Para los habitantes del sur del conurbano bonaerense nombrar al “Provincial” no es algo desconocido. Se trata del antiguo ferrocarril de trocha angosta que circulaba entre las estaciones La Plata y Avellaneda, también conocido como Meridiano V, y del que todavía podemos ver las ruinas de sus antiguas estaciones, como por ejemplo Monte Chingolo, Pasco o Solano.
Este ramal fue un desprendimiento del trazado original, que partía desde La Plata y llegaba hasta Mira Pampa, extremo oeste de la provincia de Buenos Aires, y comenzó sus operaciones en 1914.
La vida de este pequeño tramo fue breve, ya que en 1927 hizo su viaje inaugural y 1977 fue testigo del último servicio regular, a pesar que ya durante el gobierno de Frondizi se había determinado su cancelación.
No obstante, su infraestructura, léase vías y estaciones, permaneció en buenas condiciones y sin sufrir deterioros, a tal punto que durante la gobernación de Eduardo Duhalde se efectuó un viaje entre las estaciones Avellaneda y Gobernador Monteverde en el año 1992. Fue la última vez que un tren pisó ese ramal.
A partir de ese momento, toda la traza sufrió un desguace brutal, con levantamiento y robo de vías, durmientes y hasta terraplenes, cuando no tapadas o rellenadas las zonas donde circulaba por un nivel inferior al de las calles cercanas, y sus edificios desmantelados e intrusados
Sin embargo, y a pesar de tanta destrucción, todavía no se han perdido los terrenos en su totalidad, y se pueden ver las “cicatrices” en el terreno por donde alguna vez hubo rieles.
En marzo de 2014, y luego de varias promesas nunca cumplidas que hasta incluyeron la construcción de una autopista, desde la gobernación de la provincia se volvió a poner sobre el tapete el proyecto de reactivar este ferrocarril, con una primera etapa que irá desde Solano hasta La Plata, continuando luego desde Solano hasta alcanzar nuevamente Avellaneda.
Pero hay un tema que en ninguno de los casos, anteriores y actuales se ha abordado, y es la posibilidad de que este ramal pueda entrar a la ciudad de Buenos Aires.
Este pecado de nacimiento fue determinante para que no sobreviviera en su momento, ya que la cantidad de pasajeros aumentaría en forma exponencial si pudiese llegar hasta la Capital, y hoy en día esto se potencia teniendo en cuenta la densidad demográfica de las zonas por donde circularía.
La empresa no es imposible, más si tomamos en cuenta que la cabecera en Avellaneda se encuentra a pocos metros del viaducto de Sarandí del ferrocarril Roca, con lo que la ampliación o modificación del mismo no acarrearía los mismos costos que significarían expropiaciones o tendidos nuevos.
La idea no es mala, el proyecto tampoco, la necesidad de un tren en la zona es imperiosa, sólo falta la decisión para ponerlo en práctica.