena, maravillosa, la de la Alianza.
¿Y en lo específico a tu tarea?
-En cuanto a la investigación efectivamente hubo muchísimos cambios. En los 80 sólo se hacían encuestas presenciales y focus group, después en los 90 aparecieron las encuestas telefónicas, ahora estamos con las redes. Por supuesto que nada supera a una encuesta probabilística presencial. Hasta ahora todas nos han traído los problemas de ajustes, no es que sean sesgadas pero toman una parte del universo. Además las exigencias a las encuestas han bajado por un extra que es el Big Data que genera mucha tranquilidad por el tema de la segmentación. Y bueno a veces el tema del número final que saca un candidato u otro es más para prensa que para lo que finalmente en las campañas se utiliza.
¿Qué expectativas tenés sobre estas elecciones?
-Hasta el momento no hay nada que me haya llamado la atención, creo que no hay clima por parte del electorado. En cuanto a la oferta electoral es interesante ver las diferentes posiciones dentro de la oposición, no es que sean novedosas y originales porque después de haber perdido una elección siempre un partido se reacomoda, tiene que encontrar su lugar. El año pasado no hubo posibilidad de esto y es lógico que JxC lo esté transitando ahora. Sí me llama la atención la revigorización de los radicales dentro de Juntos y me genera expectativas la posición de Macri que ha tenido un lugar de corrimiento dejando lugar a otros. Habrá que ver si es como ocurrió con Cristina que se corrió y después aparece, ese enroque está sucediendo. Por el momento no veo intenciones de hacer un voto bronca. Veo desinterés, escepticismo, porque hay toda una absorción de la energía en torno de la pandemia y la vacuna y la expectativa de poder correrse de esta situación de salir de esta crisis económica.
¿Qué le sumó y le quitó la era digital a la modalidad investigativa que realizás?
-Le sumó agilidad. Las encuestas domiciliarias las hacemos on line, con lo cual con la aplicación podemos ir viendo qué sucede. Por otro lado el asunto es que sesga un poco, no es una encuesta probabilística totalmente. Las encuestas desde las redes da algo que no logran las telefónicas pero sí la presencial y es que se le puede mostrar cosas al encuestado, una foto, un spot, a través de redes. Estas encuestas son muy útiles para trabajar con segmentos específicos, así que es todo positivo.
Artemio habla de cierto desinterés o dispersión del nuevo electorado ¿vos qué notás al respecto?
-Desinterés. No sé a qué refiere cuando dice dispersión. Puede ser por ser una elección a medio término es probable que haya más posibilidades de encontrar electores que prefieran votar a terceros partidos, castigar, que haya menos polarización, pero no estaría tan segura. Porque Juntos lleva dos o tres candidatos, dos o tres listas y eso permite funcionar como sublemas. Aunque luego no se sume mirado desde ese espacio queda todo en el mismo grupo. Más que desinterés hay escepticismo, la energía está puesta en otra cosa y hay también mucha decepción por la política en general, no hay nadie que enganche, que enamore. Macri caído y Cristina polariza mucho. Habrá que encontrar otra dirigencia.
¿Seguirá la modalidad de crear candidatos mediáticos?
-No sé qué quiere decir candidatos mediáticos, creo que todos los candidatos y candidatas tienen que saber exponerse en los medios porque es la manera de comunicarse. Obviamente, quienes están solo en los medios para hablar o bajar línea a la larga no funcionan y no son votados. La propia Lilita Carrió que baja línea es un teórica, al momento de votar no se la vota, quizás más en un legislativo. Sí es importante que puedan tener una manera apropiada para comunicarse en los términos que la digitalización impone. Sobre todo para manejarse con gente sub30 que tiene otra manera, ni buena ni mala, es diferente. No es peyorativo ser mediático.
¿Qué temas hoy generan interés y cuáles, preocupación?
-Los que más producen preocupación son los económicos, ya sea la inflación como las expectativas de trabajo, que no se vea una salida, especialmente en los jóvenes, esa es una de las preocupaciones más importantes. La salud es una preocupación, pero se ve la vacunación en marcha. Pero el poco trabajo e ingreso son las principales preocupaciones.
¿Qué incidencia tendrá la vacunación al momento de votar?
-La vacunación ya tiene incidencia es como la base, si no hubiera habido esto ya sería un desastre. Obviamente ha habido una demanda, era una obligación de hacerlo y se hizo con sus más y sus menos. Esa es la base para sostener esta elección y la tranquilidad de la población. Después podrá decirse ‘hicieron esto, pero la inflación no la resuelven’, pero estamos en la base de la vacunación. Obviamente que ha tenido un rol importante. No para que en noviembre te van a votar por esto, pero es la base.