Va promediando la cosecha argentina y los chacareros nos debatimos entre granos dañados y las condiciones que Monsanto impone para el comercio agrario, entorpeciendo el normal ejercicio de la actividad comercial y poniendo a nuestras Instituciones, Acopios y Cooperativas en riesgo de quebrar y desaparecer, tras 100 años de sacrificio de todos los productores para su consolidación.
En 2014 hemos presentado una denuncia de abuso de posición dominante contra Monsanto en la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia la que ratificamos, ampliamos y en la que brindamos todas las pruebas y testimonios que se nos requirieron, y aún, inexplicablemente, duerme en algún rincón de la burocracia que administra el Secretario de Comercio Miguel Braun. Urge que se despierte y resuelva de modo de garantizar que ninguna empresa pueda estar por encima de la Ley, del Estado y de los derechos de los argentinos.
Urge que el Instituto Nacional de Propiedad Industrial informe el estado de avance de la solicitud de la empresa de patentar genes, organismos vivos o partes de ellos, expresamente prohibido en la Ley Argentina. Los dudosos títulos son invocados por la firma aparentando propiedad y sin la determinación fehaciente de ésta autoridad de aplicación, podría configurar un ardid o engaño para obtener un beneficio que Monsanto no hubiese adquirido de manera leal.
Sabemos que el Ministerio de Agroindustria no ha cesado en sus conversaciones individuales con los diferentes actores de este sainete, pero estamos convencidos que es hora de bajar el telón y poner punto final haciendo valer la autoridad del Estado Argentino.
Urge, también, que Agroindustria convoque conjuntamente a productores, semilleros, comercializadores, industria y exportadores, y nos exponga en simultáneo, los alcances de las decisiones tomadas y resolver de este modo el normal comercio, sin someter a incertidumbres y riesgos innecesarios a la cosecha argentina.