En un contexto complicado, debido a las inundaciones que afectaron gran área de las provincias de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y Buenos Aires, revisar las consecuencias que estas dejan sobre sistemas ganaderos estratégicos, como lo es el engorde a corral (Feed Lot), permite comprender el escenario presente, y evaluar las decisiones que permitirán ventajas competitivas ante esta problemática.
Uno de los puntos clave del engorde a corral es la relación precio de compra del ternero y precio de venta del novillo engordado, entendiendo que una relación más cercana a 1 permite obtener mayores ganancias sobre los kilos obtenidos. En el gráfico se muestra cómo ha evolucionado esta relación de precios desde 1990 hasta el 2015, la que se ha incrementado desde niveles de 1,1 a un promedio de 1,36 en el último quinquenio. Se muestra además la estacionalidad de esta relación, siendo de Abril a Junio los mejores meses para salir a comprar terneros de engorde.
A la fecha la relación ternero/novillo se encuentra en 1,15, dado que el precio promedio del ternero esta alrededor de los $32/Kg, y el de novillo $27,7/Kg. La relación es relativamente mejor que la del año pasado, y se explica por las complicaciones logísticas de trasladar la invernada por caminos rurales intransitables, y la falta de alimento por pérdida de praderas, que genera mayor necesidad de descomprimir la hacienda en muchas zonas.
Por el lado de la demanda se comparten los mismos problemas, muchos establecimientos de engorde a corral tienen serias dificultades logísticas (caminos intransitables), sanitarias (corrales embarrados con riesgo de transmitir enfermedades) y nutricionales (falta de alimento, dificultad de hacer llegar alimento al campo, menor ganancia diaria de peso por barro y stress) para alojar hacienda. Esto limita las compras y presiona el precio de los terneros a la baja.
Dado que habrá un ajuste a la baja en la cantidad de cabezas a nivel nacional, que se relevará luego de acceder a los campos inundados, es posible que los precios del novillo suban a corto y mediano plazo. Si bien en lo que va del 2016, el consumo de carne bovina bajó, según el último informe del CICCRA[1] de 59,4 en 2015 a 56,2 kg/habitante/año, también es cierto que el consumo de carne es lo primero que se ajusta cuando mejora el ingreso salarial de la población, esto hace pensar en la resolución de las paritarias, como un límite a las bajas del consumo interno.
Otro punto clave del engorde a corral, es la relación entre el precio del grano de maíz y el del kilo de novillo, así la relación actual es de aproximadamente 100[2] kilos de novillo por cada tonelada de maíz, algo menor al promedio histórico de 120, pero muy por encima de los 60 kilos que se requerían hasta el año pasado, por un precio de maíz más bajo que el actual.
Sabemos que la cosecha de maíz, retrasada en más del 5% respecto a años anteriores, arrojará un volumen nacional de aproximadamente 25 millones de toneladas. Este volumen es el destinado a grano, y cuyo valor ha crecido en los últimos meses, comprometiendo esta relación novillo/maíz. La evolución del precio del maíz local no solo se debe al retraso de la cosecha, y la probable pérdida de calidad en muchos lotes, sino también a la mayor necesidad de grano que hay y habrá en el corto y mediano plazo, por la pérdida de pasturas y praderas naturales. Si a esto se suma que casi el 50% del maíz ya está comprometido con la exportación, pone al maíz local en una situación alcista, y genera en los engordadores a corral la necesidad de estabilizar ese precio, evitando subas adicionales.
Conclusiones: Los establecimientos de engorde a corral que puedan seguir en carrera, deberían concretar las compras de terneros, aprovechando la mejor relación Ternero/Novillo, y poner precio al maíz que necesitarán los próximos meses, evitando absorver subas en el corto y mediano plazo.
Agradecimiento: Al Doctor Martín Correa Luna, Jefe de INTA Venado Tuerto, por transmitir e intercambiar su visión de la ganadería en Argentina.
Ing. Agr. Marianela De Emilio
INTA Las Rosas