El Gobierno nacional explicó que “como consecuencia del aumento sostenido del precio de la carne vacuna en el mercado interno” decidió “la instrumentación de un conjunto de medidas de emergencia tendientes a ordenar el funcionamiento del sector, restringir prácticas especulativas, mejorar la trazabilidad de las exportaciones y evitar la evasión fiscal en el comercio exterior limitando las exportaciones de las carne vacuna por 30 días. Ante estas medidas el sector productivo expresó un fuerte rechazo y recordó que en el 2006 Néstor Kirchner tomó la decisión de suspender las exportaciones de carnes.
Al respecto, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina, adelantó en su Twitter que se va a reunir la “Comisión Comisión de Enlace, para ejercer un rechazo total a esta nefasta medida”.
Pelegrina explicó que “el daño que provoca la medida va a disminuir la oferta de carne, haciendo que los precios terminen subiendo como ya ocurrió en el pasado. Es inconcebible que se elijan recetas que ya fracasaron a falta de las soluciones de fondo que Argentina necesita”, y “lo peor de todo, tal cual lo demostró la reciente historia del kirchnerismo, en nada va a contribuir a bajar los precios especialmente en el largo plazo”.
Por su parte, el diputado nacional del PRO, Pablo Tonelli, presentó una mirada más general y política al considerar que esta medida podría ser una estrategia que intentaría “buscar culpables”, desviar la mirada de la situación actual o intentar ubicar el foco de atención en otro lado en un contexto inminente de “cierre total” por el aumento de enfermos por covid-19 y la “intención de avanzar con la estructuración de la Justicia”.
Torelli subrayó que es “muy grave porque ya conocemos las consecuencias y ellos no lo ignoran, porque lo hacen luego de un mes de negociación de precios y luego de acordar, lo anuncian”.
Confederaciones Rurales Argentinas por Twitter consideró que “es un error el cierre de exportaciones de carne” y consideran que la medida es “una marcha atrás para el desarrollo y crecimiento de la ganadería”. Es por ello que advierten que la entidad rural como medida de disconformidad “va camino a un cese de comercialización”.
En la misma sintonía, el presidente de FAA, Carlos Achetoni, remacó que “es una desafortunada medida que no se va a ver reflejada en la baja de precios al consumidor” y “es un marcado retroceso para la economía del país y un menor ingreso de divisas, que significa un contrasentido a lo que necesita nuestro país”, y para “la base de productores de Coninagro sostiene su descontento y preocupación ante medidas aisladas e inconsultas”.
Desde la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) declararon “el estado de alerta y movilización y convoca a una reunión de su Consejo Directivo de urgencia para decidir las acciones a seguir” y expresan la “oposición a la medida por inconducente, inconsulta e indebida, a tal punto que dicha medida como ya ha ocurrido años atrás en nuestro país, no solo agravara el problema que se pretende solucionar, sino que perjudicara a cientos de miles de trabajadores de la cadena cárnica que aun en este contexto de pandemia siguen trabajando”.
Para Carbap “pareciera que a menos de dos años de la administración, al Gobierno se le han acabado las ideas para poder morigerar el aumento de los alimentos (provocado principalmente por el desmanejo en las variables macroeconómicas –inflación-)”.