El Dulce de Membrillo “rubio” de San Juan es un producto típico reconocido en toda Argentina por su calidad particular, derivada del origen de los membrillos y una profunda tradición en su elaboración, que data de más de un siglo.
Los membrillos cultivados (unas 400 ha) bajo el sol sanjuanino (más de 300 días en el año, gran heliofanía, riego con agua de deshielo de la Cordillera de los Andes) en un dulce muy diferente al dulce industrial al o genérico, que es el que se consume en todo el país producido por grandes empresas agroalimentarias: este es “oscuro”: marrón, rojo bermellón, cuya textura, consistencia, aroma y sabor es bien diferente. Ese producto, aún cuando pueda tener como base materia prima frutos cultivados en San Juan, tiene un proceso de elaboración a gran escala que pone en los mercados un producto que ha generado una imagen de “dulce de membrillo” en los consumidores, los que se sorprenden al degustar el dulce rubio sanjuanino.
[su_custom_gallery source=”media: 4499″ width=”630″ height=”410″ title=”always”]estamos en un mercado comprador, con la oferta en niveles récord[/su_custom_gallery]
La Secretaría de Agregado de Valor del Ministerio de Agroindustria otorgó al membrillo rubio de San Juan la Denominación de Origen, sello que sirve para distinguir un producto originario de una región cuyas cualidades o características se deban exclusiva o esencialmente al medio geográfico y se convirtió así en el octavo producto en obtenerlo a nivel nacional.
“Hemos decidido por unanimidad otorgarle al membrillo dicho sello porque para nosotros es muy importante reconocer a las economías regionales”, dijo Mercedes Nimo, subsecretaria de Alimentos y Bebidas del Ministerio de Agroindustria de la Nación.
“Reconocer estos productos que muchas veces en las grandes ciudades no se conocen, a través de estas herramientas de agregado de valor, es una manera de llegar al resto del país y también del mundo”, indicó la subsecretaria.
Tras la determinación de un protocolo consensuado entre el Estado, el sector productor y la industria de los parámetros productivos, normas de inocuidad, cualidades físico-químicas y organolépticas, la Secretaría de Agregado de Valor impulsó la solicitud de registro para la obtención del sello que garantiza el origen del producto, cuyas plantaciones ascienden a 500 hectáreas en la provincia cuyana.
Del encuentro que promocionó el producto, participaron el subsecretario de Agricultura, Luis Urriza, y autoridades provinciales y municipales además de representantes del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
Denominación de origen
En la Argentina, la Ley Nacional Nº 25.380 (y su modificatoria, la Ley 25.966) define a la Indicación Geográfica (IG) como “la designación que identifica un producto como originario del territorio de un país, de una región o localidad, cuando determinada calidad u otras características del producto son atribuibles fundamentalmente a su origen geográfico”.
En cuanto a la Denominación de Origen (DO), establece que es el sello que sirve para “distinguir un producto originario de una región, provincia, departamento, distrito, localidad o área del territorio nacional, cuyas cualidades o características se deban exclusiva o esencialmente al medio geográfico, comprendidos los factores naturales y humanos”.
Durante la jornada desarrollada en las instalaciones del Ministerio de Agroindustria también se realizó un debate sobre el funcionamiento del sistema de Indicaciones Geográficas y Denominaciones de Origen en Argentina.