El reporte mensual del USDA sorprendió con un aumento de producción de soja mayor al estimado, lo que terminó trasladándose a stocks, con una relación stocks/consumo que se aproxima al 12%. Así lo indica en su informe semanal Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
Según Romano, esta cifra sólo fue superada en el corto plazo en el momento en el cual -por la guerra comercial China-EE. UU.- el país oriental no compró soja norteamericana. Actualmente, el grueso de la soja estadounidense se consume localmente para molienda, y China se abastece el grueso de Brasil, por lo que una re-edición de esta situación no generaría problemas.
En su informe, el especialista en granos indica que en maíz “si bien los rindes subieron, bajó el área y los stocks finales terminaron con variaciones menores” y precisa que en ambos casos “los rindes podrían seguir subiendo; y hay que tener en cuenta que en el próximo informe el USDA utilizará por primera vez rindes a campo”.
En tanto, comienza este lunes el Pro Farmer Crop Tour que “dará una primera idea de rindes en base a observaciones a campo para maíz y soja de EE. UU.”. Romano señala que “si bien no correlaciona tanto con el dato final del USDA, se espera que el viernes cuando publiquen su estimación de producción y rindes termine teniendo impacto en precios”.
“Los bajos precios generaron una reacción de la demanda: las exportaciones semanales de EE. UU. están muy firmes, y los fondos especulativos que tienen una posición vendida grande, venían recomprando. Es posible que los datos de producción abultada ya estén descontados en precios”, indica el especialista.
En el plano local, “la caída de la soja no se trasladó con toda su fuerza al mercado local, pero claramente tuvo un impacto” y explica que “los precios están en niveles que disuaden ventas de cosecha vieja, y ponen en riesgo la rentabilidad del nuevo ciclo. Se despertaron voces pidiendo baja en derechos de exportación, pero parece difícil dada la situación fiscal”.
En maíz, se difunden los primeros datos de caída del área para la campaña 24/25, y se habla de 20% a 23% de merma, aunque algunos comentarios privados hacen pensar en 30%. “Hablamos de entre 40 y 45,illones de t. de maíz, cuando un año normal deberíamos estar en 53 millones de toneladas y este ciclo con todos los problemas de spiroplasma, estuvo en 46millones de t.”, indica Romano.
En su informe, sostiene que “la menor producción argentina no es tan relevante a nivel mundial, en un año donde EEUU quedaría con stocks muy altos, y Brasil subiría en producción”. Localmente, sólo se necesitan 15 millones de toneladas para el consumo comercial, y no hay exportaciones declaradas, mientas que las compras de la exportación son mínimas.
“No podemos asumir una suba de precios. Sí deberíamos ver más proporción de maíz temprano y mucho menos de tardío. Esto explica que el diferencial entre maíz abril y julio haya pasado de los 15/20 históricos a menos de 5”, añade.
Finalmente, en el caso del trigo, “la cosecha del hemisferio norte está llegando a su fin y con ella la presión de oferta. Los datos a campo en Rusia marcan una producción estabilizándose con una merma de 10 a 12 millones de toneladas respecto del año pasado. Eso reduce la presión en los precios, ya que el ruso es el trigo más barato, y tendría menor oferta”.