Carla Crespo, la actriz y DJ ofrecerá funciones en agosto (7, 14 y 28) y en septiembre (4, 11, 18) de su interpretación Beya Durmiente (DJ Beya), en el Espacio UNTREF – Xirgú, en Chacabuco 875, San Telmo, CABA, los domingos desde las 19 horas.
En una función para la prensa realizada el pasado domingo, la actriz Carla Crespo desplegó todo su histrionismo, talento y destreza en esta obra que la tiene como protagonista exclusiva.
Su propuesta musical como DJ, de tremenda destreza en el manejo de la consola, logra cortar la monotonía con otros sonidos, sin perder la esencia y el camino trazado. A esto le suma su actuación firme y convincente que logra transmitir los padecimiento y estrategias de una mujer en situación de trata de personas.
El personaje que asume Carla Crespo transita por la desolación del alma y cuerpo de una joven mujer secuestrada que se ve a sí misma como un territorio a conquistar, avasallar y destruir; un objeto que se lo fuerza a trabajar y rendir frutos al máximo posible.
No existe la mujer / persona, ni los sentimientos, ni los sueños ahora postergados; sólo un objeto destinado a la satisfacción sexual y sólo sexual. Un sexo brutal, vulgar y mediocre que dura un momento, como la muerte: un instante.
Beya padece, asimila el dolor, odia con ese odio que la habita y que está dirigido a otros seres que se adueñaron de su cuerpo, de sus ganas y destruyó todo aquello que pueda parecerse a un sueño, un anhelo, una vida.
En palabras de Crespo actriz, la acción se sitúa en un prostíbulo de Lanús y aparecen en su voz las figuras que son el rostro visible de su esclavitud, junto con aquellos que ofician de cómplices, algunos en las sombras.
Beya camina por el sendero del dolor asumido y ya no sentido por el acostumbramiento, mientras su odio busca desesperadamente una posibilidad, aunque sea mínima, de escapar de ese lugar de esos seres que la matan de a poco.
Un amor sucio pero conveniente, las oraciones al santo y una ráfaga de balas y una demás, provocan la huida. La libertad ansiada y construida desde hace tiempo por imágenes esperanzadoras y que, acaso, le permitieron vivir y soportar.
La libertad, la encuentra con los pocos rastros de una juventud hecha jirones que dejó en el prostíbulo en el sudor de los clientes que pasaron por ella, por su cuerpo, por su alma. Un viaje poético, musical y electrónico, que nos permitirá escuchar la voz de una mujer asolada por el delito de trata de personas.
Un lenguaje descarnado y soez, pero oportuno Carla Crespo ofrece una actuación brillante y cargada de valentía para quien se anima a exponer este drama social al que pocos han aportado una solución.
El nacimiento
Beya Durmiente es un espectáculo unipersonal y musical que se basó en la novela Le Vista la Cara a Dios de Gabriela Cabezón Cámara, con la dirección de Victoria Roland.
Para su primera edición, Gabriela Cabezón Cámara escribe esta nouvelle a partir del encargo de una editorial independiente, con la consigna de re-versionar cuentos clásicos infantiles. Le proponen trabajar sobre “La bella durmiente” y a partir de la imagen de una mujer que se encuentra durante todo el relato en una cama, sin tener voluntad ni soberanía sobre sí misma, es que Gabriela imagina una mujer en situación de trata.
“La bella durmiente” de Gabriela es casi como una zombie en vida, que se ve a sí misma desdoblada o dislocada en esta situación de tortura y secuestro.
Durante todo el relato, Beya es violada, drogada y golpeada en un burdel del conurbano. El texto está escrito en una segunda persona que sobrevuela todo lo que ve, y que parece hablarse a sí misma desde otro plano. La segunda persona del texto marca la distancia entre una visión poética y un cuerpo, entre un alma que quiere huir y un cuerpo que sólo puede servir como objeto de uso y descarte.
Es desde esta voz omnipresente, que seremos testigos de las visiones místicas-religiosas de Beya, y también de la construcción de su odio y de la concreción de su venganza. “Le viste la cara a dios” es un acto de supervivencia poética o una dislocación delirante, para darle voz a un cuerpo femenino vuelto materia de desecho; y para trascender de este modo la elocuencia de la crueldad machista.
Detrás de escena
En la obra participaron: Coach musical y colaboración artística: Bárbara Togander. Estudio de grabación: Estudio Lezica. Dirección de arte y diseño de escenografía: Julieta Potenze. Realización de escenografía: Ariel Vaccaro. Diseño de iluminación: José A. Binetti. Diseño de vestuario: Gerónimo Lagos Agüero. Realización de vestuario: Leonardo Colonna y Jessica Vanina Bellomo. Diseño gráfico e ilustraciones: Sofía Costantino y Agustina Bobadilla. Registro audiovisual y trailers: Francisco Castro Pizzo y Nadia Lozano. Fotografías artítisticas: Nora Lezano. Fotografías de escena: Gerónimo Lagos Agüero. Producción: Sofía Costantino y Victoria Roland. Producción en gira: Leo Daiuto. Asistencia técnica y de producción: Camila Tabet. Asistente de dirección: Sofía Costantino.