En el marco de la conmemoración de los 40 años del desembarco de tropas argentinas en las Islas Malvinas el veterano Roberto Piccardi realizó un viaje para recorrer los lugares por donde estuvo luego de ser herido en combate, y encontrarse con las personas que lo cuidaron. Sin embargo, se topó con una noticia inesperada y amarga. Su historia clínica junto a la de otros soldados que estuvieron durante el conflicto en 1982 en el Hospital Regional de Comodoro Rivadavia fue tirada y destruida en el basurero municipal.
Piccardi llegó al Hospital Regional, previa comunicación con el personal de la Dirección del nosocomio para coordinar un encuentro y obtener su informe clínico con la intención además de volver a caminar por donde estuvo durante su convalecencia.
Luego de muchos llamados y mensajes le confirmaron que podía ir, el veterano de Lomas de Zamora temía que estuviera el acceso limitado por la atención a enfermos de covid-19. Cuando fue a la Dirección volvieron a solicitarle todos los datos para buscar en ese momento la historia clínica de su internación. Luego de un tiempo le confirmaron que no encontraron su documentación, que la seguirían buscando y que se comunicarían con él.
Para su alarma y comprender lo que estuvo pasando, al visitar el Centro de Veteranos de Guerra de Comodoro Rivadavia le contaron que un Director ordenó tirar las historias clínicas durante una remodelación del Hospital Regional de Comodoro Rivadavia.
El presidente del Centro, Juan Pérez, le explicó que algunas fueron recuperadas hace más de 5 años cuando un veterano, que se jubiló en el Hospital Regional, les hizo mención de lo que habían hecho con ellas y con las de otros enfermos que estuvieron en el nosocomio en 1982.

“Ante esta información los excombatientes fueron al basurero municipal, empezaron a cavar en distintos lugares y así encontraron algunas de las historias clínicas de los que lucharon y fueron heridos en las Islas Malvinas”, relató Piccardi. Y agregó: “No más de 50 historias pudieron recuperar de las 200 personas que tenían de capacidad en el nosocomio para atender en ese momento”.
El excombatiente en ese momento tuvo acceso al material que estaba guardado en el Centro de Veteranos y con mucho esfuerzo por el estado en que se encontraba la documentación médica empezaron a separarlas y buscando la suya aparecieron archivos de algunos de otros integrantes del Regimiento del cual él pertenecía de las zonas de Almirante Brown, Lanús y La Plata. “La tercera que sacamos fue la de mi compañero de carpa. Fue muy emocionante”, sostuvo, y aclaró que su informe no estaba entre esos papeles rescatados.
Para Piccardi “es increíble que se hayan perdido por negligencia de alguien. La ley ampara que cada 10 años esa documentación se pueda tirar, pero es inmoral desperdiciar todo ese esfuerzo y años de historia. Casi todo fue a parar a la basura”.
Piccardi reconoció y agradeció “la bondad de la gente del lugar que donó de todo: golosinas, ropa, televisores para que los “soldaditos” estuvieran bien; igual la de las enfermeras y el personal médico que nos sacaban cuando estábamos mejor y nos llevaban a sus casas para seguir cuidándonos y ofrecernos sus afectos”, tan importante para ellos que se encontraban lejos de sus familias luego de lo que habían experimentado en la guerra.
Sin embargo, ante la indiferencia y la falta de dimensión de lo ocurrido por parte de los responsables de la medida remarcó esa diferencia de actitud de acogida por los vecinos y personal de salud, y describió un sentimiento de “impotencia y vergüenza porque no se puede creer que tanto trabajo realizado por Comodoro Rivadavia que fue el Centro de Operaciones sea tratado de esta manera. El Hospital Regional civil se transformó en una especie de Hospital de Campaña, porque recibía los contingentes de heridos directamente de Malvinas, ahí eran tratados y luego derivados a distintos hospitales”.
En Malvinas
A solo siete días para la baja en el Servicio Militar Obligatorio en el Regimiento de infantería Mecanizado 7 “Coronel Conde” (RI7), Piccardi se enteró que se “habían recuperado las Malvinas”. El 15 de abril pisó suelo malvinense y su vida estaba a punto de cambiar para siempre.
Como muchos sufrió del frío, la falta de alimentos, de armamento y abrigo. La noche del 11 de junio el RI7 entró en combate en Monte Longdon y fue herido junto a un compañero producto de las esquirlas de los proyectiles ingleses. Sufrió una importante pérdida de sangre, pero lograron los dos ir al puesto sanitario.
El lugar no era seguro y dependió de ellos bajar de la montaña y a pesar del estado en el que se encontraban llegaron por la tarde al Hospital en Puerto Argentino. “Sin dudas, he visto demasiado en Malvinas… Pero lo peor de la guerra lo recuerdo a partir del momento en que estuve en la antesala de ese Hospital. Nuestros médicos y enfermeras no daban abasto con la cantidad de heridos que llegaban del frente de batalla”.
La oportunidad de cura se dio al salir de las Malvinas, para eso debieron llegar al aeropuerto “sorteando el combate que se daba en las afueras del pueblo”. Con esfuerzo y estrategia el Hércules partió y se desplazó a 7 metros del agua esquivando la flota inglesa logrando llegar a Comodoro Rivadavia donde fue atendido,
Piccardi fue presidente del Centro de Veteranos de Lomas por 25 años, en 2008 inauguró el primer museo de la provincia de Buenos Aires e impulsó la oficina de atención del Veterano de Guerra en PAMI, área que luego se transformó en el Programa Nacional del Veterano de Guerra. Además, fue uno de los autores de la Ley 24.310 sobre “Altas de Pensiones vitalicias por incapacidades sufridas como consecuencia de la Guerra de Malvinas”.
Fotos: Fredi Cabrera
