La película “Los Sonámbulos” fue elegida para representar a la Argentina en la próxima entrega de los Premios Oscar 2021, que otorga la Academia de Hollywood cada año. Este film es el sexto largometraje de la directora Paula Hernández que con “Las Siamesas” fue presentado en el 2020 en distintos Festivales internacionales con significativas repercusiones.
Con sencillez, sabedora del importante momento en que se encuentra en su trayectoria profesional, Hernández detalló cómo vive la nominación, qué le interesa contar en sus historias y cuáles son los retos que enfrenta un profesional del cine en tiempos de coronavirus.
Para la Directora “hay muchas cuestiones que ocurrieron durante todo este año de cuarentena y de pandemia en lo virtual que van a quedar y en muchos sentidos tiene cosas que son positivas, pero creo que la experiencia del cine, el acto de ir al cine y ver una película es incomparable”.
Reconoce en una entrevista exclusiva que lo online hay que “sostenerlo porque todavía es incierto cuando la presencialidad va ser posible”.
A nivel de productividad durante este tiempo de encierro de cuarentena Los Sonámbulos hizo gran parte de su recorrido en festivales de forma presencial y también en forma online, distinto ocurrió con Las Siamesas que arrancó su difusión y estreno de manera virtual. Ambas a la espera de ser presentadas en la pantalla grande, aunque como muchos film en esta temporada tienen la posibilidad de presentarse en otro tipo de formatos.
Hernández sostuvo que “cuando uno produce pensando en un formato de otro tipo ya sea de un streming, una pantalla de celular, también implica de alguna forma un replanteo sobre el lenguaje, sobre cómo uno quiere contar” la historia, aunque aclara que “las películas son buenas o son malas en sí mismas independientemente del espacio en el que se proyecte o se vean, pero el acto comunitario de ver una película generan otras cosas distintas donde no hay interrupciones, donde no hay un teléfono o una posibilidad de una stop. Es un viaje diferente”.
Conductas humanas
“En general en mis películas las protagonistas son mujeres, en “Un amor” es de un trío donde había dos hombres, y en Los sonámbulos, la película está contada desde el punto de vista de dos mujeres pero nos adentramos en un universo familiar donde los hombres también cuentan y están narrados de una forma para ser vistos”, explica Hernández.
Al respecto, la directora argentina describió que “me interesa en general, más allá de si son femeninos o no, una reflexión sobre las conductas, sobre los seres humanos, su forma de vincularse. El caso de estas últimas dos películas está muy enfocado en lo femenino, del sentido de cuántas formas hay de vivenciar una maternidad. Tiene que ver con ese vínculo tan único y tan fundante para uno y para el otro o la otra”. Y agregó: “En Los sonámbulos hay un montón de aspectos desplegados de la situación materna y de la misma manera ocurre en Las siamesas”.
Más allá de estas dos películas, hay personajes que están buscando, que intentan deshacerse de sus mochilas como pasa en “Lluvia” con el personaje de Ernesto Alterio” porque “me importa ir indagando sobre los vínculos y sobre las decisiones y las herencias que uno trae a cuestas”, recalcó.
Sobre la creación de sus guiones, Hernández aclaró que “las historias van apareciendo y a veces son simplemente una idea y se quedan ahí, y otras veces uno puede seguir tirando la punta del ovillo y aparece algo más que implica sentarse a trabajar de una manera ardua. En mí en mi caso, por lo menos no bajan de ninguna inspiración, son cosas sueltas, son disparadores que en algún momento logran organizarse y construir sentido”.
Consultada sobre cómo se desarrolló la vocación de ser directora de cine, cómo fue el proceso de actriz, a guionista al presente consideró que fue “encontrando en el camino, empecé a trabajar en cine muy chica a los 19 años mientras estudiaba cine, primero comunicación social y después decidí cambiar a la carrera de cine en la Universidad del Cine donde me formé en la parte de guion. Trabajé en la Industria o haciendo cortometrajes con amigos o situaciones también de escuela desde muy chica y creo que fue algo que fui encontrando a medida del que fui haciendo. En ningún momento fue un punto de partida de decir “quiero ser una directora”. Pasé por varias áreas y a partir de los primeros cortometrajes y como una reafirmación con “Herencia” ya me quedé en la dirección”.
Para la reconocida directora “dirigir eso es un camino absolutamente vivo y mutante. De eso se arma una carrera de un director con decisiones, con ir hacia un lado y hacia otro, saber detenerse cuando hay que hacerlo, cuando no hay nada para contar, cuando hay que resignificar cosas. También dando el espacio a cuestiones que son inherentes no a la profesión pero que son nutrientes fuerte como la propia vida, la existencia, el trabajo para otros, la enseñanza, dar clases, viajar. Creo que la carrera se va dando un poco así”.
Madres e hijas
El film Las siamesas participó del Festival de Cine de Mar del Plata con muy buenas repercusiones ganando el Premio Flow al Cine Argentino.
Comienza a partir de un cuento de Guillermo Saccomano en principio pensado para teatro de la mano de Rita Cortese y Valeria Lois pero “nos pareció inviable por cómo lo queríamos plantear. Así que cuando se abrió una beca de Estímulo a la producción el Fondo Nacional de las Artes decidí presentar un tratamiento para ver si era posible pensar una película, y de esa manera arrancó en forma cinematográfica”.
Es casi metáfora sobre la imposibilidad de desapegarse de esa madre y de esa hija, habla sobre ese vínculo que está cargado, de un amor medio descarrilado y sobre la libertad del amor, y la necesidad de poder encontrar formas de desprendimiento en relación a los hijos.
La película es una especie de road movie bajo la tormenta y es una película que no sólo tiene un encierro espacial, porque en la mayor parte de la película transcurre en ese micro en el que viajan hacia la playa (Necochea) para ver unos departamentos que el padre de Stella le dejó, sino que también es como una encerrona emocional para esos dos personajes.
La historia de Los sonámbulos “también tiene que ver con los vínculos familiares. Típico encuentro para pasar las fiestas de fin de año, en una casona alejada de la ciudad. Los conflictos poco tardarán en aparecer y se presentarán los extraños episodios de sonambulismo que sufre la hija de 14 de uno de ellos.
En esos días de “encierro al aire libre”, Luisa (Erica Rivas) se sumerge en un gran replanteo existencial a partir de varias situaciones familiares junto a Luis Ziembrowski y el uruguayo Daniel Hendler, que se manifiestan muy especialmente en relación a la adolescencia de su hija Ana.
Los sonámbulos intenta reflexionar sobre esas relaciones plagadas de malos entendidos entre los que dialogan, de intentos de mantener en equilibrio lo que se ve desplomarse, en un sinfín de oscuridades del mundo adulto que impregna la sensibilidad y vitalidad de los más jóvenes. Esta película nace de un interrogante íntimo y profundo sobre los vínculos.
Al ser elegida por la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas para competir en representación de la Argentina en los Premios Oscar, la directora vivió “una alegría al recibir el voto de todos los miembros de la academia, en especial porque siento que nuestra película tiene muchísimo trabajo de todos y de todas, del equipo técnico, del elenco y de los productores”. Y remarcó: “Es bueno sentir que eso se vio y qué es valorado no sólo en la cuestión que tiene que ver con los Óscar si no los premios Sur también, que las películas premiadas fueron más de un riñón del cine independiente y eso es algo me parece para destacar”.
Consiente que hay un largo camino para estar entre las 5 finalista de 80 preseleccionadas sostiene que “hay que tomárselo con calma, entender que es un reconocimiento, que ojalá le abra puertas a la película en relación a la posibilidad de seguir vendiéndola, de seguir expandiéndose y en relación a lo que va a ocurrir no se sabe”.