Argentores, la entidad que nuclea a los autores literarios y dramaturgos celebró la reapertura del Teatro Alvear, junto con toda la comunidad teatral porteña, luego de nueve años de un receso inexplicable y lamentable. Sin embargo y antes de su reinauguración, se encendieron las alarmas que de alguna manera opacaron el festejo y que se reflejó en un comunicado de la entidad que fue enviado a la Directora General y Artística del Complejo Teatral de Buenos Aires, Gabriela Ricardes.
El comunicado que lleva la firma de Miguel Ángel Diani, presidente de la entidad de actores, comienza haciendo un recuento de los diferentes reinicios de los teatros que ahora componen el Complejo Teatral y expresando: “El primer reparo consiste en que, abandonando tradiciones y costumbres, para el acto de reinicio las autoridades no han previsto la programación de un espectáculo con autoría nacional. Ese tan buen recaudo se tomó en casos similares: en 1933, cuando se reabrió el Cervantes luego de haberlo comprado el Estado, y también en 1960, cuando se inauguró el nuevo edificio del Teatro General San Martín, en la avenida Corrientes 1530. Vale sumar que, en 1942, el fundador y primer propietario del Alvear, el empresario Pascual Carcavallo, festejó el comienzo con una puesta de Eclipse de sol, pieza de nuestro Enrique García Velloso. En cambio, la noche del 18 de julio asistimos a la representación de una obra francesa, dirigida por su autor francés, centrada en una peripecia de la vida teatral francesa, con participación ficcional de uno de los grandes autores clásicos franceses”.
También, el texto deja en claro que “… No ponemos en duda la calidad y el prestigio del colega francés, sin duda con altas acreditaciones para ocupar el escenario, pero, creemos, no en una fecha tan significativa. No es lugar ni momento para extendernos en los altos alcances a que ha llegado nuestra dramaturgia vernácula, sólo señalamos que, dentro de este patrimonio, hoy tan rico, se hubiera encontrado sin dificultades un buen texto acorde con esta oportunidad celebratoria”.
Por otra parte, y como segunda cuestión –continúa el comunicado-, ponemos en tela de juicio el cambio de nombre del teatro, ahora solo llamado Alvear. La desaparición de la palabra presidente, de la cual no prescindió el fundador Carcavallo, pone en duda a quién se le destina el homenaje, habida cuenta que, tal como lo manifestó el historiador Mario Gallina, cinco preclaros hombres de nuestra historia llevan ese apellido. El mantenimiento del nombre original – dejando de lado algunas vicisitudes de cambio que tuvieron lugar hace más de medio siglo -, fue y debería seguir siendo un explícito homenaje al presidente Marcelo Torcuato de Alvear, benefactor de la actividad teatral durante su mandato, con la ya citada compra del Cervantes y la construcción de la Casa del Teatro. Quitarle ese mérito, seguramente mediante una ley CABA firmada por los legisladores desconocedores de este legado, nos parece un acto de visible (e innecesaria) injusticia”, concluyó.
La emblemática sala de teatro fue reinaugurada el domingo 16 de julio y vecinos y turistas pudieron recorrerla y disfrutar de la celebración que se realizó con la participación de elencos de las producciones teatrales de la temporada.
Como antesala del comienzo de las vacaciones de invierno en la Ciudad de Buenos Aires, el Gobierno de la Ciudad, a través del Ministerio de Cultura, realizó una gran fiesta en la calle Corrientes por la reapertura del Teatro Alvear.
Desde las primeras horas de la tarde de aquel domingo, en calle Corrientes, entre Rodríguez Peña y Montevideo, vecinos y turistas pudieron disfrutar de actividades para toda la familia. Y presenciar el corte de cinta que dejó reinaugurado oficialmente el Teatro Alvear pudiendo recorrer la sala donde a partir del jueves 20 se estrenó Edmond, una obra que cuenta la historia de cómo se escribió Cyrano de Bergerac.