Una tercera dosis de la vacuna covid-19, producida por AstraZeneca con la Universidad de Oxford, “produce una fuerte respuesta inmune”, según dijeron investigadores el lunes (28), y agregaron que “todavía no hay evidencia de que esta dosis de refuerzo sea necesaria”, especialmente debido a la falta de vacunas en algunos países.
El estudio de la Universidad de Oxford mostró que una tercera dosis de la vacuna aumenta las respuestas inmunitarias de anticuerpos y células T. Al mismo tiempo, la aplicación de la segunda dosis puede retrasarse hasta 45 semanas después de la aplicación de la primera.
El Gobierno del Reino Unido sostuvieron que analiza los planes para una campaña de vacunación de refuerzo en el otoño en el hemisferio norte, con tres quintas partes de los adultos que ya se han aplicado dos dosis de la vacuna covid-19.
Por su parte, el director del Oxford Vaccine Group, Andrew Pollard, consideró que la evidencia de que la vacuna protege contra las cepas existentes durante un período prolongado significa que es posible que no se necesite una dosis de refuerzo. “Tenemos que estar en una posición en la que podamos dar el refuerzo si resulta necesario. Sin embargo, no tenemos ningún requisito de que lo sea”, dijo Pollard a los periodistas.
“En este momento, con una alta tasa de protección en la población del Reino Unido y sin evidencia de que se haya pasado por alto, administrar una tercera dosis en el Reino Unido, mientras que otros países tienen una dosis cero, no es aceptable”.
Estudios anteriores han demostrado que la vacuna, creada por la Universidad de Oxford y autorizada por AstraZeneca, es más eficaz cuando el intervalo entre dosis se extiende a 12 semanas en lugar de cuatro.
La investigación anunciada hoy se publicó sin revisión por pares y analizó a 30 participantes que recibieron una segunda dosis tardía y 90 que recibieron una tercera dosis. Todos los participantes tenían menos de 55 años.
El estudio ayuda a disipar las preocupaciones de que las vacunas covid-19 basadas en vectores virales, como las de AstraZeneca y Johnson & Johnson, podrían perder su potencia si se necesitan aplicaciones anuales, dado el riesgo de que el cuerpo produzca una respuesta inmune contra ellas. vectores que portan la información genética de la vacuna.
“Ha habido algunas preocupaciones de que no podríamos usar esta vacuna en un régimen de dosis de refuerzo, y eso ciertamente no es lo que sugieren los datos”, dijo a Reuters la autora del estudio del Oxford Jenner Institute, Tereza Lambe.
Agencia ABC Brasil