A nivel nacional e internacional, el trigo es la sorpresa. Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, analiza los factores que lo llevaron a liderar importantes subas.
“El trigo venía con precios muy deprimidos por la gran oferta rusa a precios bajos, pero una combinación de factores a nivel internacional generó una disparada de precios: los ataques rusos a puertos ucranianos; seca en Rusia, Europa y EEUU -que están poniendo las producciones en riesgo-, y recompras de fondos especulativos que están vendidos y todavía tienen poder de fuego”, explica.
“Los fondos especulativos compraron 2 millones de toneladas de futuros y opciones de trigo en Chicago en la semana cerrada el 23 de abril. La posición neta sigue en 14 millones de toneladas vendidas, por lo que todavía queda mucho poder de fuego”, indica el especialista.
En nuestro país, los valores del trigo nuevo fueron a la suba, con insumos que ya habían bajado llegaron a un punto que genera rentabilidad y las ventas se dispararon. Romano detalla que “en las últimas dos semanas las ventas a precios mejoraron, llegando a valores por encima de la media para esta época del año. Sin embargo, estamos recién al 50% de comercialización de la cosecha, cuando deberíamos estar superando el 60%”.
“En las posiciones de trigo nuevo pasamos sin mucha escala de precios deficitarios en la zona de los 180 USD/tt, a precios que generan ganancia en la zona de los 220 USD/tt. No debemos olvidar que los stocks mundiales siguen abultados, y que la situación que estamos describiendo en lo productivo podría revertirse”, considera.
Preocupaciones en soja y maíz
En lo internacional el foco está pasando a EEUU donde se siembra a buen ritmo, pero en fases iniciales. El mercado internacional viene enfocando el inicio de la campaña norteamericana, donde se está iniciando la siembra con un buen ritmo de implantación. El USDA reportó 8% de avance en la siembra de soja norteamericana, un ritmo similar al año pasado y 4 puntos adelantado versus el promedio.
“Se aguardan lluvias que podrían demorar ese proceso. Esto gatilló también salida de fondos. Sin embargo, la devaluación del real frente al dólar, mientras que en Argentina mantenemos el ritmo de devaluación (quedándonos caros contra los competidores), generó fuertes ventas del país vecino”, analiza Romano.
En nuestro país, las lluvias intermitentes se llevan el foco y el profesor de la Universidad Austral reflexiona que “si bien tuvimos algunos días que permitían la recolección, se enfocó más en levantar la soja que es más susceptible a daños por excesos de humedad. No obstante, sobre mediados de semana volvieron las lluvias, y se cortó la llegada de mercadería por algunos días. El pronóstico marca que esa variabilidad siga”.
“La lenta cosecha con barcos que van llegando, fábricas que necesitan materia prima para moler, y atraso en ventas genera un cocktail explosivo que lleva a sobreprecios. De generalizarse el clima seco, esto podría cambiar rápidamente”, agrega.
Por el lado de la comercialización, sólo hay 7% de avance de ventas cuando
deberíamos estar cerca del 16% a esta altura del año. Una explicación que se
ensayó esta semana es que se estaría intentando recomponer stocks de seguridad que los productores suelen tener tras la magra campaña 22/23.
Los datos del Ministerio de Bioeconomía muestran que quedan sin vender sólo 3 millones de toneladas de soja del ciclo anterior, de las cuales sólo 500.000 t estarían en poder de productores. El año pasado estábamos cerca de 9 millones de toneladas con 7 en manos de productores.
¿Qué sucede con las divisas?
El investigador de la Universidad Austral explica que, por un lado, el petróleo volvió a subir esta semana, dando respaldo a los granos por su ligazón via biocombustibles, pero, por el otro, el dólar retomó su revaluación, lo cual es negativo.
“En el caso de Argentina, al mantener el ritmo de devaluación del peso inalterado, en un contexto donde Brasil y China aceleraron, pierde competitividad en las exportaciones de maíz, soja y subproductos”, detalla y agrega: “La semana pasada, vimos varios llamados de distintos sectores a eliminar derechos de exportación. Pero con un gobierno enfocado en sostener el superávit fiscal, en un contexto de caída de la actividad que se llevaría la recaudación a la baja, parece poco probable que esto ocurra”.
Para el especialista, si en el último trimestre del año la situación pasa a mejor y se consolida en el primero del 2025, quizás esto podría analizarse. “Aun así, llegaría tarde para el trigo y para las ventas anticipadas de maíz y soja”, estima.
Los insumos, en tanto, han bajado un escalón, y se espera la implementación de menores aranceles a la importación. “La combinación de precios en suba e insumos a la baja están llevando a la relación insumo/producto a niveles más razonables”, concluye Romano.