El BRICS emitió una declaración conjunta en la que aboga por el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) de código abierto, fomentando el intercambio global de tecnologías y conocimientos. En el primero de los tres documentos específicos programados para la Cumbre de Líderes en Río de Janeiro, el grupo estableció directrices basadas en el acceso equitativo a la tecnología.
Estas directrices guiarán los enfoques comunes del grupo en los foros internacionales, especialmente en discusiones con países más ricos que dominan actualmente el desarrollo de la IA.
“Destacamos el papel de la cooperación internacional para facilitar el acceso a tecnologías basadas en la IA y componentes críticos, eliminar barreras a los recursos financieros necesarios para la investigación e innovación en IA y desarrollar conocimientos, habilidades y estructuras de gestión de riesgos necesarios para aprovechar eficazmente las tecnologías de IA, especialmente en países de ingresos bajos y medios”, señala un extracto del documento.
Otro aspecto destacado es la preocupación conjunta sobre la propiedad intelectual, particularmente los derechos de autor, debido a las críticas sobre el uso de contenidos no autorizados desarrollados con esta tecnología.
“Necesitamos un equilibrio entre los derechos de propiedad, la transparencia y la responsabilidad para salvaguardar el interés público, la transferencia internacional de tecnología y el cumplimiento de las legislaciones nacionales y del derecho internacional aplicable”, expone el documento.
Gobernanza de la ONU
En línea con el tono de otros temas de la cumbre, el Brics considera que el multilateralismo debe guiar el uso de la IA por los países. El grupo defiende un esfuerzo por establecer una gobernanza global, centrada en la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Esta centralización permitiría, según el grupo, mitigar los riesgos y garantizar un acceso más inclusivo a la tecnología, facilitando el intercambio de políticas y diálogos sobre IA, además de estimular la innovación y el crecimiento económico.
Otra directriz presentada se refiere a los mecanismos de regulación de la IA. El Brics sostiene que “la economía digital requiere la salvaguarda de los derechos y obligaciones de los Estados, las empresas y los usuarios conforme a las legislaciones y regulaciones nacionales y los acuerdos internacionales aplicables”.
Impactos ambientales y sociales
Algunas secciones específicas del documento se centran en las preocupaciones sobre los impactos ambientales y sociales del uso de la inteligencia artificial. Un ejemplo es el mercado laboral. El grupo reconoce el potencial de la IA para aumentar la productividad, innovación y generar nuevas oportunidades de empleo, pero advierte sobre “retos, preocupaciones y riesgos en las condiciones de trabajo, intensidad laboral, desplazamiento de empleos y amenazas a la dignidad de los trabajadores”.
También se aborda el tema de los errores y sesgos algorítmicos negativos, que causan discriminación y exclusión de ciertos grupos sociales.
“Mujeres, minorías, personas con discapacidad y grupos en situaciones de vulnerabilidad, como niños, jóvenes y ancianos, tienden a ser los más afectados por sistemas de IA entrenados con datos sesgados. La colaboración interdisciplinaria entre personas de diversas procedencias es fundamental para establecer estándares y mejorar la explicabilidad del funcionamiento y los resultados del modelo”, indica un extracto de la declaración.
Según el documento, la cuestión del uso ético de la IA también debe abarcar la lucha contra la manipulación de la información y la producción y difusión de contenidos falsos.
“La creación de textos, imágenes, audios y vídeos falsos con apariencia realista representa una amenaza significativa para la integridad y autenticidad de la información y puede conducir a la manipulación de la opinión pública, la incitación a la agitación social y el debilitamiento de la confianza en las instituciones públicas”, afirma la declaración.
Para abordar este problema, el grupo sugiere “una mayor centralidad en las estrategias de educación mediática y esfuerzos de comunicación local”, que permitan el desarrollo de herramientas para identificar rápidamente la desinformación y los contenidos falsos, así como promover la alfabetización digital y las competencias críticas individuales.
Fue conformado inicialmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y fue creado en 2010 tras la incorporación de Sudáfrica a la ya existente organización BRIC.
Con información de Agencia Brasil EBC