El Fondo para el Desarrollo del Enoturismo (FDE) en la Argentina, una iniciativa financiada por el Ministerio de Economía de la Nación, a través del Fondo Fiduciario Nacional de Agroindustria (Fondagro) de la Secretaría de Agricultura, y articulada con el Ministerio de Turismo de la Nación y la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), dio a conocer a los primeros beneficiarios de los aportes no reembolsables. En total 102 proyectos fueron aprobados y recibirán en total $210,9 millones para invertir en infraestructura, bienes y servicios que les permitan potenciar sus servicios turísticos o abrirse al enoturismo en la Argentina.
Los 102 proyectos aprobados accederán a aportes no reembolsables por más de $210 millones. Los desembolsos comenzarán en los próximos días y hay en proceso de revisión para su aprobación otros 55 proyectos.
“Para nosotros el turismo del vino es muy importante, no sólo porque en los últimos años ha sido protagonista del turismo en Argentina, sino principalmente porque cumple con varios objetivos estratégicos de la vitivinicultura como son la promoción del vino en el mercado interno y externo, además de posibilitar la integración de pequeños productores para que tengan mayor visibilidad y puedan ofrecer sus vinos a quienes visitan las bodegas en las distintas regiones del país”, afirmó el vicepresidente de Coviar, a cargo de la unidad ejecutora de Turismo del Vino, Pablo Asens.

El Fondo se lanzó con la firma del ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, del secretario de Agricultura de la Nación, Juan José Bahillo, y del presidente de COVIAR, Mario González, el 26 de abril de este año. Al momento se presentaron y aprobaron 102 proyectos que recibirán en promedio fondos por $2 millones cada uno para promover la mejora cuali y cuantitativa de las prestaciones enoturísticas, así como de la infraestructura de los ámbitos donde se desarrolla la experiencia turística. El FDE busca generar herramientas para el fomento y desarrollo del sector en su conjunto y de los emprendimientos enoturísticos, actuales o por venir, que incentiven con sus acciones y actividades la optimización de recursos humanos, capacitaciones y soportes tecnológicos.
La convocatoria se dividió entre los proyectos que ya estaban abiertos al turismo, que tuvieron que presentar iniciativas que impliquen inversiones y mejoras en sus infraestructura y servicios, y los proyectos que no estaban abiertos al turismo pero que sí querían empezar a ofrecer estos servicios. Y a los nuevos y futuros establecimientos enoturísticos, ya sea bodegas o fincas, se los capacitó y guió primero en el proceso de armado de un plan de negocios para luego avanzar en proyectos específicos.
El FDE tiene una fuerte impronta federal por lo que se benefició a bodegas y productores vitivinícolas que presentaron proyectos de Mendoza, San Juan, Neuquén, La Rioja, Salta, Jujuy, Entre Ríos, La Pampa, Córdoba, Chubut, Tucumán, Río Negro, Córdoba y Catamarca.