Por décimo año consecutivo, Syngenta reunió en Buenos Aires a más de 140 personas, incluyendo técnicos, asesores, clientes, distribuidores y productores de cebada con el propósito de comunicar novedades en materia de tecnologías aplicadas al cultivo y estrategias de manejo adecuadas según las características de esta campaña.
La bienvenida estuvo a cargo del ingeniero agrónomo Francisco Ciucci, responsable del Servicio Técnico Zonal, quien moderó la jornada y puso de relieve la importancia de la tecnología en el contexto actual del cultivo. A continuación, Juan Carlos Petoyan, Coordinador de Servicio Técnico Regional Sur, hizo un repaso de la historia reciente del cultivo.
“Aprendimos a tratar las enfermedades de cebada de manera diferente a las del trigo, por ejemplo, en relación con los momentos de aplicación. Debimos convencer al productor acerca de que la aplicación de un fungicida en cebada debía ser antes que la del trigo. Por entonces no había muchos herbicidas y tampoco contábamos con selectivos para el cultivo”, recordó Petoyán, a lo que añadió: “Fue Syngenta la empresa que apostó para que los avances fueran de la mano del productor. El lanzamiento del herbicida Axial resultó un punto de inflexión, un hito para la cebada, cuando corría el año 2007”.“Más que un evento, este tipo de jornadas resume las conclusiones de años de trabajo”, expresó.
La cebada en curso
Ya sobre la campaña en curso, el ingeniero agrónomo Daniel Miralles, de la Facultad de Agronomía de Buenos Aires, se refirió al impacto del cambio climático, remarcando que las bajas temperaturas ocurridas hasta el momento no serán un factor que limite el rendimiento si las condiciones vuelven a la normalidad. “Los periodos de heladas se han acortado en el cultivo, por eso debemos repensar las fechas de floración, al igual que la aparición de golpes de calor, que afectan el llenado de grano y su calidad. Los problemas comienzan por encima de los 32°C: al salir más agua de la que entra al grano, concluimos con un grano chuzo y la consecuente pérdida de la calidad”, destacó.
“Deberíamos acortar el ciclo del cultivo, a fin de escapar de las altas temperaturas. Si tales temperaturas tienen lugar en período crítico, entonces tendremos menos llenado, un grano de menor peso, calibre y calidad”, amplió.
A la hora de cuantificar, Miralles fue tajante: “Por cada día de golpe de calor se pierden hasta 130 kilos por hectárea. Incluso, si el fenómeno tiene lugar cerca de la floración, se abortan los granos, perdemos las flores, mientras que si nos acercamos al llenado perdemos granos. En relación con la proteína, por cada día de golpe de calor vemos un descenso de un punto de proteína. A menor proteína tenemos más contenidos de extractos”, explicó.
Más tarde, el ingeniero Antonio Aguinaga, de Maltería Quilmes, aportó su experiencia al referirse a los factores determinantes para lograr la mayor calidad en cebada cervecera y realizó una detallada descripción de las variedades más sembradas en la región.
Entre los trabajos mostrados destacó el caso de Scrabble, que el año pasado tuvo mejor proteína, generando incluso satisfactorios rindes en Coronel Dorrego, por ejemplo, donde existían muy buenos niveles nitrogenados. En tanto, en la zona de Suárez se observaron rindes extraordinarios, también con buenos puntajes de proteína. En Bordenave, a su vez, se consiguieron altos rendimientos con bajos porcentajes proteicos. “Han habido casos donde se aplicaron altísimas provisiones de nitrógeno y todo fue a rendimiento, sin variaciones en la proteína, cosas que tendremos que estudiar muy bien”, sostuvo Aguinaga.
El control de las enfermedades influye mucho en la calidad de la cebada, como en el caso de la Ramularia, por ejemplo. Según el biólogo Ignacio Erreguerena, del INTA Balcarce, el 60 por ciento de las muestras que se reciben en el laboratorio dan positivo en el test de presencia asintomática de la enfermedad, por lo que es un año para estar muy alerta y monitorear rigurosamente los lotes. También detalló la importancia de usar las dosis recomendadas de fungicidas para evitar la aceleración de resistencia a enfermedades.
Por su parte, el ingeniero Fidel Cortese, asesor en la zona de Tres Arroyos con veinte años de experiencia de trabajo en Maltería Quilmes, se refirió al mercado actual de cebada y la importancia de lograr calidad. Durante su presentación brindó detalles de la producción mundial del cultivo, las importaciones a nivel mundial, perspectivas de producción a futuro y un panorama del estado de uso varietal en Argentina. Además remarcó la importancia de logar cebada cervecera de calidad y no caer en el mercado forrajero, mostrando los márgenes de ambas situaciones.
Para finalizar la jornada, Tomás Etchetto, ingeniero de Servicio Técnico, describió en detalle la paleta de productos para cebada y resaltó las ventajas de los productos Syngenta para conseguir mayor calidad, en especial mediante la aplicación de Axial, Peak Pack, Reflect Xtra y Amistar Xtra Gold. En ese sentido, brindó un interesante detalle de algunos resultados zonales de la performance de los productos Syngenta.