Realizar una tarta de acelga o un buena sopa de verduras puede tener un sabor especial si se hicieron a partir de cultivos cosechados de nuestra huerta. Con un sabor distinto y una satisfacción especial, por ser de elaboración propia, pueden estos platos igualarse a los realizados en los mejores restaurantes del país.
La producción propia de alimentos ha cobrado relevancia pública en el mundo y constituye un compromiso con nuestro bienestar y la apuesta por un futuro más equitativo.
Hay un mito que en invierno poco se puede hacer en nuestras huertas. Sin embargo, lo que cosechemos en primavera dependerá, en gran medida, de lo que hayamos trabajado en el invierno.
El especialista del INTA AMBA, Francisco Pescio, quien además se desempeña como técnico del programa Prohuerta consideró que “todo lo que cosechemos en primavera dependerá, en gran medida, de lo que hayamos trabajado en el invierno”.
“La lechuga, el rabanito o la acelga, por ejemplo, son algunas de las especies que no requieren protección especial contra el frío, ya que toleran temperaturas menores a los 5°C bajo cero”, explicó el técnico.
Los meses de julio y agosto son un momento oportuno para preparar los almácigos de tomates, morrones y berenjenas que, una vez que culminado el frío, podrán trasplantarse a su lugar definitivo entre septiembre y octubre.
¿Hoy es una tarde fresca, pero soleada, qué estás esperando para comenzar?
Algunos consejos a tener en cuenta
Herramientas
El equipo básico para el agricultor urbano está formado por: una pala y un rastrillo de mano, un pequeño escardillo, una regadera y una tijera de podar. Asimismo, es útil contar con un pulverizador que facilite la aplicación de los preparados caseros para controlar las plagas y enfermedades.
¿Qué plantar?
– Berenjenas
Son sensibles al frío, por ello es mejor utilizar un semillero protegido entre febrero y marzo con una temperatura entre 27 y 32ºC. Se suele dejar un margen de 40 a 50 centímetros entre cada una. No es aconsejable juntarlas con otras plantas.
-Acelga: Esta especie quenopodiacea soporta temperaturas bajas, hasta 5º C, como así también altas, hasta 30º C. Sin embargo, el otoño es una de las mejores épocas para plantarla y demanda hasta dos meses para crecer en su totalidad.
-Ajo: Se siembra a partir de los dientes de ajo que se compran en la verdulería. No necesita mucho espacio para desarrollarse.
– Brócoli: Madura en los meses más fríos y es cuando alcanza su sabor más dulce. Necesita al menos cuatro horas de sol por día.
-Cebolla: Se desarrolla con temperaturas de entre 15 y 20 grados y no necesita ser regada muy seguido.
-Coliflor: Al igual que el brócoli y el repollo, esta crucífera se siembra durante estación fría. Crece rápidamente pero necesita de varios cuidados.