A fines del año pasado, Demián Rugna lanzó “Cuando acecha la maldad”, ganadora del prestigioso Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges 2023, siendo la primera película latinoamericana en obtener este premio. Con más de 300 mil espectadores, el film se posiciona como el más taquillero del cine nacional de terror. En esta nota, el director Rugna y la especialista Carina Rodríguez dialogan con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ sobre cómo esta película puede abrir las puertas del género a nuevos públicos y acerca de cuál es el lugar del terror en la industria cinematográfica argentina. “No imaginé que iba a tener este nivel de repercusión, pero sí lo soñé y sabía que podía pasar en algún momento. Sucedió en España, en México, ¿cómo no iba a pasar con el cine de terror de Argentina?”, comienza Rugna.
“Cuando acecha la maldad” narra la historia de dos hermanos que descubren a un hombre que encarna un demonio y tratan de evitar a toda costa que las fuerzas del mal se propaguen por el pueblo. El éxito es tal que continúa en los cines de Argentina tras cuatro meses de su estreno, fue lanzada en 800 salas de Estados Unidos y recorre países como México, España, Brasil, Paraguay, Uruguay, Panamá, Colombia, Venezuela y Perú. Incluso, el famoso guitarrista de Guns and Roses Slash se declaró fanático de esta película.
Rugna, que es cineasta independiente, destaca que a pesar que es una película de cine comercial, logró mantener su impronta. Así lo explica ante la Agencia: “Cuando un film es de la industria pasa por el filtro de guionistas, productores y otros sujetos que imprimen su mirada, tratan de evitar temas que puedan afectar a algunos colectivos y que sea apta para todo público. En este caso, se respetó mi mirada en todo momento, tanto en el guion como en el casting y la edición. El resultado fue una película comercial pero con una impronta de autor”. Además de contar una historia en un pueblo, Cuando acecha la maldad revive mitos rurales, busca hacer un paralelismo entre los males y el fascismo e invita a repensar algunas definiciones como la paternidad, los niños y los barrios.
Una puerta a las sombras
Una de las cosas que sorprende de esta película argentina es que pertenece al cine de terror, algo poco visto en las grandes salas. Carina Rodríguez, especialista en la temática y docente de la UNQ, cuenta: “Este género tiene un público específico por lo que es de nicho; no todas las personas están dispuestas a ver algo que da miedo. En el caso de Argentina, es doblemente discriminado ya que es nacional”.
Y continúa: “¿Cuántas veces escuchamos que los efectos especiales son malísimos, que no se entiende o que es aburrido? La gente muchas veces elige lo de Hollywood antes que lo de acá. Hay una barrera que es difícil de atravesar y, si la película es de terror, aún más”.
Por su parte, Rugna agrega que “el público lo considera un arte menor solo por ser argentino”. “Por un lado, el sentido común dice que las buenas películas de terror vienen de Hollywood; por el otro, los distribuidores de cine no confían en que este género pueda llevar gente y directamente no dan espacio a las películas. Generalmente, los productos nacionales que llegan es porque tienen una maquinaria detrás que le permiten invertir en publicidad”, declara.
En este sentido, Cuando acecha la maldad rompe con prejuicios y estereotipos lo que puede significar la apertura a nuevas películas nacionales de terror. De hecho, en coincidencia con Rugna, Rodríguez proyecta: “Ojalá no quede sólo en esta película, sino que sea algo continuado. Hay muy buenas películas en el cine de terror argentino que experimenta una gran producción desde principios de los 2000, pero a veces por distintos motivos no llegan al público”.
La película genera estruendo en un momento muy difícil para el país donde se amenaza con el cierre del Cine Gaumont –espacio donde está siendo transmitida– y del INCAA. “Veo el vaciamiento de la industria con mucha preocupación e indignación. Tengo amigos cineastas que están buscando trabajo y otros que se van a ir del país. Proponen un cambio de matriz cultural para dejar de ser independientes económica y culturalmente y volver a ser colonia. Un pueblo sin cultura es muy fácil de dominar y absorber por otros”, afirma el director a la Agencia.
Además, Rodríguez suma: “El cine es un motor de crecimiento económico porque tiene un gran alcance del PBI. El 80 por ciento de las producciones audiovisuales hechas entre 1930 y principios de siglo en América Latina corresponden a Argentina, Brasil y México, países que tienen políticas de fomento, como es el caso del INCAA. ¿Quiere decir que le estamos sacando plata para darle comida a chicos de Chaco y así poder hacer cine? No, una ley de 1994 declara que el principal ingreso del Instituto son las entradas. Es plata que sale del cine para volver a ingresar al cine”.
Superando todas las barreras y con promesa de seguir creciendo, Cuando acecha la maldad sigue en las salas de todo el país y del mundo.