El presidente francés Emmanuel Macron, el principal líder occidental que visita Moscú desde que Rusia comenzó a concentrar tropas en la frontera con Ucrania, abogó este 7 de febrero por acciones que eviten la escalada del conflicto que amenaza con consecuencias globales. Putin, por su parte, destacó los esfuerzos diplomáticos de París, pero insiste en que sus exigencias sobre seguridad no han sido escuchadas por Occidente.
Cara a cara entre Emmanuel Macron y Vladimir Putin. En la reunión de más alto nivel desde que inició la crisis entre Kiev y Moscú, el mandatario francés pidió este 7 de febrero a su par ruso una réplica que evite una guerra.
“Una respuesta útil es una respuesta que, por supuesto, nos permita evitar la guerra y construir ladrillos de confianza, estabilidad y visibilidad”, subrayó el mandatario galo.
El dirigente del Kremlin, por su parte, destacó que Rusia y Francia comparten “una preocupación común” sobre lo que está pasando en el ámbito de la seguridad en Europa.
“Veo los esfuerzos que está aplicando el liderazgo actual de Francia y el presidente personalmente para resolver la crisis relacionada con brindar seguridad igualitaria en Europa desde una perspectiva histórica seria”, destacó el mandatario ruso.
París apuesta por una solución diplomática en momentos en que el Kremlin moviliza más tropas a las fronteras de su vecino país y la OTAN fortalece su despliegue en Europa del Este. Las tensiones han despertado temores en Occidente sobre un retorno a la Guerra Fría.
Macron se ha posicionado como un mediador para evitar un conflicto que acarrearía graves consecuencias globales, especialmente en la Unión Europea que depende en gran medida del suministro de gas ruso.
Sin embargo, el presidente francés también ha reconocido los desafíos de las negociaciones, por lo que expresó un cauto optimismo, previo a su llegada a la capital rusa. “Soy razonablemente optimista, pero no creo en los milagros espontáneos”, afirmó el mandatario galo poco antes del encuentro.
Moscú insiste en sus exigencias sobre Kiev y la OTAN
Pese al aparente buen tono entre los presidentes de Rusia y Francia, horas antes del encuentro el portavoz del Kremlin, Dimitry Peskov, minimizó las esperanzas de una solución, si los países miembros de la OTAN no responden a las exigencias de su Gobierno sobre seguridad.
“En los últimos días no ha habido nada nuevo sobre el tema de las garantías de seguridad para Rusia. Nuestros interlocutores occidentales prefieren no mencionar este tema (…) En cambio, llueven declaraciones de las capitales occidentales sobre un inminente ataque ruso contra Ucrania”, enfatizó Peskov.
Se trata del rechazo por parte de EE. UU. y la OTAN a seguir las demandas de Putin, quien exige descartar la membresía de Kiev en la alianza militar, pues considera su posible adhesión como una amenaza a las puertas del territorio ruso. El mandatario también reclama que la organización retire sus tropas de las exrepúblicas soviéticas, ahora parte de la Alianza Atlántica, como Bulgaria y Rumania.
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Los ánimos se vieron aún más caldeados el fin de semana cuando la Casa Blanca ratificó que Putin podría ordenar un ataque contra Ucrania en cuestión de días o semanas.
El Gobierno francés ha considerado estas últimas declaraciones de su aliado como alarmistas y contraproducentes para llegar a un acuerdo con su contraparte.
“El objetivo geopolítico de Rusia hoy claramente no es Ucrania, sino aclarar las reglas de convivencia con la OTAN y la UE (…) No obtendremos gestos unilaterales, pero es fundamental evitar un deterioro de la situación antes de construir mecanismos y gestos recíprocos de confianza”, afirmó el líder del Elíseo previo a su viaje a la capital rusa.
Por el momento, existen algunos asuntos en los que las partes podrían llegar a consensos, según ha reconocido el Gobierno ruso: el control de armas y las medidas de fomento de confianza y transparencia en la región, propuestos por Estados Unidos.
No obstante, Moscú insiste en que esas medidas no son suficientes y la alarma por un ataque, igual o peor al de 2014 cuando Rusia se anexionó a Crimea, se prolonga.
Nuevos movimientos militares incrementan la tensión
Independientemente de los diálogos, ninguna de las partes retrocede en sus alcances militares en la región.
El ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, anunció en las últimas horas que su país enviará 350 soldados más a Polonia, país que limita al oeste con Rusia.
El año pasado, Londres ya había añadido 100 militares a suelo polaco para ayudar a esa nación con la crisis migratoria en su frontera con Belarús.
“Agregaremos a esos (soldados) enviando 350 militares británicos más a Polonia como un despliegue bilateral para demostrar que podemos trabajar juntos y enviar una fuerte señal de que Reino Unido y Polonia están uno al lado del otro”, resaltó Wallace en una conferencia de prensa junto a su homólogo polaco.
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También, 350 es la cantidad de tropas adicionales que anunció Alemania a Lituania, para reforzar el lado oriental de la OTAN, según anunció la ministra de Defensa, Christine Lambrecht.
“Estamos fortaleciendo nuestra contribución de tropas en el flanco este de la OTAN y enviando una señal clara de nuestra determinación a nuestros aliados”, sostuvo Lambrecht, quien agregó que los soldados serán desplegados “dentro de unos días”.
En total, y según las estimaciones de Kiev, el Gobierno ruso ha desplegado alrededor de 100.000 militares, vehículos y aviones de combate a lo largo de su frontera.
Con información de Reuters, France24 y EFE