La agricultura vertical o vertical farming es una técnica que facilita la producción agrícola en el interior de los edificios. Y no es solo apropiada para las regiones donde la tierra es escasa o las condiciones climáticas no son favorables para la agricultura al aire libre; también es más segura al prescindir prácticamente de pesticidas o herbicidas, requiere menos agua y menos espacio, y posee circuitos de entrega más cortos y, por tanto, menos contaminantes. La agricultura vertical, asimismo, hace posible el cultivo de alimentos durante todo el año y se adapta a una gran variedad de cultivos.
Y ya son muchas las empresas que han apostado por esta técnica de producción de gran potencial en todo el mundo, en sus diferentes variantes donde combinan el análisis de datos, la Industria 4.0 y la agricultura de precisión.
“Las huertas verticales son una gran alternativa a la falta de espacio”, sintetiza el técnico del Programa Prohuerta de la Agencia Avellaneda del INTA AMBA, René Castro. Esta tecnología es clave para aprovechar las paredes soleadas y cultivar hortalizas, aromáticas y frutos.
Castro detalla que con la base de esta forma de siembra se puede cultivar diversas verduras de hoja como lechuga, perejil, rúcula y aromáticas (tomillo, menta, ciboulette, orégano, salvia y melisa). También se adaptan especies medicinales y ornamentales y las frutillas.
La técnica vertical, explica el técnico, necesita que se utilice un buen sustrato a utilizar, mezcla de tierra en la que se sembrará o plantará. Debe contener nutrientes realizados con mezcla de tierra, compost y arena para que sea liviano.
Esta alternativa facilita la producción propia de alimentos en espacios urbanos donde no hay una disponibilidad de suelo tanto por deterioro físico o por escasa extensión. Y este tipo de limitaciones suele ser habitual en las grandes ciudades.
Las ventajas de la agricultura vertical son múltiples:
- Reduce el espacio de producción
- Ahorra agua, hasta en un 95%
- Produce todo el año, independientemente del clima
- Logra una mayor producción en menos tiempo
- Reduce el gasto en transporte
- Reduce las emisiones de CO2
- Acerca la agricultura a las ciudades
Aeroponía
Esta técnica, mejorada por la NASA en la década de 1990 con la intención de producir cultivos eficientes en el espacio, implica el cultivo de plantas en un ambiente sin presencia de tierra o aire y con muy poca necesidad de agua. Las semillas se colocan en trozos de espuma y son expuestas a la luz en un extremo y a los nutrientes en el otro.
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La estadounidense AeroFarms –fundada en 2004– es una de las empresas que opera huertos interiores verticales con cultivo aeropónico de verduras de hoja verde, sin sol ni tierra, en un entorno totalmente controlado. En 2018 recibió el Premio Global SDG por sus prácticas ambientalmente responsables y su liderazgo en la agricultura.
Hidroponía
La agricultura hidropónica prescinde totalmente de la tierra para cultivar los alimentos; las raíces de las plantas se sumergen en disoluciones minerales ricas en nutrientes en vez de emplear suelo agrícola.
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La compañía BitGrange –fundada en 2015–, entre otras, utiliza un sistema hidropónico basado en el internet de las cosas que produce plantas comestibles con poca agua y energía gracias a un software que evalúa las variables ambientales en tiempo real. En Singapur existe también Sustenir Agriculture, que promueve alimentos seguros, locales y con la menor huella de carbono posible.
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El World Food Building primer invernadero vertical en un edificio de la compañía Plantagon.
Acuaponía
El cultivo de plantas en agua también puede producirse en un entorno simbiótico, con peces. En la acuaponía, los peces crecen en estanques interiores y producen desechos ricos en nutrientes que actúan como fuente de alimento para las plantas. A cambio, las plantas filtran y purifican las aguas residuales, que se reciclan directamente a los estanques de peces. En España, empresas como Green In Blue se encargan de ofrecer desarrollo e implementación este tipo de soluciones acuapónicas.
Huertos modulares
InFarm, con sede en Berlín, o ModularFarms, en Australia, permiten la producción de plantas frescas en cualquier parte del mundo gracias a sus soluciones modulares de cultivo vertical interior. Las plantaciones se integran en contenedores de acero autosuficientes que utilizan un 95% menos de agua que las tradicionales y pueden reducir el transporte de alimento hasta en un 90%.
Fuente: INTA/ el confidencial/ panorama empresarial