El presidente de Francia, Emmanuel Macron, sentó las bases de la cumbre climática de París. Frente a una audiencia de jefes de Estado y dirigentes de organizaciones internacionales, el líder del Elíseo señaló lo que considera errores de las actuales formas de financiación para combatir el cambio climático.
El objetivo del evento, que se extiende por dos días, es establecer los pilares de un nuevo pacto financiero que permita que los países más vulnerables puedan cumplir sus compromisos ambientales, mientras abordan la pobreza y protegen la naturaleza al interior de sus territorios.
El año pasado, la Primera Ministra de Barbados, Mia Mottley, anunció una agenda política para reformar la estructura de las finanzas globales y las finanzas del desarrollo antes de la COP27, denominada Iniciativa Bridgetown. Según la Organización de Mujeres para el Medio Ambiente y el Desarrollo (WEDO), la iniciativa considera tres crisis globales entrelazadas: el clima, la deuda y la inflación. Propone una reforma institucional sistemática y nuevos instrumentos para financiar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y la resiliencia climática.
Gran parte de la agenda de la cumbre fue sugerida por una coalición de países en desarrollo representada por la Iniciativa Bridgetown. El plan, acordado hace dos años, pide a los gobiernos de los países ricos que presten derechos especiales de giro que no hayan utilizado al FMI, que luego se los prestará a las naciones pobres.
Entre los asistentes se encuentran el primer ministro de China Li Qiang, el presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, el jefe del Banco Mundial Ajay Banga y la presidenta del Fondo Monetario Internacional (FMI) Kristalina Georgieva.
“Esta Cumbre de París es de todos ustedes. La de todos aquellos que están en primera línea frente a las consecuencias del cambio climático y la pobreza. Para superar estos inmensos desafíos, debemos estar colectivamente a la altura de las circunstancias”, sostuvo Macron en su discurso de apertura.
Y aunque la cumbre en realidad no tiene mandato para tomar decisiones formales, su misión es dar el impulso político para que los más de 50 jefes de Estado, funcionarios de finanzas mundiales y activistas lleguen a puntos en común en temas que serán discutidos en próximas conferencias climáticas de alto nivel.
Los países están pidiendo a los bancos multilaterales de desarrollo que ayuden a desbloquear las inversiones climáticas y aumenten significativamente los préstamos, al tiempo que enfatizan que los nuevos acuerdos de deuda deberían incluir, como lo ha hecho Barbados, cláusulas de desastre que permitan a una nación pausar los pagos durante dos años después de experimentar un evento climático extremo.
Los participantes de la cumbre también están presionando sobre la idea de establecer impuestos sobre las ganancias de los combustibles fósiles, así como de las emisiones de gases de efecto invernadero, producidas por el transporte marítimo. Esta última idea, con el objetivo de que pueda volverse realidad en la reunión de la Organización Marítima Internacional que se llevará a cabo el próximo julio.
“El sistema financiero internacional está en crisis. Un ciudadano europeo recibió en promedio casi 13 veces más que un ciudadano africano y aunque todo esto se hizo de acuerdo a las reglas, seamos realistas: estas reglas se han vuelto profundamente inmorales, a favor de los más ricos”, remarcó Guterres.
El año pasado, un grupo de expertos de la ONU indicó que las economías en desarrollo y emergentes, excluyendo a China, necesitarían gastar alrededor de 2,4 billones de dólares al año en políticas contra el cambio climático y desarrollo para cumplir los objetivos ambientales de 2030. Una meta que para muchos es “imposible de lograr”, debido a que ni siquiera las promesas de los eventos previos se han logrado materializar.
Una de esas promesas fue la que se pactó por primera vez en 2015, cuando las naciones más ricas prometieron 100 millones de dólares en ayudas anuales para que los países en desarrollo alcanzaran las exigencias climáticas.
Y aunque la promesa se reiteró en la Cumbre Climática de París, pero hasta ahora nunca se ha cumplido, el presidente francés resaltó que sus expertos financieros apuntan a que “es muy probable que se pueda cumplir este año”.
Con AP, France24 y Reuters.