Los terneros enfrentan, a pocos días de su nacimiento, grandes desafíos de adaptación y sustanciales cargas de estrés que requieren un meticuloso esmero, atención y vigilancia y, sobre todo, grandes dosis de amabilidad y cariño en el trato. Se los aleja de su madre, se exponen a diferentes y adversas condiciones climáticas y deben – muy rápidamente – adaptarse a nuevas formas de alimentación.
El médico veterinario Leandro Tanzi, consultor técnico de Rumiantes especializado en Animales Jóvenes de Provimi Cargill Argentina destaca la fundamental importancia de abordar la etapa de crianza con sensibilidad y cuidado, poniendo siempre el foco en el bienestar animal.
Recomendaciones
En el manejo de la crianza de terneros, la serenidad y la observación meticulosa son pilares fundamentales ante cualquier situación problemática. La experiencia nos enseña que la desesperación solo conduce a errores, por lo que el enfoque inicial consiste en tranquilizar a todos los involucrados y centrarse en identificar el problema de manera serena y racional.
En tal sentido, el productor debe considerar a la capacitación del personal como un papel crucial en la prevención y resolución de posibles problemas. A lo largo de los años, se ha llegado a la conclusión de que la gran mayoría de los problemas en la crianza de terneros están relacionados con el manejo, más que con problemas infecciosos directos. Esto no significa que el operario sea el responsable directo del problema, sino que aspectos como el manejo del ambiente, los cambios en la rutina diaria o la adaptación a nuevas tecnologías y rutinas pueden afectar el bienestar de los terneros.
De hecho, de surgir un problema, el enfoque es instar al equipo a revisar minuciosamente todos los aspectos de la crianza. En lugar de actuar de inmediato, se les anima a observar y prestar atención a los terneros, identificando cualquier cambio en su comportamiento o estado de salud.
En tal sentido, cuando buscamos mejorar los resultados en la crianza, es vital adoptar un enfoque gradual y reflexivo. Forzar cambios repentinos en la alimentación o el manejo puede provocar malestar y afectar negativamente la salud de los terneros. Recordemos que los terneros son animales que requieren cuidado y atención individualizada, por lo que se recomienda evitar presiones excesivas en el consumo de leche y permitir que se adapten gradualmente a los cambios en su entorno.
Es esencial reconocer y valorar el papel del personal en la crianza de terneros. El esfuerzo y la dedicación del “guachero” son fundamentales para el éxito del proceso. Sin embargo, en muchos casos, este esfuerzo no recibe la atención y la retribución adecuadas. Es crucial promover un ambiente de trabajo donde se reconozca la importancia del personal y se fomente la capacitación continua.
Por eso hablamos de una humanización del trabajo en la crianza de terneros, lo cual implica reconocer la responsabilidad y el impacto significativo que tienen los cuidadores en el bienestar y la productividad de los animales. Utilizar herramientas tecnológicas, como la fotografía para el diagnóstico remoto de problemas de salud, puede ser una estrategia efectiva para mejorar la eficiencia y reducir la incidencia de enfermedades en la crianza de terneros.
Este enfoque integral, que combina la sensibilidad hacia los animales, la capacitación del personal y el uso de tecnología adecuada, puede contribuir significativamente a mejorar los resultados en la crianza de terneros y promover prácticas más sostenibles y humanas en la industria lechera.