El superintendente de Roma, Nicholas D’Angelo, dio “luz verde” anoche para el despliegue de efectivos militares en 94 sitios catalogados como “sensibles” por la prefectura de la capital.
Entre ellos se encuentran desde el apartamento papal de Via della Stazione Vaticana hasta 39 embajadas, además de puntos de referencia como el Coliseo y Plaza España, sinagogas e instituciones judías y estaciones de metro.
La prensa italiana amaneció hoy con la noticia de que el grupo extremista islámico tiene entre sus próximos objetivos a la Plaza San Pedro, la Scala de Milán y el Duomo de Florencia.
“Estamos en una amenaza, pero esto no nos debe llevar a una actitud de miedo”, aseguró el prefecto de Roma Franco Gabrielli durante la presentación de un centro de seguridad en la capital.
“Estamos llevando a cabo un plan para derribar aviones no tripulados y neutralizar la amenaza de ataques terroristas con aviones no tripulados. Tras lo sucedido en París, aumentó la lista de objetivos posibles” de la organización terrorista, reconoció el prefecto encargado del gobierno de la ciudad tras al dimisión en octubre pasado del ex síndico Ignazio Marino.
Además de las medidas del gobierno capitalino, el ministro del Interior italiano Angelino Alfano reconoció que habrá “mayores requisitos de seguridad generados por el Jubileo”, en referencia al Año Santo convocado por el papa Francisco entre el próximo 8 de diciembre y el 20 de noviembre de 2016.
Así, según Alfano, se dispondrá la movilización dentro de Roma de unos 700 militares que se sumarán a los 1300 soldados desplegados en la capital para la operación “Strade Secure” (calles seguras) y a las 24.000 unidades que ya custodian la ciudad entre policías (11.684), Carabinieri (7438) y GDF (4397).
El papa Francisco, de todos modos, continuará con sus habituales audiencias de los miércoles y el Angelus de domingo “con total normalidad” y “no suspenderá” su viaje a África previsto para la semana próxima, según anunció a Télam esta semana el ceremoniero pontificio Guillermo Karcher.
Homilía del Santo Padre
Este “Todo el mundo” hoy “está en in guerra”, por la cual “no hay justificación”. Y el rechazo del “camino de la paz” hace que Dios mismo, que Jesús mismo, lloren. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.
“Jesús ha llorado”. Con estas palabras el Pontífice comenzó su homilía, en la que resonó el eco del Evangelio de Lucas leído poco antes, un pasaje tan breve cuanto conmovedor.
El mundo disfrazado de fiesta
Jesús se acerca a Jerusalén y – probablemente desde un punto más alto que le permite verla – la observa y llora, dirigiendo estas palabras a la ciudad: “¡Si hubieras comprendido también tú, en este día, lo que conduce a la paz! Pero ahora ha sido escondido a tus ojos”. Francisco las repitió una a una y añadió:
Pero también hoy Jesús llora. Porque nosotros hemos preferido el camino de las guerras, el camino del odio, el camino de las enemistades. La Navidad está cerca: habrá luces, habrá fiestas, árboles iluminados, también pesebres… todo falsificado: el mundo sigue haciendo la guerra, sigue haciendo las guerras. El mundo no ha comprendido el camino de la paz.
Guerra para los bolsillos de los traficantes
El Santo Padre recordó las recientes conmemoraciones de la Segunda Guerra Mundial, las bombas de Hiroshima y Nagasaki, su visita a Redipuglia, el año pasado con motivo del aniversario de la Gran Guerra. “Matanzas inútiles”, repitió con las palabras del Papa Benedicto. “Hoy hay guerra por doquier, hay odio”, constató. Y se preguntó: “¿Qué queda de una guerra, de ésta, que estamos viviendo ahora?”:
¿Qué queda? Ruinas, miles de niños sin educación, tantos muertos inocentes: ¡tantos!, y tanto dinero en los bolsillos de los traficantes de armas.
Fuente : Telám y Agencia Vaticana.