El Reino Unido corre el riesgo de llegar a unos 100.000 casos de covid-19 en el próximo invierno, pero, por el momento, el gobierno del primer ministro, Boris Johnson, no tiene la intención de tomar medidas para contener el virus.
“La presión sobre el servicio de salud está ahí, pero por ahora se está aguantando”, dijo el ministro de Salud, Sajid Javid. Sus declaraciones, no obstante, coincidieron cuando el mismo sistema de salud dio la alarma y pidió activar inmediatamente el “plan B”.
Con el invierno que se avecina y las primeras personas vacunadas perdiendo su cobertura inmunológica por el paso del tiempo, el Reino Unido ya está lidiando con el nuevo aumento de casos: casi 50.000 sólo en las últimas 24 horas, con 8.000 nuevas hospitalizaciones y 179 muertes. Eso mientras el sistema sanitario lucha con dificultades estructurales y con pacientes con otras patologías que quedan esperando precisamente debido a la pandemia.
Por eso le pidió a Johnson que tome medidas preventivas antes de que sea demasiado tarde, pero el premier conservador considera que limitar las libertades de sus compatriotas “aún no es necesario”.
Mientras, en Europa, la mirada está puesta en el Reino Unido, precisamente porque fue el primero en iniciar una campaña de vacunación masiva, pero donde ahora parece que se está adelantando una nueva variante (la AY4.2, la denominada Delta +), mientras que la lentitud de la inmunización de los muy jóvenes y la distribución de terceras dosis, como parte del plan A generan polémicas internas.
“Por el momento no veo la necesidad de cambiar nuestra estrategia”, dijo el subsecretario de Comercio Kwasi Kwarteng, rechazando la hipótesis de posibles bloqueos, luego de que el Reino abandonara cualquier forma de precaución contra el contagio en julio pasado Mientras tanto, la subvariante Delta ya aterrizó en Israel, con un niño de 11 años que regresó de Moldavia e inmediatamente fue puesto en confinamiento solitario en el aeropuerto de Tel Aviv.
Preocupado, el primer ministro Naftali Bennett convocó una reunión extraordinaria con el ministro de Salud y otros funcionarios gubernamentales en la lucha contra el covid.
Rusia también está teniendo que lidiar con un resurgimiento del virus, pues en ese país, con menos de un tercio de la población vacunada, el número de casos y muertes supera un nuevo récord cada día: hoy hubo 1.028 nuevas víctimas y más de 34.000 contagios registrados.
Ante esas cifras, el presidente Vladimir Putin decidió declarar “no laborables” la semana de entre el 30 de octubre y el 7 de noviembre, en un intento por frenar la propagación de Covid, al menos entre los trabajadores. Además llamó a la responsabilidad de la población para vacunarse.
A medida que el mundo se acerca al umbral de los 5 millones de muertes, Estados Unidos, que por sí solo tiene más de 700.000 víctimas, continúa su batalla contra el virus y contra la vacilación para vacunarse. De hecho, la Casa Blanca planea vacunar a los niños de 5 a 11 años y está esperando la aprobación de la FDA.
El plan de la administración de Biden es inmunizar a 28 millones de niños involucrando a 25.000 pediatras.
Mientras tanto, en Nueva York, el alcalde Bill de Blasio decidió imponer la obligación de vacunar a todos los empleados municipales, que ya no pueden exhibir un hisopado negativo para acceder a puestos de trabajo.
De los más de 160.000 trabajadores del Municipio, el 71% ya está vacunado con una o dos dosis, y para el 29% restante que no lo haga antes del 29 de octubre corre el riesgo de perder su empleo. (ANSA).